'Cinco' en la Biblia
y los candeleros de oro purísimo, cinco a la mano derecha, y otros cinco a la izquierda, delante del oráculo; con las flores, y las lámparas, y despabiladeras de oro;
Y era Josafat de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi.
Y hubo grande hambre en Samaria, teniendo ellos cerco sobre ella; tanto, que la cabeza de un asno era vendida por ochenta piezas de plata, y la cuarta de un cabo de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.
Entonces respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad, (porque ellos también son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; también ellos son como toda la multitud de Israel que ha perecido); y enviemos, y veamos qué hay.
Entonces el varón de Dios, enojado con él, le dijo: A herir cinco o seis veces, herirías a Siria, hasta no quedar ninguno; pero ahora tres veces herirás a Siria.
Y aconteció que la misma noche salió el ángel del SEÑOR, e hirió en el campamento de los Asirios ciento ochenta y cinco mil hombres; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos.
De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba.
y de la ciudad tomó a un eunuco, el cual era prefecto sobre los hombres de guerra, y cinco varones de los continuos del rey, que se hallaron en la ciudad; y al escriba príncipe del ejército, que hacía la reseña de la gente de la tierra, con sesenta varones del pueblo de la tierra, que se hallaron en la ciudad.
Y Tamar su nuera le dio a luz a Fares y a Zera; y así todos los hijos de Judá fueron cinco.
Y los hijos de Zera: Zimri, Etán, Hemán, y Calcol, y Dara; por todos cinco.
Y de Mesulam: Hasuba, Ohel, Berequías, Hasadías, y Jusab-hesed; cinco en total.
Y sus aldeas fueron Etam, Aín, Rimón, Toquén, y Asán, cinco ciudades;
Hijo de Uzi fue Izrahías; y los hijos de Izrahías: Micael, Obadías, Joel, e Isías: por todos, cinco príncipes.
Los hijos de Bela: Ezbón, Uzi, Uziel, Jerimot, e Iri; cinco cabezas de casas de sus padres, hombres valientes de gran valor, y de cuyo linaje fueron contados veintidós mil treinta y cuatro.
El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de un telar; mas él descendió a él con un bastón, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza.
y dieron para el servicio de la Casa de Dios cinco mil talentos de oro y diez mil sueldos, y diez mil talentos de plata, y dieciocho mil talentos de bronce, y cien mil talentos de hierro.
El largo de las alas de los querubines era de veinte codos; porque un ala era de cinco codos; la cual llegaba hasta la pared de la Casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querubín.
De la misma manera un ala del otro querubín era de cinco codos; la cual llegaba hasta la pared de la Casa; y la otra ala era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín.
Delante de la Casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de longitud; con sus capiteles encima, de cinco codos.
También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente redondo; su altura era de cinco codos, y una línea de treinta codos lo ceñía alrededor.
Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la mano derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas la obra del holocausto; mas el mar era para lavarse los sacerdotes en él.
Hizo asimismo diez candeleros de oro según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la mano derecha, y cinco a la izquierda.
Además hizo diez mesas y las puso en el templo, cinco a la mano derecha, y cinco a la izquierda; igualmente hizo cien tazones de oro.
Porque Salomón había hecho una plataforma de bronce; cinco codos de largo, cinco codos de ancho, y de tres codos de altura, y lo había puesto en medio del atrio; y se puso sobre él, y se arrodilló delante de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo:
Y no hubo guerra hasta los treinta y cinco años del reinado de Asa.
Así reinó Josafat sobre Judá; de treinta y cinco años era cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba, hija de Silhi.
De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén.
Asimismo Conanías, Semeías y Natanael sus hermanos, y Hasabías, Jehiel, y Josabad, príncipes de los levitas, dieron a los levitas para los sacrificios de la pascua cinco mil ovejas, y quinientos bueyes.
Cuando comenzó á reinar Joacim era de veinte y cinco años, y reinó once años en Jerusalem: é hizo lo malo en ojos de Jehová su Dios.
Todos los vasos de oro y de plata, cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.
los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco;
los hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco;
los hijos de Gibar, noventa y cinco;
Los hijos de Lod, Hadid, y Ono, setecientos veinte y cinco;
los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;
Sus caballos eran setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;
sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, y cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.
los hijos de Zatu, ochocientos cuarenta y cinco;
los hijos de Adín, seiscientos cincuenta y cinco;
los hijos de Gabaón, noventa y cinco;
los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;
sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.
Sus caballos, setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;
camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
Y los otros judíos que estaban en las provincias del rey, también se juntaron y se pusieron en defensa de su vida, y tuvieron reposo de sus enemigos, y mataron de sus enemigos setenta y cinco mil; mas en el despojo no metieron su mano.
Porque la cabeza de Siria será Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado y nunca mas será pueblo.
Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el aceituno, que quedan ahí dos o tres granos en la punta de la rama, cuatro o cinco frutos en sus ramas, dice el SEÑOR Dios de Israel.
En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto, que hablen la lengua de Canaán, y que juren por el SEÑOR de los ejércitos; la una será llamada la ciudad Herez.
Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos; hasta que quedéis como mástil en la cumbre del monte; y como bandera de ejemplo sobre alguna colina.
Y salió el Angel del SEÑOR, y mató ciento ochenta y cinco mil, en el campo de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
Y el capitel de bronce que estaba sobre ella, era de altura de cinco codos, con una red y granadas en el capitel alrededor, todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con sus granadas.
El año veintitrés de Nabucodonosor, transportó Nabuzaradán capitán de la guardia, setecientas cuarenta y cinco personas de los judíos; todas las personas son cuatro mil seiscientas.
Y fue que a los treinta años, en el mes cuarto, a los cinco del mes, estando yo en medio de los cautivos junto al río de Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.
A los cinco del mes, que fue en el quinto año de la transmigración del rey Joaquín,
Y aconteció en el sexto año, en el mes sexto, a los cinco del mes, que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí cayó sobre mí la mano del Señor DIOS.
Y aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco del mes, que vino a mí un escapado de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido herida.
Y cada cámara tenía una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las cámaras dejó cinco codos en ancho; y cada poste de la puerta junto a la entrada de la puerta por dentro, una caña.
Y tenía arcos alrededor de veinticinco codos de largo, y cinco codos de ancho.
Y me llevó a la entrada de la Casa, y midió cada poste de la entrada, cinco codos de una parte, y cinco codos de la otra; y la anchura de la puerta tres codos de una parte, y tres codos de la otra.
Y la anchura de cada puerta era de diez codos; y los lados de la puerta, de cinco codos de una parte, y cinco de la otra. Y midió su longitud de cuarenta codos, y la anchura de veinte codos.
Y la anchura de la pared de afuera de las cámaras era de cinco codos, y el espacio que quedaba de las cámaras de la Casa por dentro.
Y la puerta de cada cámara salía al espacio que quedaba; una puerta hacia el norte, y otra puerta hacia el mediodía; y la anchura del espacio que quedaba era de cinco codos por todo alrededor.
Y el edificio que estaba delante del apartamiento al lado hacia el occidente era de setenta codos; y la pared del edificio, de cinco codos de anchura alrededor, y noventa codos de largo.
Y para la posesión de la ciudad daréis cinco mil de anchura y veinticinco mil de longitud, delante de lo que se apartó para el Santuario; esto será para toda la Casa de Israel.
Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de las veinticinco mil, serán profanas, para la ciudad, para habitación y para ejidos; y la ciudad estará en medio.
Bienaventurado el que esperare, y llegare hasta mil trescientos treinta y cinco días.
Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
Y mandando a la multitud recostarse sobre la hierba, tomando los cinco panes y los dos peces, alzando los ojos al cielo, bendijo, y partiendo los panes los dio a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
Y los que comieron fueron como cinco mil varones, sin contar las mujeres y los niños.
¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes de los cinco mil hombres, y cuántos cestos alzasteis?
Y cinco de ellas eran prudentes, y cinco fatuas.
Y a éste dio cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno; a cada uno conforme a su facultad; y luego se fue lejos.
Y partido él, el que había recibido cinco talentos granjeó con ellos, e hizo otros cinco talentos.
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos que he ganado sobre ellos.
El les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Id, y vedlo. Y sabiéndolo, dijeron: Cinco, y dos peces.
Y tomados los cinco panes y los dos peces, mirando al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusieran delante; y repartió a todos los dos peces.
Y los que comieron eran cinco mil hombres.
Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos alzasteis? Y ellos dijeron: Doce.
Y después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se encubrió por cinco meses, diciendo:
Y les dice: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, si no vamos nosotros a comprar viandas para toda esta multitud.
Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
Y tomando los cinco panes y los dos pescados, mirando al cielo los bendijo, y partió, y dio a sus discípulos para que los pusieran delante de la multitud.
¿No se venden cinco pajarillos por dos blancas? Pues ni uno de ellos está olvidado de Dios.
Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres.
Y el otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me des por excusado.
porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
Y vino el segundo, diciendo: Señor, tu mina ha hecho cinco minas.
Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades.
porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Y hay en Jerusalén a la puerta de las ovejas un estanque, que en hebreo es llamado Betesda, el cual tiene cinco portales.
Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos peces pequeños; ¿mas qué es esto entre tantos?
Entonces Jesús dijo: Haced recostar los hombres. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como número de cinco mil varones.
Recogieron pues, y llenaron doce cestas de pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
Cuando habían remado unos cuatro o cinco kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre el mar y que se acercaba a la barca, y se asustaron.
Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y fue el número de los varones como cinco mil.
Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.
Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos y vinimos a ellos a Troas en cinco días, donde estuvimos siete días.
Y cinco días después descendió el príncipe de los sacerdotes, Ananías, con algunos de los ancianos, y un cierto Tértulo, orador; y comparecieron delante del gobernador contra Pablo.
pero en la Iglesia quiero más hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe también a los otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Animales en edades específicas
- Cinco Animales
- Cinco años
- Cinco cosas
- Cinco meses y más
- Cinco mil
- Cinco personas
- Cuatro o cinco días
- Cuatro y cinco cien
- Dos animales
- Edad cuando Coronado
- Edad, vivió más de 100
- La acuñación
- Las dimensiones de las cámaras
- Siete a Novecientos
- El sacrificio del ganado
- La valoración de la gente
- Las ovejas y las cabras
- Los objetos de bronce del tabernáculo
- Los peces
- Los talentos