'Esposa' en la Biblia
Y vino Jetro, suegro de Moisés, con los hijos y la esposa de Moisés al desierto, donde éste estaba acampado junto al monte de Dios;
y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu esposa, y sus dos hijos con ella.
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Si entró solo, solo saldrá; si estaba casado, saldrá él y su esposa con él.
Si su amo le hubiere dado esposa, y ella le hubiere dado a luz hijos o hijas, la esposa y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.
Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi esposa y a mis hijos, no saldré libre:
Si no agradare a su señor, por lo cual no la tomó por esposa, se permitirá que se rescate, y no la podrá vender a pueblo extraño cuando la desechare.
Si tomare otra esposa, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal.
Y si alguno engañare a alguna doncella que no fuere desposada, y se acostare con ella, deberá dotarla y tomarla por esposa.
La desnudez de la esposa de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre.
La desnudez de la hija de la esposa de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es, su desnudez no descubrirás.
La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su esposa; es esposa del hermano de tu padre.
La desnudez de tu nuera no descubrirás; esposa es de tu hijo, no descubrirás su desnudez.
La desnudez de la esposa de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano.
Además, no tendrás acto carnal con la esposa de tu prójimo, contaminándote con ella.
Y el hombre que cometiere adulterio con la esposa de otro hombre, el que cometiere adulterio con la esposa de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente han de ser muertos.
Y cualquiera que se acostare con la esposa de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.
Y el que tomare esposa y a la madre de ella, comete vileza; quemarán en fuego a él y a ellas, para que no haya vileza entre vosotros.
Y cualquiera que se acostare con la esposa del hermano de su padre, la desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos.
Y el que tomare la esposa de su hermano, comete inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin hijos serán.
No tomará por esposa a mujer ramera o infame; ni tomará mujer repudiada de su marido; porque él es santo a su Dios.
Y tomará por esposa a mujer virgen.
Mujer viuda, o divorciada, o infame, o ramera, no tomará; sino tomará de su pueblo virgen por esposa.
Habla a los hijos de Israel, y diles: Si la esposa de alguno se descarriare, e hiciere traición contra él,
si el espíritu de celos viniere sobre él, y tuviere celos de su esposa, habiéndose ella amancillado; o si el espíritu de celo viniere sobre él, y tuviere celos de su esposa, no habiéndose ella amancillado;
entonces el marido traerá su esposa al sacerdote, y traerá su ofrenda con ella, la décima de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso; porque es presente de celos, presente de recordación, que trae a la memoria el pecado.
Ésta es la ley de los celos, cuando la esposa hiciere traición a su marido, y se amancillare;
o del marido, sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su esposa; la presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley.
Y la esposa de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, la cual nació a Leví en Egipto; ésta dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a Miriam su hermana.
Éstas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el varón y su esposa, entre el padre y su hija, durante su juventud en casa de su padre.
No codiciarás la esposa de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu prójimo.
Cuando te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la esposa de tu seno, o tu amigo que sea como tu alma, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis,
y vieres entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por esposa,
y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa: y llorará a su padre y a su madre por todo un mes; y después entrarás a ella, y tú serás su marido, y ella será tu esposa.
Cuando alguno tomare esposa, y después de haber entrado a ella la aborreciere,
Y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por esposa, y él la aborrece;
Y le multarán con cien siclos de plata, los cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y ella será su esposa; no podrá despedirla en todos sus días.
entonces los sacaréis a ambos a la puerta de aquella ciudad, y los apedrearán con piedras, y morirán; la doncella porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la esposa de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la doncella cincuenta siclos de plata, y ella será su esposa, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.
No tomará alguno la esposa de su padre, ni descubrirá el regazo de su padre.
Y si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si muriere el postrer hombre que la tomó para sí por esposa,
no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su esposa, después que fue amancillada; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
Cuando alguno tomare esposa nueva, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a su esposa que tomó.
Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la esposa del muerto no se casará fuera con hombre extraño: su cuñado entrará a ella, y la tomará por su esposa, y hará con ella parentesco.
Cuando algunos riñeren juntos el uno con el otro, y llegare la esposa de uno para librar a su marido de mano del que le hiere, y metiere su mano y le trabare de sus vergüenzas;
Maldito el que se acostare con la esposa de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
El hombre que es tierno y muy delicado en medio de ti, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la esposa de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren;
Y dijo Caleb: Al que hiriere a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré a mi hija Acsa por esposa.
Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz, hermano de Caleb; y él le dio por esposa a su hija Acsa.
Y dijo Caleb: El que hiriere a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré a Acsa mi hija por esposa.
Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él le dio a Acsa su hija por esposa.
Y gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, esposa de Lapidot;
Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, esposa de Heber cineo; porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el cineo.
Y Jael, esposa de Heber, tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, vino a él calladamente, y le metió la estaca por las sienes, y lo enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió.
Bendita sea entre las mujeres Jael, esposa de Heber el cineo; sobre las mujeres bendita sea en la tienda.
Y la esposa de Galaad también le había dado hijos; los cuales cuando fueron grandes, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.
Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su esposa era estéril, que nunca había dado a luz.
Y se levantó Manoa, y siguió a su esposa; y así que llegó al varón, le dijo: ¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer? Y Él dijo: Yo soy.
Y Manoa tomó un cabrito de las cabras y un presente, y lo sacrificó sobre una roca a Jehová; y el Ángel hizo milagro a vista de Manoa y de su esposa.
Pues aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Ángel de Jehová subió en la llama del altar a vista de Manoa y de su esposa, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros.
Y el Ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su esposa. Entonces conoció Manoa que era el Ángel de Jehová.
Y dijo Manoa a su esposa: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios.
Y su esposa le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no recibiría de nuestras manos el holocausto y el presente, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.
Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por esposa.
Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que vayas tú a tomar esposa de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómala para mí, porque ésta agradó a mis ojos.
Y aconteció que en el séptimo día, dijeron a la esposa de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos? ¿No es así?
Y la esposa de Sansón lloró delante de él, y dijo: Solamente me aborreces y no me amas, pues que no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado; y ¿lo había de declarar a ti?
Y la esposa de Sansón fue dada a su compañero, con el cual él antes se acompañaba.
Y aconteció después de días, que en el tiempo de la siega del trigo, Sansón visitó a su esposa con un cabrito, diciendo: Entraré a mi esposa a la cámara. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.
Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les fue dicho: Sansón, el yerno del timnateo, porque le quitó a su esposa y la dio a su compañero. Y vinieron los filisteos, y quemaron a fuego a ella y a su padre.
Y los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por esposa.
Pero nosotros no les podemos dar esposas de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado, diciendo: Maldito el que diere esposa a los de Benjamín.
y estad atentos; y he aquí, si las hijas de Silo salieren a bailar en corros, vosotros saldréis de las viñas, y arrebataréis cada uno esposa para sí de las hijas de Silo, y os iréis a tierra de Benjamín.
Y aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá, fue a peregrinar en los campos de Moab, él y su esposa, y sus dos hijos.
El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su esposa Noemí; y los nombres de sus dos hijos eran, Mahalón y Quilión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y asentaron allí.
Entonces replicó Boaz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Ruth la moabita, esposa del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su heredad.
Y que también tomo por mi esposa a Ruth la moabita, esposa de Mahalón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy.
Boaz, pues, tomó a Ruth, y ella fue su esposa; y luego que entró a ella, Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo.
Y cuando venía el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba porciones a Penina su esposa y a todos sus hijos y a todas sus hijas.
Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y se volvieron, y vinieron a su casa en Ramá. Y Elcana conoció a Ana su esposa, y Jehová se acordó de ella.
Y Elí bendijo a Elcana y a su esposa, diciendo: Jehová te dé simiente de esta mujer en lugar de este préstamo que es hecho a Jehová. Y se volvieron a su casa.
Y su nuera, la esposa de Finees, que estaba encinta y cercana a dar a luz, al oír la noticia de que el arca de Dios había sido tomada, y que su suegro y su marido habían muerto, se inclinó y dio a luz; porque le sobrevinieron sus dolores.
Y el nombre de la esposa de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas. Y el nombre del general de su ejército era Abner, hijo de Ner tío de Saúl.
Y dijo Saúl a David: He aquí yo te daré a Merab mi hija mayor por esposa; solamente que me seas hombre valiente, y hagas las guerras de Jehová. Mas Saúl decía: No será mi mano contra él, mas la mano de los filisteos será contra él.
Y venido el tiempo en que Merab, hija de Saúl, se había de dar a David, fue dada por esposa a Adriel meholatita.
se levantó David, y partió con su gente, y mató a doscientos hombres de los filisteos; y trajo David los prepucios de ellos, y los entregaron todos al rey, para que él fuese hecho yerno del rey. Y Saúl le dio a su hija Mical por esposa.
Saúl envió luego mensajeros a casa de David para que lo guardasen, y lo matasen a la mañana. Mas Mical su esposa lo descubrió a David, diciendo: Si no salvas tu vida esta noche, mañana serás muerto.
El nombre de aquel varón era Nabal, y el nombre de su esposa, Abigail. Y era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia; mas el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb.
Y uno de los criados dio aviso a Abigail, esposa de Nabal, diciendo: He aquí David envió mensajeros desde el desierto que saludasen a nuestro amo, y él los ha zaherido.
Pero sucedió que por la mañana, cuando el vino había salido de Nabal, su esposa le refirió estas cosas; y desfalleció su corazón en él, y se quedó como una piedra.
Y cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea Jehová que juzgó la causa de mi afrenta recibida de la mano de Nabal, y ha preservado del mal a su siervo; y Jehová ha tornado la maldad de Nabal sobre su propia cabeza. Después envió David a hablar a Abigail, para tomarla por su esposa.
Y los jóvenes de David vinieron a Abigail en el Carmelo, y hablaron con ella, diciendo: David nos ha enviado a ti, para tomarte por su esposa.
Y levantándose aprisa Abigail con cinco doncellas que la seguían, se montó en un asno, y siguió a los mensajeros de David, y fue su esposa.
Porque Saúl había dado su hija Mical esposa de David, a Palti hijo de Lais, que era de Galim.
Y moró David con Aquís en Gat, él y sus hombres, cada uno con su familia: David con sus dos esposas, Ahinoam jezreelita, y Abigail, la que fue esposa de Nabal el del Carmelo.
Las dos esposas de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue esposa de Nabal del Carmelo, también eran cautivas.
Entonces todos los hombres perversos, de Belial, de entre los que habían ido con David, respondieron y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos del despojo que hemos quitado, sino a cada uno su esposa y sus hijos; para que se los lleven y se vayan.
Y David subió allá, y con él sus dos esposas, Ahinoam jezreelita y Abigail, la esposa de Nabal el del Carmelo.
Su segundo Quileab, de Abigail la esposa de Nabal, el carmelita; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur:
el sexto, Itream, de Egla esposa de David. Éstos nacieron a David en Hebrón.
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