'Hay' en la Biblia
Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar de la tierra a los pobres, y de entre los hombres a los menesterosos.
La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, dame, dame. Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice, basta:
Hay tres cosas que son incomprensibles para mí, y una cuarta que no entiendo:
Tres cosas hay de hermoso andar, y la cuarta pasea muy bien:
Abre su boca con sabiduría, y hay enseñanza de bondad en su lengua.
¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.
¿Hay algo de que se pueda decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.
No hay memoria de los primeros, ni tampoco de los postreros habrá memoria en los que serán después.
Porque en la mucha sabiduría hay mucha tristeza; y quien añade ciencia, añade dolor.
Consideré en mi mente cómo estimular mi cuerpo con el vino, mientras mi mente {me} guiaba con sabiduría, y cómo echar mano de la insensatez, hasta que pudiera ver qué hay de bueno bajo el cielo que los hijos de los hombres hacen en los contados días de su vida.
Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacer las: y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y no hay provecho debajo del sol.
Después volví yo a mirar para ver la sabiduría, y los desvaríos; y la locura (porque ¿qué hombre hay que pueda seguir al rey en lo que ya hicieron?)
Porque no hay memoria duradera {ni} del sabio {ni} del necio, ya que todos serán olvidados {en} los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como el necio!
Cuando hay un hombre que ha trabajado con sabiduría, con conocimiento y con destreza, y da su hacienda al que no ha trabajado en ella, esto también es vanidad y un gran mal.
No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma vea el bien de su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.
Para todas las cosas hay sazón, y toda voluntad debajo del cielo, tiene su tiempo determinado:
Yo he conocido que no hay mejor para ellos, que alegrarse, y hacer bien en su vida.
Sé que todo lo que Dios hace será perpetuo; no hay nada que añadirle y no hay nada que quitarle; Dios ha obrado {así} para que delante de El teman {los hombres}.
Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque hay un tiempo determinado de juzgar a toda voluntad y sobre todo lo que se hace.
Así que he visto que no hay cosa mejor que alegrarse el hombre con lo que hiciere; porque ésta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que será después de él?
Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!
Porque en los muchos sueños y {en} las muchas palabras {hay} vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios.
Si ves la opresión del pobre y la negación del derecho y de la justicia en la provincia, no te sorprendas del hecho, porque un oficial vigila sobre {otro} oficial, y {hay oficiales} superiores sobre ellos.
Y mayor altura hay en todas las cosas de la tierra; mas el que sirve al campo es rey.
Hay otra enfermedad maligna que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;
Hay otro mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres:
Cuando hay muchas palabras, aumenta la vanidad. ¿Cuál es {entonces} la ventaja para el hombre?
Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
Porque para toda voluntad hay tiempo y juicio; porque el mal del hombre es grande sobre él;
No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra; ni la impiedad librará al que la posee.
Todo esto he visto, y puesto he mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace: hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo.
Hay otra vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos los cuales son pagados como si hicieran obras de impíos; y hay impíos, que son pagados como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.
Por tanto yo alabé el placer, porque no hay nada bueno para el hombre bajo el sol sino comer, beber y divertirse, y esto le acompañará en sus afanes en los días de su vida que Dios le haya dado bajo el sol.
Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).
A todos les sucede lo mismo: Hay una misma suerte para el justo y para el impío; para el bueno, para el limpio y para el inmundo; para el que ofrece sacrificio y para el que no sacrifica. Como el bueno, así es el pecador; como el que jura, así es el que teme jurar.
Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que todos tengan un mismo suceso, y también que el corazón de los hijos de los hombres esté lleno de mal, y de enloquecimiento en su corazón durante su vida; y después, a los muertos.
Porque hay esperanza para todo aquel que está aún entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo con todas tus fuerzas; porque en el Seol, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría.
Hay otro mal que debajo del sol he visto; como salido de delante del gobernador por yerro:
Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza; pero excede la bondad de la sabiduría.
Si la serpiente muerde antes de ser encantada, no hay ganancia para el encantador.
Hijo mío, a más de esto, sé avisado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es aflicción de la carne.
Toda tú eres hermosa, oh compañera mía y en ti no hay mancha.
Panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos es como el olor del Líbano.
Tus dientes, son como manada de ovejas que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y estéril no hay entre ellas.
Las mandrágoras han dado olor, y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.
Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa entera, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no son curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Porque seréis como encina cuya hoja está marchita, y como jardín en que no hay agua.
él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.
¡Ay de los que juntan casa con casa, y añaden heredad a heredad hasta que ya no hay espacio! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?
Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas, y vino; y no miran la obra del SEÑOR, ni consideran la obra de sus manos.
En aquel día gruñirá sobre ella como el bramido del mar. Si se mira hacia la tierra, he aquí, hay tinieblas {y} angustia; aun la luz es oscurecida por sus nubes.
¿A la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esta palabra, es porque no hay para ellos amanecer.
Porque las aguas de Nimrim se han agotado, ciertamente la hierba está seca, la hierba tierna ha muerto, no hay nada verde.
Al tiempo de la tarde, he aquí, {hay} terror. Antes de la mañana ya no existen. Tal {será} la porción de los que nos despojan, y la suerte de los que nos saquean.
Carga de Duma. Me dan voces: De Seir. ¿Guarda qué hay esta noche? ¿Guarda, qué hay esta noche?
Pues hay un día de pánico, servidumbre y confusión de parte del Señor, DIOS de los ejércitos, en el valle de la visión, un derribar de murallas y un clamor al monte.
Sin embargo hay gozo y alegría, matanza de bueyes y degüello de ovejas; comiendo carne y bebiendo vino, {dicen:} Comamos y bebamos, que mañana moriremos.
Inunda tu tierra como el Nilo, hija de Tarsis, {ya} no hay más restricción.
Hay clamor por vino en las calles, toda alegría se convierte en tinieblas, desterrado está el júbilo de la tierra.
Y acontecerá en aquel día, que Jehová visitará sobre el ejército sublime en lo alto, y sobre los reyes de la tierra que hay sobre la tierra.
Con mi alma te deseo en la noche, y entre tanto que me dure el espíritu en medio de mí, madrugaré a buscarte; porque desde que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
No hay en mí enojo. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinas y cardos? Yo los hollaré, los quemaré juntamente.
al cual había dicho: Aquí hay reposo, dad reposo al cansado; y: Aquí hay descanso. Pero no quisieron escuchar.
Y de miedo se pasará a su fortaleza; y sus príncipes tendrán pavor de la bandera, dice el SEÑOR, a quien hay fuego en Sion, y a quien hay horno en Jerusalén.
Acercaos, naciones, para oír, y escuchad, pueblos; oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que de él brota.
Sus nobles (y allí no hay ninguno {a quien} puedan proclamar rey) y todos sus príncipes serán nada.
¿Qué dios hay entre todos los dioses de estas tierras, que haya librado su tierra de mi mano, para que el SEÑOR libre de mi mano a Jerusalén?
Los cuales le dijeron: Ezequías dice así: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia, es este día; porque los hijos han llegado hasta la rotura del agua, y no hay fuerza en la que da a luz.
Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto; y ninguna cosa hay en mis tesoros, que no les haya mostrado.
He aquí, que vienen días, en que todo lo que hay en tu casa, sea llevado a Babilonia, y todo lo que tus padres han guardado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice el SEÑOR.
¿No has sabido? ¿No has oído que el Dios del siglo es el SEÑOR, el cual creó los términos de la tierra? No se trabaja, ni se fatiga con cansancio; y su inteligencia no hay quien la alcance.
Los pobres y menesterosos buscan las aguas, que no hay; su lengua se secó de sed; yo, el SEÑOR, los oiré; yo, el Dios de Israel, no los desampararé.
Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; y de antes, y diremos: justo. Ciertamente, no hay quién lo anuncie, ciertamente, no hay quién enseñe, ciertamente no hay quién oiga vuestras palabras.
Pero cuando miro, no hay nadie, y entre ellos no hay consejeros a quienes, si les pregunto, puedan responder.
Así dice Dios el SEÑOR, que crea los cielos y los extiende, que afirma la tierra y lo que de ella brota, que da aliento al pueblo que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan:
Cantad al SEÑOR un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las islas y los moradores de ellas.
Mas este es pueblo saqueado y hollado, todos ellos enlazados en cavernas y escondidos en cárceles: son puestos á saco, y no hay quien libre; hollados, y no hay quien diga, Restituid.
Congréguense a una todos los gentiles, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay, que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y serán sentenciados por justos; oigan, y digan: Verdad.
Yo, yo soy el SEÑOR; y fuera de mí no hay quien salve.
Yo soy el que {lo} he anunciado, he salvado y {lo} he proclamado, y no hay entre vosotros {dios} extraño; vosotros, pues, sois mis testigos --declara el SEÑOR-- y yo soy Dios.
Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano escape; si yo hiciere, ¿quién lo estorbará?
Así dice el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: Yo el primero, y yo el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde antiguo, y te dije antes lo que estaba por venir? Luego vosotros sois mis testigos que no hay Dios sino yo; y que no hay Fuerte, que yo no conozca.
De ceniza se apacienta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No hay una mentira á mi mano derecha?
Gritad de júbilo, cielos, porque el SEÑOR {lo} ha hecho. Gritad de alegría, profundidades de la tierra. Prorrumpid, montes, en gritos de júbilo, {y} el bosque, y todo árbol {que} en él {hay}, porque el SEÑOR ha redimido a Jacob y ha mostrado su gloria en Israel.
Yo soy el SEÑOR, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste;
para que se sepa desde el nacimiento del sol, y desde donde se pone, que no hay más que yo. Yo soy el SEÑOR, y ninguno más que yo.
Así dice el SEÑOR: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos hombres agigantados, se pasarán a ti, y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; a ti harán reverencia, y a ti suplicarán: diciendo: Cierto, en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.
Porque así dice el SEÑOR que creó los cielos (El es el Dios que formó la tierra y la hizo, El la estableció {y} no la hizo un lugar desolado, {sino que} la formó para ser habitada): Yo soy el SEÑOR y no hay ningún otro.
Publicad, y haced llegar, y entren todos en consulta. ¿Quién hizo oír esto desde el principio, y desde entonces lo tiene dicho, sino yo, el SEÑOR? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador, no hay más que yo.
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
De mí dirán: ``Sólo en el SEÑOR hay justicia y fuerza." A El vendrán y serán avergonzados todos los que contra El se enojaron.
Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo, porque yo soy Dios, y no hay más Dios; y nada hay a mí semejante.
Oye, pues, ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.
Así han venido a ser para ti aquellos con quienes has trabajado, que han negociado contigo desde tu juventud; cada cual vaga por su camino, no hay nadie que te salve.
Juntaos todos vosotros, y oíd. ¿Quién hay entre ellos, que anuncie estas cosas? El SEÑOR lo amó, el cual ejecutará su voluntad sobre Babilonia, y su brazo sobre los caldeos.
No hay paz para los malos, dijo el SEÑOR.
porque vine, y nadie apareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado a acortarse mi mano, para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; torno los ríos en desierto; hasta pudrirse sus peces, y morirse de sed por falta de agua.
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (36)
- Éxodo (10)
- Levítico (18)
- Números (14)
- Deuteronomio (21)
- Josué (2)
- Jueces (13)
- Rut (2)
- 1 Samuel (23)
- 2 Samuel (12)
- 1 Reyes (16)
- 2 Reyes (21)
- 1 Crónicas (11)
- 2 Crónicas (13)
- Esdras (3)
- Nehemías (5)
- Ester (3)
- Job (53)
- Salmos (73)
- Proverbios (56)
- Eclesiastés (38)
- Cantares (4)
- Isaías (70)
- Jeremías (49)
- Lamentaciones (13)
- Ezequiel (10)
- Daniel (15)
- Oseas (10)
- Joel (2)
- Amós (5)
- Abdías (1)
- Jonás (2)
- Miqueas (8)
- Nahúm (4)
- Habacuc (2)
- Sofonías (1)
- Hageo (2)
- Zacarías (4)
- Malaquías (2)
- Mateo (11)
- Marcos (13)
- Lucas (21)
- Juan (15)
- Hechos (21)
- Romanos (17)
- 1 Corintios (27)
- 2 Corintios (4)
- Gálatas (3)
- Efesios (6)
- Filipenses (2)
- Colosenses (3)
- 2 Tesalonicenses (1)
- 1 Timoteo (3)
- 2 Timoteo (5)
- Tito (1)
- Filemón (1)
- Hebreos (7)
- Santiago (4)
- 1 Pedro (2)
- 2 Pedro (4)
- 1 Juan (10)
- 3 Juan (1)
- Apocalipsis (5)