'Hombres' en la Biblia
Y perseguí este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles así hombres como mujeres;
Porque serás testigo suyo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
Pero tú no les creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto bajo maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están apercibidos esperando de ti promesa.
Y por esto yo procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.
Y al otro día, viniendo Agripa y Bernice con mucha pompa, y entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo fue traído Pablo.
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia detienen la verdad;
y de la misma manera también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la recompensa que convino a su extravío.
en el día en que Dios juzgará por Jesucristo, los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
sino que es judío el que lo es en el interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; cuya alabanza no es de los hombres, sino de Dios.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Así que, como por el pecado de uno vino la condenación a todos los hombres, así también, por la justicia de uno, vino la gracia a todos los hombres para justificación de vida.
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Si fuere posible, en cuanto esté en vosotros, vivid en paz con todos los hombres.
Porque el que en estas cosas sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y divisiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro,
Téngannos los hombres por ministros de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.
Porque pienso que Dios nos ha puesto a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; porque somos hechos espectáculo al mundo, y a los ángeles, y a los hombres.
Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios; uno de una manera, y otro de otra.
Por precio sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres.
Porque el que habla en lengua desconocida, no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios.
Mas el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.
Hermanos, no seáis niños en el entendimiento; sino sed niños en la malicia, pero hombres en el entendimiento.
Si sólo en esta vida esperamos en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres.
No toda carne es la misma carne; pues una carne es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves.
Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, sabida y leída de todos los hombres;
Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres, mas a Dios somos manifiestos; y espero que también en vuestras conciencias seamos manifiestos.
procurando hacer lo honesto, no sólo delante del Señor, sino también delante de los hombres.
Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo, y por Dios el Padre que le resucitó de entre los muertos),
Qué, ¿persuado yo ahora a los hombres, o a Dios? ¿Acaso busco agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
misterio que en otras edades no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu;
Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.
No sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo la voluntad de Dios de corazón.
Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres;
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Vuestra modestia sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
(todas las cuales habrán de perecer con el uso), según mandamientos y doctrinas de hombres?
Siervos, obedeced en todo a vuestros amos según la carne, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
porque nuestro evangelio llegó a vosotros no sólo en palabra, sino también en poder, y en el Espíritu Santo, y en plena certidumbre; como bien sabéis qué clase de hombres fuimos entre vosotros por amor a vosotros.
sino según fuimos aprobados por Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones.
ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
Por lo cual nosotros también sin cesar damos gracias a Dios, porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino como es en verdad, la palabra de Dios, la cual también obra eficazmente en vosotros los que creéis.
los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos han perseguido; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres;
y que seamos librados de hombres malos y perversos; porque no es de todos la fe.
Exhorto, pues, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y vengan al conocimiento de la verdad.
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre;
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
Que por esto también trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
Los pecados de algunos hombres se manifiestan antes que vengan ellos a juicio; mas a otros les vienen después.
disputas perversas de hombres de mente corrompida, y privados de la verdad, que tienen la piedad por ganancia; apártate de los tales.
Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte.
Y lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, malagradecidos, sin santidad,
Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
Mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
no atendiendo a fábulas judaicas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
Porque la gracia de Dios que trae salvación se ha manifestado a todos los hombres,
Que no hablen mal de nadie, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
Palabra fiel es ésta, y estas cosas quiero que afirmes constantemente, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.
Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente también ofrendas y sacrificios por los pecados;
Porque los hombres ciertamente juran por el que es mayor; y el juramento para confirmación es para ellos el fin de toda controversia.
Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.
Porque la ley constituye sumos sacerdotes a hombres débiles; mas la palabra del juramento, posterior a la ley, constituye al Hijo, quien es perfecto para siempre.
Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio;
Con ella bendecimos al Dios y Padre; y con ella maldecimos a los hombres, que son hechos a la semejanza de Dios.
al cual acercándoos, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas escogida y preciosa para Dios.
Porque ésta es la voluntad de Dios; que haciendo el bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres vanos.
para que ya el tiempo que queda en la carne, viva, no en las concupiscencias de los hombres, sino en la voluntad de Dios.
Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos; para que sean juzgados en la carne según los hombres, pero vivan en el espíritu según Dios.
porque la profecía no vino en tiempo pasado por la voluntad del hombre; sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo guiados por el Espíritu Santo.
Pero los cielos que son ahora, y la tierra, son reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios que Él ha dado acerca de su Hijo.
Porque ciertos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes fueron ordenados para esta condenación, hombres impíos, que cambian la gracia de nuestro Dios en libertinaje, negando al único Señor Dios, y a nuestro Señor Jesucristo.
Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas fue tornada en ajenjo; y muchos hombres murieron por las aguas, porque fueron hechas amargas.
Y les fue mandado que no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen el sello de Dios en sus frentes.
Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, pero la muerte huirá de ellos.
Y el parecer de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; y sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro; y sus caras eran como caras de hombres;
Y tenían colas como de escorpiones, y tenían en sus colas aguijones, y el poder de hacer daño a los hombres cinco meses.
Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, y el día, y el mes y el año, para matar la tercera parte de los hombres.
Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, y por el humo, y por el azufre que salía de su boca.
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, para que no adorasen a los demonios, y a las imágenes de oro, y plata, y bronce, y piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar,
Y en aquella hora fue hecho gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil hombres murieron en el terremoto; y los demás se espantaron, y dieron gloria al Dios del cielo.
Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.
Éstos son los que no fueron contaminados con mujeres; porque son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera que Él va. Éstos fueron redimidos de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero.
Y fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra; y vino una pestilente y maligna úlcera sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.
Y el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol; y le fue dado quemar a los hombres con fuego.
Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
Y hubo voces, y relámpagos y truenos; y hubo un gran temblor, un terremoto tan grande, cual no hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
Y cayó del cielo sobre los hombres un grande granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron a Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue muy grande.
y canela, y aromas, y ungüentos, e incienso, y vino, y aceite; y flor de harina y trigo, y bestias, y ovejas; y caballos, y carros, y esclavos, y almas de hombres.
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios.
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