'Hombres' en la Biblia
Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y entendidos; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
Todos los hijos de Fares que moraron en Jerusalén, fueron cuatrocientos sesenta y ocho hombres fuertes.
y sus hermanos, hombres de grande vigor, ciento veintiocho; jefe de los cuales era Zabdiel, hijo de un hombre grande.
Y en Susán capital del reino, los judíos mataron y destruyeron a quinientos hombres.
Y dijo el rey a la reina Esther: En Susán, capital del reino, los judíos han matado y destruido a quinientos hombres, y a diez hijos de Amán; ¿qué habrán hecho en las otras provincias del rey? ¿Cuál, pues, es tu petición? Y te será concedida; ¿o qué más es tu demanda? y será hecho.
Y los judíos que estaban en Susán, se juntaron también el catorce del mes de Adar, y mataron en Susán a trescientos hombres; mas en el despojo no metieron su mano.
En imaginaciones de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres,
Pequé, ¿qué te hago yo, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto como blanco tuyo, de modo que soy una carga para mí mismo?
¿Harán tus falacias callar a los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence?
Porque Él conoce a los hombres vanos: Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?
Entre nosotros también hay cabezas canas y hombres viejos, mucho más ancianos que tu padre.
¿Quieres tú guardar la senda antigua, que pisaron los hombres perversos?
De la ciudad gimen los hombres, y claman las almas de los heridos de muerte; mas Dios no puso estorbo.
Por sueño de visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho;
Entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo;
Él mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado;
Y va en compañía con los que obran iniquidad, y anda con los hombres malignos.
Deseo yo que Job sea probado ampliamente, a causa de sus respuestas por los hombres inicuos.
Los hombres todos la ven; la mira el hombre de lejos.
Las cuales destilan las nubes, goteando en abundancia sobre los hombres.
Él sella la mano de todo hombre, para que los hombres todos reconozcan su obra.
Lo temerán por tanto los hombres: Él no estima a ninguno que se cree ser sabio de corazón.
Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia? ¿Hasta cuándo amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah)
Pon, oh Jehová, temor en ellos; conozcan las naciones que no son sino hombres. (Selah)
Jehová está en su santo templo: El trono de Jehová está en el cielo: Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
«Al Músico principal: sobre Seminit: Salmo de David» Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.
Asediando andan los malos, cuando son exaltados los más viles de los hijos de los hombres.
Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos.
De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
Me rodearon los dolores de la muerte, y torrentes de hombres perversos me atemorizaron.
Su fruto destruirás de la tierra, y su simiente de entre los hijos de los hombres.
Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
No me he sentado con hombres falsos, ni entraré con los hipócritas.
No juntes con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios:
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado para los que en ti confían, delante de los hijos de los hombres!
Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de los hombres:
¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios.
Porque extraños se han levantado contra mí, y hombres violentos buscan mi vida; no han puesto a Dios delante de sí. (Selah)
Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la destrucción: Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días: Pero yo confiaré en ti.
Mi vida está entre leones; estoy echado entre hijos de hombres encendidos; sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda.
«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David» Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
Líbrame de los obradores de iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios.
Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hombres de renombre; pesándolos a todos juntos en la balanza, pesarán menos que la vanidad.
Y temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán su hecho.
Venid, y ved las obras de Dios, temible en sus hechos para con los hijos de los hombres.
Hombres hiciste cabalgar sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a un lugar de abundancia.
Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
No sufren trabajos como los demás mortales; ni son azotados como el resto de los hombres.
Dejó por tanto el tabernáculo de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres;
Pero como hombres moriréis; y caeréis como cualquiera de los príncipes.
Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, y conspiración de hombres violentos ha buscado mi alma, y no te pusieron delante de sí.
Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres;
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres.
El cielo, aun los cielos son de Jehová; mas ha dado la tierra a los hijos de los hombres.
Líbrame de la violencia de los hombres; y guardaré tus mandamientos.
a no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
Los ídolos de las gentes son plata y oro, obra de manos de hombres;
De cierto, oh Dios, matarás al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
«Al Músico principal: Salmo de David» Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; guárdame de hombres violentos;
Guárdame, oh Jehová, de manos del impío, presérvame de los hombres violentos; que han pensado trastornar mis pasos.
De tus portentos y temibles hechos hablarán los hombres; Y yo contaré tu grandeza.
para dar a conocer sus proezas a los hijos de los hombres, y la gloriosa majestad de su reino.
para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades;
y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
Porque a muchos ha hecho caer heridos; y aun los hombres más fuertes han sido muertos por ella.
Oh hombres, a vosotros clamo; y mi voz se dirige a los hijos de los hombres.
regocijándome en la parte habitable de su tierra; teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.
El infierno y la destrucción están delante de Jehová: ¡Cuánto más los corazones de los hombres!
Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad; pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?
¿Has visto un hombre diligente en su obra? Delante de los reyes estará; no estará delante de los hombres impíos.
También ella, como ladrón, acecha, y multiplica entre los hombres los prevaricadores.
No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos;
El pensamiento del necio es pecado; y abominación a los hombres el escarnecedor.
Los hombres malos no entienden el juicio; mas los que buscan a Jehová, entienden todas las cosas.
Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; mas cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden.
Los hombres escarnecedores agitan la ciudad; mas los sabios apartan la ira.
Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro; mas los rectos procuran por su alma.
Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.
Y di mi corazón a inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.
Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.
Acumulé también plata y oro, y tesoro preciado de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, y de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en él se ocupen.
Yo he entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo: sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de Él teman los hombres.
Dije en mi corazón: En cuanto a la condición de los hijos de los hombres, que Dios los pruebe, para que ellos mismos vean que son semejantes a las bestias.
Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es; como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?
Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres:
Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.
Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está entregado para hacer el mal.
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