'Lo' en la Biblia
- 1.Gé 1:9-Gé 37:10
- 2.Gé 37:14-Éx 9:4
- 3.Éx 9:12-Éx 29:34
- 4.Éx 29:36-Levítico 8:12
- 5.Levítico 8:13-Levítico 25:27
- 6.Levítico 25:28-Números 24:9
- 7.Números 24:12-Deuteronomio 17:3
- 8.Deuteronomio 17:10-Josué 10:30
- 9.Josué 10:32-Rut 2:11
- 10.Rut 2:17-1 Samuel 22:17
- 11.1 Samuel 22:22-2 Samuel 17:5
- 12.2 Samuel 17:9-1 Reyes 13:11
- 13.1 Reyes 13:25-2 Reyes 7:2
- 14.2 Reyes 7:8-2 Reyes 21:17
- 15.2 Reyes 21:20-2 Crónicas 18:2
- 16.2 Crónicas 18:13-Esdras 7:18
- 17.Esdras 7:20-Job 15:21
- 18.Job 15:26-Salmos 38:20
- 19.Salmos 39:2-Proverbios 4:25
- 20.Proverbios 7:13-Cantares 3:1
- 21.Cantares 3:2-Isaías 44:19
- 22.Isaías 44:23-Jeremías 18:4
- 23.Jeremías 18:10-Lamentaciones 3:20
- 24.Lamentaciones 3:28-Ezequiel 44:23
- 25.Ezequiel 44:24-Miqueas 2:12
- 26.Miqueas 3:2-Mateo 20:4
- 27.Mateo 20:5-Marcos 14:3
- 28.Marcos 14:8-Lucas 18:26
- 29.Lucas 18:27-Juan 13:33
- 30.Juan 14:2-Hechos 21:40
- 31.Hechos 22:10-1 Corintios 8:7
- 32.1 Corintios 8:10-Gálatas 3:17
- 33.Gálatas 5:17-2 Timoteo 3:9
- 34.2 Timoteo 3:14-1 Juan 3:23
- 35.1 Juan 4:19-Apocalipsis 22:9
En la Casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros el lugar.
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Y ahora os lo he dicho antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis.
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Si permaneces en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, todo lo que quisiereis pediréis, y os será hecho.
Ya no os diré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; mas os he dicho amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he hecho notorias.
No me elegisteis vosotros a mí , mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé.
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que es suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.
Mas os he dicho esto, para que cuando aquella hora viniere, os acordéis que yo os lo había dicho. Esto empero no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.
Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si yo no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
Pero cuando viniere aquel Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.
El me clarificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Todo lo que tiene el Padre, mío es; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Así que decían: ¿Qué es esto que dice: Un poquito? No entendemos lo que habla.
Y aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis a mi Padre en mi nombre, os lo dará.
y yo les he manifestado tu Nombre, y lo manifestaré aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; el vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo que beber?
¿Qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Así lo envió Anás atado a Caifás, el sumo sacerdote.
Le respondió Jesús: ¿Dices tú esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
Entonces Pilato salió otra vez fuera, y les dijo: He aquí, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en él.
Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese colgado de un madero. Y tomaron a Jesús, y le llevaron.
Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
Y el que lo vio, da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
Pasadas estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas en secreto por miedo de los judíos, rogó a Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús; lo cual permitió Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
Y tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias, como es costumbre de los judíos sepultar.
Le dice Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dice: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.
éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, tomándolo vosotros lo matasteis con manos inicuas, colgándole en un madero;
Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque lo tengo a la diestra, no seré removido.
Por lo cual mi corazón se alegró, y mi lengua se gozó; y aun mi carne descansará en esperanza;
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Y Pedro dijo: No tengo plata ni oro; mas lo que tengo, esto te doy; en el Nombre de Jesús, el Cristo, el Nazareno, levántate y anda.
Y le conocían, que él era el que se sentaba a pedir la limosna a la puerta del Templo, la Hermosa; y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido.
y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos.
Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros príncipes.
Pero, Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos los profetas, que su Cristo había de padecer.
A vosotros primeramente, Dios, levantando a su Hijo, Jesús, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.
diciendo: ¿Qué hemos de hacer a estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar.
porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
Ellos entonces los despacharon amenazándolos, no hallando ningún modo de castigarlos, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios de lo que había sido hecho.
Y sueltos, vinieron a los suyos, y contaron todo lo que los príncipes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay;
para hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que había de ser hecho.
Y de la multitud de los que habían creído era un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.
Que ningún necesitado había entre ellos; porque todos los que poseían heredades o casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido,
y lo ponían a los pies de los apóstoles; y era repartido a cada uno de acuerdo a su necesidad.
como tuviese una heredad, la vendió, y trajo el precio, y lo puso a los pies de los apóstoles.
Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
Y levantándose los jóvenes, le envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.
Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, a lo menos su sombra tocase a alguno de ellos.
Y les dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer.
Pero él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por su mano; mas ellos no lo habían entendido.
Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como les ordenó Dios, hablando a Moisés que lo hiciese según la forma que había visto.
Y acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?
El, temblando y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice : Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer.
Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo había visto al Señor en el camino, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado confiadamente en el Nombre de Jesus.
Lo cual, cuando los hermanos entendieron, le acompañaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
Entonces en Jope había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.
Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que te conviene hacer.
Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo ensucies.
por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir?
Así que, luego envié a ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado.
A éste Dios lo levantó al tercer día, y dio que fuese hecho manifiesto,
Entonces comenzando Pedro, les declaró por orden lo pasado , diciendo:
Entonces la voz me respondió del cielo la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo ensucies tú.
Y partió Bernabé a Tarso a buscar a Saulo; y hallado, lo trajo a Antioquía.
Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar subsidio a los hermanos que habitaban en Judea;
lo cual asimismo hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
Y le dijo el ángel: Cíñete, y átate tus sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Rodéate tu ropa, y sígueme.
Y saliendo, le seguía; y no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, mas pensaba que veía visión.
Entonces el procónsul, viendo lo que había sido hecho, creyó, maravillado de la doctrina del Señor.
Y quitado aquel, les levantó por rey a David, del que dio también testimonio, diciendo: He hallado a David, hijo de Jessé, varón conforme a mi corazón, el cual hará todo lo que yo quiero.
Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro.
Y que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, así lo dijo: Os daré las misericordias fieles prometidas a David.
y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en éste es justificado todo aquel que creyere.
Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas:
Pero los judíos, vista la multitud, se llenaron de celo, y se oponían a lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.
Porque así nos mandó el Señor, diciendo : Te he puesto para luz de los gentiles, para que seas por salud hasta lo postrero de la tierra.
Entonces la multitud, visto lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses semejantes a hombres han descendido a nosotros.
Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rotas sus ropas, se lanzaron a la multitud, dando voces,
y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, y el mar, y todo lo que está en ellos;
Después de esto volveré y restauraré el tabernáculo de David, que estaba caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar;
Por lo cual yo juzgo, que los que de los gentiles se convierten a Dios, no han de ser inquietados;
sino escribirles que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, y de fornicación, y de lo ahogado, y de sangre.
Así que, enviamos a Judas y a Silas, los cuales también por palabra os harán saber lo mismo.
Que os abstengáis de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de lo ahogado, y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.
Y los que habían tomado a cargo a Pablo, le llevaron hasta Atenas; y tomando orden de él para Silas y Timoteo, que viniesen a él lo más presto que pudiesen, partieron.
Y ahora, he aquí, que yo atado del Espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;
Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y a los que están conmigo, estas manos me han servido.
Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.
a los cuales, cuando los hubo saludado, contó en detalle lo que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio.
Cuando ellos lo oyeron, glorificaron al Señor, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos de la ley:
Tomando a éstos contigo, purifícate con ellos, y gaste por ellos, para que rasuren sus cabezas, y todos entiendan que no hay nada de lo que fueron informados acerca de ti; sino que tú también andas guardando la ley.
Pero en cuanto a los que de los gentiles que han creído, nosotros hemos escrito haberse acordado que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo que fuere sacrificado a los ídolos, y de sangre, y de lo ahogado, y de fornicación.
Y cuando él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Y hecho gran silencio, habló en lengua hebrea, diciendo:
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- 1.Gé 1:9-Gé 37:10
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- 7.Números 24:12-Deuteronomio 17:3
- 8.Deuteronomio 17:10-Josué 10:30
- 9.Josué 10:32-Rut 2:11
- 10.Rut 2:17-1 Samuel 22:17
- 11.1 Samuel 22:22-2 Samuel 17:5
- 12.2 Samuel 17:9-1 Reyes 13:11
- 13.1 Reyes 13:25-2 Reyes 7:2
- 14.2 Reyes 7:8-2 Reyes 21:17
- 15.2 Reyes 21:20-2 Crónicas 18:2
- 16.2 Crónicas 18:13-Esdras 7:18
- 17.Esdras 7:20-Job 15:21
- 18.Job 15:26-Salmos 38:20
- 19.Salmos 39:2-Proverbios 4:25
- 20.Proverbios 7:13-Cantares 3:1
- 21.Cantares 3:2-Isaías 44:19
- 22.Isaías 44:23-Jeremías 18:4
- 23.Jeremías 18:10-Lamentaciones 3:20
- 24.Lamentaciones 3:28-Ezequiel 44:23
- 25.Ezequiel 44:24-Miqueas 2:12
- 26.Miqueas 3:2-Mateo 20:4
- 27.Mateo 20:5-Marcos 14:3
- 28.Marcos 14:8-Lucas 18:26
- 29.Lucas 18:27-Juan 13:33
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- 31.Hechos 22:10-1 Corintios 8:7
- 32.1 Corintios 8:10-Gálatas 3:17
- 33.Gálatas 5:17-2 Timoteo 3:9
- 34.2 Timoteo 3:14-1 Juan 3:23
- 35.1 Juan 4:19-Apocalipsis 22:9