'Pues' en la Biblia
Pues ahora yacería yo, y reposaría; dormiría, y entonces tendría reposo,
Pues antes que mi pan viene mi suspiro; y mis gemidos corren como aguas.
Ahora, pues, da voces, si habrá quien te responda; ¿Y a cuál de los santos te volverás?
Pues aun con las piedras del campo tendrás alianza, y las fieras del campo tendrán paz contigo.
Ahora ciertamente como ellas sois vosotros; pues habéis visto mi infortunio, y teméis.
Ahora, pues, si queréis, miradme, y ved si miento delante de vosotros.
Desvanezco; no he de vivir para siempre; déjame, pues mis días son vanidad.
porque nosotros somos de ayer y nada sabemos, pues nuestros días sobre la tierra son como una sombra.
Si soy impío, ¿Para qué, pues, trabajaré en vano?
¿No son pocos mis días? Cesa, pues, y déjame, para que me conforte un poco.
Porque tu boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos.
Mas volved todos vosotros, y venid ahora, pues no hallo sabio entre vosotros.
Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros, pues no queremos el conocimiento de tus caminos.
¿Cómo, pues, me consoláis en vano, viniendo a parar vuestras respuestas en falacia?
Él, pues, acabará lo que ha determinado de mí: y muchas cosas como éstas hay en Él.
¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿O cómo será limpio el que nace de mujer?
He aquí que todos vosotros lo habéis visto: ¿Por qué, pues, os hacéis enteramente vanos?
Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará; hará él por huir de su mano.
¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
Pues yo sé que me llevarás a la muerte; y a la casa determinada a todo viviente.
Hice pacto con mis ojos: ¿Cómo, pues, había yo de pensar en virgen?
si los siervos de mi morada no decían: ¡Oh que nos diese de su carne, pues no estamos saciados!
Yo, pues, he esperado, porque no hablaban, antes pararon, y no respondieron más.
No carga, pues, Él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.
Aunque digas: No lo mirará; el juicio está delante de Él, espera pues, en Él.
Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad; pues ésta escogiste más bien que la aflicción.
Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién, pues, podrá estar delante de mí?
Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros con afrenta, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job.