'Tarde' en la Biblia
Por demás os es el madrugar a levantaros, el veniros tarde a reposar, el comer pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
Sea enderezada mi oración delante de ti como incienso, el don de mis manos como el sacrificio de la tarde.
a la tarde del día, ya que oscurecía; en la oscuridad y tiniebla de la noche.
El que tarde se aíra, es grande de inteligencia; mas el corto de espíritu engrandece la locura.
El hombre iracundo revolverá contiendas; mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.
Mejor es el que tarde se aíra que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
Por la mañana siembra tu simiente, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto o lo otro, o si ambas son igualmente buenas.
Al tiempo de la tarde, veis aquí turbación; antes que la mañana venga ella no será. Esta es la parte de los que nos pisotean; y la suerte de los que nos saquean.
Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia de la tarde; y has tenido frente de mala mujer, ni quisiste tener vergüenza.
Denunciad guerra contra ella; levantaos y subamos hacia el mediodía. ¡Ay de nosotros! Que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido.
Y sacarás tus aparejos, como aparejos de partida, de día delante de sus ojos; mas tú saldrás por la tarde a vista de ellos, como quien sale para partirse.
Y yo hice así como me fue mandado; saqué mis aparejos de día, como aparejos de partida, y a la tarde horadé la pared a mano; salí de noche, y los llevé sobre los hombros a vista de ellos.
Y hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.
Y la mano del SEÑOR había sido sobre mí la tarde antes que el escapado viniera, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y nunca más estuve mudo.
Y el príncipe entrará de afuera por el camino del portal de la puerta, y estará al umbral de la puerta, (mientras los sacerdotes harán su holocausto y sus pacíficos) y adorará a la entrada de la puerta; después saldrá; mas no se cerrará la puerta hasta la tarde.
Y él me dijo: Hasta dos mil trescientos días de tarde y mañana; y el santuario será justificado.
Y la visión de la tarde y la mañana que está dicha, es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días.
aún estaba hablando en oración, y aquel varón Gabriel, al cual había visto en visión al principio, volando con vuelo, me tocó como a la hora del sacrificio de la tarde.
Y serán sus caballos más ligeros que tigres, y más agudos que lobos de tarde; y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus caballeros, y volarán como águilas que se apresuran a la comida.
Sus príncipes en medio de ella son leones bramadores; sus jueces, lobos de tarde que no dejan hueso para la mañana;
Y será un día, el cual es conocido del SEÑOR, que ni será día ni noche; mas acontecerá que al tiempo de la tarde habrá luz.
Y cuando fue la tarde del día, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y el tiempo es ya pasado; despide la multitud, para que se vayan por las aldeas, y compren para sí de comer.
Y despedida la multitud, subió al monte, apartado, a orar; y cuando llegó la tarde del día, estaba allí solo.
Mas él respondiendo, les dijo: Cuando es la tarde del día, decís: Sereno; porque el cielo tiene arreboles.
Y cuando fue la tarde del día, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y como fue la tarde del día, se sentó a la mesa con los doce.
Cuando llegó la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús.
Y cuando fue la tarde, cuando el sol se puso, traían a él todos los que tenían mal, y endemoniados;
Y les dijo aquel día cuando fue tarde: Pasemos al otro lado.
Y entró el Señor en Jerusalén, y en el Templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, se fue a Betania con los doce.
Velad pues, porque no sabéis cuándo el Señor de la casa vendrá; si a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana;
Y llegada la tarde, fue con los doce.
Y cuando fue la tarde, porque era la preparación, es decir, la víspera del sábado,
Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Y entró con ellos.
Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos al mar;
Y como fue tarde aquel día, el primero de los sábados, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los judíos, vino Jesús, y se puso en medio, y les dijo: Paz tengáis.
Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era ya tarde.
Y habiéndoles señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales declaraba y testificaba el Reino de Dios, procurando persuadirles lo que es de Jesús, el Cristo, por la ley de Moisés y por los profetas, desde la mañana hasta la tarde.