Y él os mostrará un gran aposento alto, amueblado {y} preparado; haced los preparativos para nosotros allí.

Y mientras comían, tomó pan, y habiéndo{lo} bendecido {lo} partió, se {lo} dio a ellos, y dijo: Tomad, esto es mi cuerpo.

Faltaban dos días para la Pascua y para {la fiesta} de los panes sin levadura; y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matar{le};

Y estando El en Betania, sentado {a la mesa} en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso de nardo puro; {y} rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de Jesús.

El primer día {de la fiesta} de los panes sin levadura, cuando se sacrificaba {el cordero de} la Pascua, sus discípulos le dijeron*: ¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?

Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron {todo} tal como El les había dicho; y prepararon la Pascua.

Y decía: ¿Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú {quieras}.

Y llegaron* a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo* a sus discípulos: Sentaos aquí hasta que yo haya orado.

Mas El callaba y nada respondía. Le volvió a preguntar el sumo sacerdote, diciéndole: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?

Jesús dijo: Yo soy; y veréis al HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER y VINIENDO CON LAS NUBES DEL CIELO.

Al atardecer llegó* El con los doce.

Y estando sentados {a la mesa} comiendo, Jesús dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará; el que come conmigo.

Porque el Hijo del Hombre se va tal y como está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor {le fuera} a ese hombre no haber nacido.

Y El les dijo: {Es} uno de los doce, el que moja conmigo en el plato.

Y tomando una copa, después de dar gracias, se {la} dio a ellos, y todos bebieron de ella.

Y Jesús le dijo*: En verdad te digo que tú, hoy, esta {misma} noche, antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces.

Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se aparten, yo, sin embargo, no {lo haré.}

Ellos comenzaron a entristecerse y a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo?

Y tomó* consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho.

Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

Pero {Pedro} con insistencia repetía: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos decían también lo mismo.

En verdad os digo: Ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.

Y llevaron a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron* todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.

Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos.

Entonces vino* y los halló* durmiendo, y dijo* a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No pudiste velar ni por una hora?

Y Jesús les dijo*: Todos vosotros os apartaréis, porque escrito está: ``HERIRE AL PASTOR, Y LAS OVEJAS SE DISPERSARAN."

En ese momento, mientras todavía estaba El hablando, llegó* Judas, uno de los doce, acompañado de una multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.

Después de cantar un himno, salieron para el monte de los Olivos.

Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros; y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.

Estando Pedro abajo en el patio, llegó* una de las sirvientas del sumo sacerdote,

Cierto joven le seguía, vestido {sólo} con una sábana sobre {su cuerpo} desnudo; y lo prendieron*;

Y les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad.

Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.

Ella ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.

porque decían: No durante la fiesta, no sea que haya un tumulto del pueblo.

Y en verdad os digo: Dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que ésta ha hecho, para memoria suya.

Entonces Judas Iscariote, que era uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregarles a Jesús.

Y comenzaron algunos a escupirle, a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: ¡Profetiza! Y los alguaciles le recibieron a bofetadas.

Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que si fuera posible, pasara de El aquella hora.

Y envió* a dos de sus discípulos, y les dijo*: Id a la ciudad, y {allí} os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle;

Pero Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la molestáis? Buena obra ha hecho conmigo.

Porque este perfume podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y dado {el dinero} a los pobres. Y la reprendían.

Y abandonándole, huyeron todos.

Vino* por tercera vez, y les dijo*: ¿Todavía estáis durmiendo y descansando? Basta ya; ha llegado la hora; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.

Pero algunos estaban indignados {y se decían} unos a otros: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?

Nosotros le oímos decir: ``Yo destruiré este templo hecho por manos, y en tres días edificaré otro no hecho por manos."

Al instante un gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y se echó a llorar.

Y vino de nuevo y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados {de sueño;} y no sabían qué responderle.

Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja.

Cuando ellos {lo} oyeron, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él buscaba cómo entregarle en un momento oportuno.

Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle y llevadle con seguridad.

y donde él entre, decid al dueño de la casa: ``El Maestro dice: ` ¿Dónde está mi habitación en la que pueda comer la Pascua con mis discípulos?'"

Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego.

Cada día estaba con vosotros en el templo enseñando, y no me prendisteis; pero {esto ha sucedido} para que se cumplan las Escrituras.

Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos le condenaron, {diciendo} que era reo de muerte.

Levantaos, vámonos; mirad, está cerca el que me entrega.

Y los principales sacerdotes y todo el concilio, procuraban obtener testimonio contra Jesús para darle muerte, pero no lo hallaban.

Y habiendo llegado, inmediatamente se acercó a El diciendo: ¡Rabí! Y le besó.

Entonces ellos le echaron mano y le prendieron.

Pero él lo negó otra vez. Y poco después los que estaban allí volvieron a decirle a Pedro: Seguro que tú eres {uno} de ellos, pues también eres galileo.

Pero él {lo} negó, diciendo: Ni sé, ni entiendo de qué hablas. Y salió al portal, y un gallo cantó.

Se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras.

Pero él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a este hombre de quien habláis!

Y dirigiéndose Jesús {a ellos,} les dijo: ¿Habéis salido con espadas y garrotes para arrestarme como contra un ladrón?

Y algunos, levantándose, daban falso testimonio contra El, diciendo:

Entonces el sumo sacerdote levantándose, {se puso} en medio {y} preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?

Porque muchos daban falso testimonio contra El, pero sus testimonios no coincidían.

Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus ropas, dijo*: ¿Qué necesidad tenemos de más testigos?

pero él, dejando la sábana, escapó desnudo.

Cuando la sirvienta lo vio, de nuevo comenzó a decir a los que estaban allí: Este es {uno} de ellos.

y al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo*: Tú también estabas con Jesús el Nazareno.

Y ni siquiera en esto coincidía el testimonio de ellos.