38 Versículos de la Biblia sobre el clima

Y por la mañana: Hoy habrá tempestad, porque el cielo tiene arreboles y está nublado. ¡Hipócritas! que sabéis discernir la faz del cielo; ¿Mas las señales de los tiempos no podéis?

¡Hipócritas! Sabéis discernir la faz del cielo y de la tierra; ¿y cómo no discernís este tiempo?

¿Y por qué aun de vosotros mismos no juzgáis lo que es justo?

Mas Él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Hará buen tiempo, porque el cielo tiene arreboles.

Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y al aguacero torrencial de su fortaleza.

El que al viento mira, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.

Y decía también a la gente: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así.

Por el soplo de Dios se da el hielo, y el ancho de las aguas es confinado.

viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible.

Éstos tienen potestad de cerrar el cielo, para que no llueva en los días de su profecía, y tienen potestad sobre las aguas para tornarlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.

Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.

el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad que ejecuta su palabra;

Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.

Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe),

¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es predicado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.

Él cambia la tormenta en calma, y se apaciguan sus olas.

Unas veces por azote, otras por causa de su tierra, otras por misericordia las hará venir.

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; y otros también de buena voluntad.

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias al Dios y Padre por medio de Él.

Porque como el pasto serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán.

Él sella la mano de todo hombre, para que los hombres todos reconozcan su obra.

Y habrá grandes terremotos en varios lugares, y hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.

Y después de estas cosas vi cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.

Y todo esto será principio de dolores.

Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que Él les mande.

en trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.

Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué clase de hombre es Éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Si pues coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.

¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, o has visto los tesoros del granizo,

Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.

El que canta canciones al corazón afligido, es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre.

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.

La hierba se seca, la flor se marchita; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.