42 Versículo de la Biblia sobre el pasado

Acuérdate de los tiempos antiguos; Considerad los años de generación y generación: Pregunta á tu padre, que él te declarará; A tus viejos, y ellos te dirán.

Acordaréme de las obras de JAH: Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.

Nunca digas: ¿Qué es la causa que los tiempos pasados fueron mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.

Mas el que no tiene estas cosas, es ciego, y tiene la vista muy corta, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

Porque he aquí ha pasado el invierno, Hase mudado, la lluvia se fué;

A saber, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado á sus santos:

Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia, y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; Ni se puede rastrear el número de sus años.

Que se han descaminado de la verdad, diciendo que la resurrección es ya hecha, y trastornan la fe de algunos.

Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ­Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

Y un espíritu pasó por delante de mí, Que hizo se erizara el pelo de mi carne.

Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días: á Sara había cesado ya la costumbre de las mujeres.

Porque he aquí que yo crío nuevos cielos y nueva tierra: y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.

Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia á todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan:

Pasé junto á la heredad del hombre perezoso, Y junto á la viña del hombre falto de entendimiento;

Aquello que fué, ya es: y lo que ha de ser, fué ya; y Dios restaura lo que pasó.

Pasóse la siega, acabóse el verano, y nosotros no hemos sido salvos.

Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, abominables idolatrías.

Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

Porque ya habéis oído acerca de mi conducta otro tiempo en el Judaismo, que perseguía sobremanera la iglesia de Dios, y la destruía;

Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo; porque yo soy Dios, y no hay más Dios, y nada hay á mí semejante;

DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas,

Porque mil años delante de tus ojos, Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.

El que hace cosas grandes é incomprensibles, Y maravillosas, sin número.

Porque pregunta ahora á la edad pasada, Y disponte para inquirir de sus padres de ellos;

No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis á memoria las cosas antiguas.

Y olvidarás tu trabajo, O te acordarás de él como de aguas que pasaron:

Y tu principio habrá sido pequeño, Y tu postrimería acrecerá en gran manera.

Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti: Tú le pusiste términos, de los cuales no pasará.

Empero traed á la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones:

No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después.

La gloria de aquesta casa postrera será mayor que la de la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

El cual en las edades pasadas ha dejado á todas las gentes andar en sus caminos;

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y de nuestro mandamiento, que somos apóstoles del Señor y Salvador:

Mas los años contados vendrán, Y yo iré el camino por donde no volveré.

Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas á sus maridos:

Hazme acordar, entremos en juicio juntamente; relata tú para abonarte.

Pasáronse mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón.

Acordéme de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras, Reflexionaba en las obras de tus manos.