62 Bible Verses about El sufrimiento, los aspectos emocionales de la
Versículos Más Relevantes
Horror se apoderó de mí, á causa De los impíos que dejan tu ley.
He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído: Daré voces, y no habrá juicio.
¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, Y aceptaréis las personas de los impíos? (Selah.)
Cercó de vallado mi camino, y no pasaré; Y sobre mis veredas puso tinieblas.
He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré: Si al norte él obrare, yo no lo veré; Al mediodía se esconderá, y no lo veré.
Por lo cual quisimos ir á vosotros, yo Pablo á la verdad, una vez y otra; mas Satanás nos embarazó.
Como Esaú oyó las palabras de su padre clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también á mí, padre mío.
Y ella les respondiá: No me llaméis Noemi, sino llamadme Mara: porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fuí llena, mas vacía me ha vuelto Jehová. ¿Por qué me llamaréis Noemi, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
Y gimas en tus postrimerías, Cuando se consumiere tu carne y tu cuerpo, Y digas: Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión; Y no oí la voz de los que me adoctrinaban, Y á los que me enseñaban no incliné mi oído!Leer más.
Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.
¿No os conmueve á cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de la ira de su furor.
Entonces el rey se turbó, y subióse á la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: Hijo mío Absalom, hijo mío, hijo mío Absalom! Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalom, hijo mío, hijo mío!
Y FUÉ la vida de Sara ciento veintisiete años: tantos fueron los años de la vida de Sara. Y murió Sara en Kiriath-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán: y vino Abraham á hacer el duelo á Sara y á llorarla.
Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso saco sobre sus lomos, y enlutóse por su hijo muchos días. Y levantáronse todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso tomar consolación, y dijo: Porque yo tengo de descender á mi hijo enlutado hasta la sepultura. Y llorólo su padre.
ENTONCES se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y besólo. Y mandó José á sus médicos familiares que embalsamasen á su padre: y los médicos embalsamaron á Israel. Y cumpliéronle cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lloráronlo los Egipcios setenta días.
Y levantóse aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los Egipcios; y había un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese muerto.
Y lloraron los hijos de Israel á Moisés en los campos de Moab treinta días: Y así se cumplieron los días del lloro del luto de Moisés.
Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: Hijo mío Absalom, Absalom, hijo mío, hijo mío!
Herodes entonces, como se vió burlado de los magos, se enojó mucho, y envió, y mató á todos los niños que había en Bethlehem y en todos sus términos, de edad de dos años abajo, conforme al tiempo que había entendido de los magos. Entonces fué cumplido lo que se había dicho por el profeta Jeremías, que dijo: Voz fué oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido: Rachêl que llora sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron.
Así ha dicho Jehová: Voz fué oída en Ramá, llanto y lloro amargo: Rachêl que lamenta por sus hijos, no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.
Mas María, como vino donde estaba Jesús, viéndole, derribóse á sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no fuera muerto mi hermano. Jesús entonces, como la vió llorando, y á los Judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se conmovió en espíritu, y turbóse, Y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Dicenle: Señor, ven, y ve.Leer más.
Y lloró Jesús.
Y VIENDO Rachêl que no daba hijos á Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía á Jacob: Dame hijos, ó si no, me muero.
Y cuando venía el día, Elcana sacrificaba, y daba á Peninna su mujer, y á todos sus hijos y á todas sus hijas, á cada uno su parte. Mas á Anna daba una parte escogida; porque amaba á Anna, aunque Jehová había cerrado su matriz. Y su competidora la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová había cerrado su matriz.Leer más.
Y así hacía cada año: cuando subía á la casa de Jehová, enojaba así á la otra; por lo cual ella lloraba, y no comía. Y Elcana su marido le dijo: Anna, ¿por qué lloras? ¿y por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
Doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, que no habían de ver más su rostro. Y le acompañaron al navío.
Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David de la parte del mediodía, é inclinóse tres veces postrándose hasta la tierra: y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro, aunque David lloró más.
Y viéndolo Eliseo, clamaba: Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de á caballo! Y nunca más le vió, y trabando de sus vestidos, rompiólos en dos partes.
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando viereis á Abraham, y á Isaac, y á Jacob, y á todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros excluídos.
Y como el ángel de Jehová habló estas palabras á todos los hijos de Israel, el pueblo lloró en alta voz.
Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos.
Y dijo José á sus hermanos: Yo soy José: ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
Entonces Abimelech se levantó de mañana, y llamó á todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.
Entonces Jacob tuvo gran temor, y angustióse; y partió el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos cuadrillas; Y dijo: Si viniere Esaú á la una cuadrilla y la hiriere, la otra cuadrilla escapará.
Todo el pueblo consideraba las voces, y las llamas, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba: y viéndolo el pueblo, temblaron, y pusiéronse de lejos. Y dijeron á Moisés: Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos; mas no hable Dios con nosotros, porque no muramos.
Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre, huían de su presencia, y tenían gran temor.
Viendo pues el peligro, levantóse y fuése por salvar su vida, y vino á Beer-seba, que es en Judá, y dejó allí su criado. Y él se fué por el desierto un día de camino, y vino y sentóse debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh Jehová, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres.
Visión dura me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor destruye. Sube, Persa; cerca, Medo. Todo su gemido hice cesar. Por tanto mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto: agobiéme oyendo, y al ver heme espantado. Pasmóse mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me tornó en espanto.
Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, y no pudieron leer la escritura, ni mostrar al rey su declaración. Entonces el rey Belsasar fué muy turbado, y se le mudaron sus colores y alteráronse sus príncipes.
Secándose los hombres á causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán á la redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.
Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, volvió arrepentido las treinta piezas de plata á los príncipes de los sacerdotes y á los ancianos, Diciendo: Yo he pecado entregando la sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da á nosotros? Viéras lo tú.
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto al aire del día: y escondióse el hombre y su mujer de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio:
Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron á Pedro y á los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
De otra manera cesarían de ofrecerse; porque los que tributan este culto, limpios de una vez, no tendrían más conciencia de pecado.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.
Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Y les dice: Está muy triste mi alma, hasta la muerte: esperad aquí y velad.
Sin otras cosas además, lo que sobre mí se agolpa cada día, la solicitud de todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿Quién se escandaliza, y yo no me quemo?
VERDAD digo en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo, Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser apartado de Cristo por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;Leer más.
Que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto, y la data de la ley, y el culto, y las promesas;
Sí, por la gloria que en orden á vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, cada día muero.
Porque hermanos, no queremos que ignoréis de nuestra tribulación que nos fué hecha en Asia; que sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas de tal manera que estuviésemos en duda de la vida. Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos:
Hijitos míos, que vuelvo otra vez á estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros;
Y FUÉ en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino, y dílo al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, Díjome el rey: ¿Por qué está triste tu rostro, pues no estás enfermo? No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?
Y luego son menoscabados y abatidos A causa de tiranía, de males y congojas.
Rodeáronme los dolores de la muerte, Me encontraron las angustias del sepulcro: Angustia y dolor había yo hallado.
Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos á decirle: ¿Soy yo, Señor?
Entonces ellos comenzaron á entristecerse, y á decirle cada uno por sí: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo?
OH si mi cabeza se tornase aguas, y mis ojos fuentes de aguas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!
Y apartóse él de ellos, y lloró: después volvió á ellos, y les habló, y tomó de entre ellos á Simeón, y aprisionóle á vista de ellos.
Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas á causa de su hermano, y procuró donde llorar: y entróse en su cámara, y lloró allí.
NO podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de conmigo á todos. Y no quedó nadie con él, al darse á conocer José á sus hermanos. Entonces se dió á llorar á voz en grito; y oyeron los Egipcios, y oyó también la casa de Faraón.
Y David subió la cuesta de las olivas; y subió la llorando, llevando la cabeza cubierta, y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, y subieron llorando así como subían.
Y muchos de los sacerdotes y de los Levitas y de los cabezas de los padres, ancianos que habían visto la casa primera, viendo fundar esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. Y no podía discernir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro del pueblo: porque clamaba el pueblo con grande júbilo, y oíase el ruido hasta de lejos.
Y fué que, como yo oí estas palabras, sentéme y lloré, y enlutéme por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.