47 Versículos de la Biblia sobre la rendición
Versículos Más Relevantes
Encomienda á Jehová tu camino, Y espera en él; y él hará.
Mas si no salieres á los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los Caldeos, y la pondrán á fuego, y tú no escaparás de sus manos.
¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para muerte, ó de la obediencia para justicia?
Encomienda á Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.
Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
Luego el fin; cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad.
Gritad contra ella en derredor; dió su mano; caído han sus fundamentos, derribados son sus muros; porque venganza es de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.
Y lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos á Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.
Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios.
No me entregues á la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de iniquidad; antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros á Dios por instrumentos de justicia.
Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá.
Entonces dijo Jeremías á Sedechîas: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si salieres luego á los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta á fuego; y vivirás tú y tu casa:
Si alguno conspirare contra ti, será sin mí: el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.
Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.
Jehová lo guardé, y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra, Y no lo entregues á la voluntad de sus enemigos.
Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros á todos los términos de Israel; y si nadie hubiere que nos defienda, saldremos á ti.
¿Cómo tengo de dejarte, oh Ehpraim? ¿he de entregarte yo, Israel? ¿cómo podré yo hacerte como Adma, ni ponerte como á Zeboim? Mi corazón se revuelve dentro de mí, inflámanse todas mis conmiseraciones.
Cuando te acercares á una ciudad para combatirla, le intimarás la paz.
Empero no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al dicho de Jehová vuestro Dios;
Los príncipes de los pueblos se juntaron Al pueblo del Dios de Abraham: Porque de Dios son los escudos de la tierra; El es muy ensalzado.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Dad lo que es de César á César; y lo que es de Dios, á Dios. Y se maravillaron de ello.
Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis á uno de estos pequeñitos, ni á mí lo hicisteis.
Di al rey y á la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona de vuestra gloria bajó de vuestras cabezas.
ASI que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional culto.
Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne: que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros á servir á la inmundicia y á la iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros á servir á la justicia.
El que se quedare en esta ciudad, morirá á cuchillo, ó de hambre, ó pestilencia: mas el que saliere, y se pasare á los Caldeos que os tienen cercados, vivirá, y su vida le será por despojo.
Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los Siros: si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muert
A los cuales ni aun por una hora cedimos sujetándonos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.
Y oí un santo que hablaba; y otro de los santos dijo á aquél que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollados?
Y les soltó á aquél que había sido echado en la cárcel por sedición y una muerte, al cual habían pedido; y entregó á Jesús á la voluntad de ellos.
De los cuales son Himeneo y Alejandro, los cuales entregué á Satanás, para que aprendan á no blasfemar.
El marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido.
Entonces Jesús, clamando á gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró.
El tal sea entregado á Satanás para muerte de la carne, porque el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
Como Jerusalem tiene montes alrededor de ella, Así Jehová alrededor de su pueblo Desde ahora y para siempre.
Y Naas Ammonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que á cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
No oigáis á Ezechîas, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid á mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno beberá las aguas de su pozo;
No los oigáis; servid al rey de Babilonia, y vivid: ¿por qué ha de ser desierta esta ciudad?
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Entonces salió Joachîn rey de Judá al rey de Babilonia, él, y su madre, y sus siervos, y sus príncipes, y sus eunucos: y prendiólo el rey de Babilonia en el octavo año de su reinado.