'Al' en la Biblia
rogando que de alguna manera ahora al fin, por la voluntad de Dios, haya de tener próspero viaje para ir a vosotros.
Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo; porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a la criatura antes que al Creador, el cual es bendito por siempre. Amén.
¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia y longanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?
Pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griego.
¡En ninguna manera! De otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?
para manifestar su justicia en este tiempo; para que Él sea justo, y el que justifica al que cree en Jesús.
Ahora bien, al que obra no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda.
Pero al que no obra, pero cree en Aquél que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Por tanto, es por la fe, para que sea por gracia; a fin de que la promesa sea firme a toda simiente; no sólo al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, quien es el padre de todos nosotros
¡En ninguna manera! Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que el cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez; pero en cuanto vive, para Dios vive.
Así también vosotros consideraos en verdad muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad; sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡En ninguna manera! Al contrario, yo no hubiera conocido el pecado a no ser por la ley: Porque no conociera la codicia si la ley no dijera: No codiciarás.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
le fue dicho a ella: El mayor servirá al menor.
De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere endurecer, endurece.
Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques contra Dios? ¿Dirá lo formado al que lo formó: Por qué me has hecho así?
Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada.
Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo.)
O, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver a subir a Cristo de los muertos.)
Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Mas no todos obedecieron al evangelio, pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
Dios no ha desechado a su pueblo, al cual antes conoció. ¿O no sabéis qué dice la Escritura de Elías, cómo hablando con Dios contra Israel dice:
Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; mas en cuanto a la elección, son muy amados por causa de los padres.
Diligentes, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.
Pagad, pues, a todos lo que debéis; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que temor, temor; al que honra, honra.
El amor no hace mal al prójimo; así que el amor es el cumplimiento de la ley.
Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
¿Tú quién eres, que juzgas al siervo ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, que poderoso es Dios para hacerle estar firme.
Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, antes bien, juzgad esto; que nadie ponga tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Mas si por causa de tu comida, tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquel por el cual Cristo murió.
No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; mas malo es al hombre hacer tropezar con lo que come.
para que unánimes, y a una voz glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, y dadle gloria todos los pueblos.
Y al que tiene poder para confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio encubierto desde tiempos eternos,
Al solo Dios sabio, sea gloria por Jesucristo para siempre. Amén. Epístola del apóstol Pablo a los romanos. Escrita desde Corinto por mano de Tercio, y enviada con Febe, sierva de la iglesia en Cencrea.