'Ayuda' en la Biblia
Y dijo el SEÑOR Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda que esté delante de él.
Y el hombre puso nombres a toda bestia y ave de los cielos, y a todo animal del campo; mas para el hombre no halló ayuda que estuviera delante de él.
Y el hombre conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido varón con {la ayuda del} SEÑOR.
por el Dios de tu padre que te ayuda, y por el Todopoderoso que te bendice {con} bendiciones de los cielos de arriba, bendiciones del abismo que está abajo, bendiciones de los pechos y del seno materno.
y el nombre del otro {era} Eliezer, pues {había dicho:} El Dios de mi padre {fue} mi ayuda y me libró de la espada de Faraón.
Y esta bendición para Judá. Dijo así: Oye, oh SEÑOR, la voz de Judá, y llévalo a su tierra; sus manos le basten, y tú seas ayuda contra sus enemigos.
No hay otro como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda; en las nubes con su grandeza.
Dichoso tú, Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvado por el SEÑOR? El es escudo de tu ayuda, y espada de tu gloria. Tus enemigos simularán someterse ante ti, y tú hollarás sus lugares altos.
Entonces Horam, rey de Gezer, subió en ayuda de Laquis; mas a él y a su pueblo hirió Josué, hasta no quedar ninguno de ellos.
``Maldecid a Meroz", dijo el ángel del SEÑOR, ``maldecid, maldecid a sus moradores; porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, en ayuda del SEÑOR contra los guerreros."
Y Samuel habló a todo Israel. Por aquel tiempo salió Israel a encontrar en batalla a los filisteos, y asentó campamento junto a Eben-ezer (la piedra de la ayuda), y los filisteos asentaron el suyo en Afec.
Entonces Samuel tomó una piedra y la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer (Piedra de Ayuda) y dijo: ``Hasta aquí nos ha ayudado el SEÑOR."
Y vinieron los sirios de Damasco a dar ayuda a Hadad-ezer rey de Soba; y David hirió de los Sirios veintidós mil hombres.
Y dijo: Si los Sirios me fueren superiores, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más que tú, yo te daré ayuda.
Mas el pueblo dijo: No saldrás; porque si nosotros huyéremos, no harán caso de nosotros; y aunque la mitad de nosotros muera, no harán caso de nosotros; mas tú ahora vales tanto como diez mil de nosotros. Por tanto, será mejor que tú nos des ayuda desde la ciudad.
pero Abisai, hijo de Sarvia, vino en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más saldrás a la batalla con nosotros, para que no apagues la lámpara de Israel.
Tú me has dado también el escudo de tu salvación, y tu ayuda me engrandece.
Y Baasa, rey de Israel, subió contra Judá y fortificó Ramá para prevenir que {nadie} saliera o entrara en ayuda de Asa, rey de Judá.
Y salieron a mediodía. Y estaba Ben-adad bebiendo, borracho en las tiendas, él y los reyes, los treinta y dos reyes que habían venido en su ayuda.
Pasando el rey de Israel por la muralla, una mujer le gritó, diciendo: ¡Ayúda{me,} oh rey señor mío!
Y él respondió: Si el SEÑOR no te ayuda, ¿de dónde te podré ayudar? ¿De la era o del lagar?
Por cuanto el SEÑOR miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había nadie guardado ni quedado, ni quien diera ayuda a Israel;
Entonces se envistió el espíritu en Amasai, príncipe de treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Jessé. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores; pues que también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la cuadrilla.
Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran campamento, como el campamento de Dios.
Y viniendo Siria, la de Damasco, en ayuda de Hadad-ezer rey de Soba, David hirió de los sirios veintidós mil varones.
Asimismo mandó David a todos los príncipes de Israel que dieran ayuda a Salomón su hijo, diciendo:
Y clamó Asa al SEÑOR su Dios, y dijo: SEÑOR, no tienes tú más con el grande que con el que ninguna fuerza tiene, para dar ayuda. Ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu Nombre venimos contra este ejército. Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.
En el año treinta y seis del reinado de Asa, subió Baasa, rey de Israel, contra Judá y fortificó Ramá para prevenir {que nadie} saliera o entrara {en ayuda} de Asa, rey de Judá.
Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel; y se desviaron para pelear contra él. Pero Josafat clamó, y el SEÑOR vino en su ayuda, y Dios los apartó de él,
Y le salió al encuentro Jehú, hijo de Hanani, vidente, y dijo al rey Josafat: ¿A un impío das ayuda, y amas a los que aborrecen al SEÑOR? Pues la ira de la presencia del SEÑOR será sobre ti por ello.
Y se reunió Judá para buscar {ayuda} del SEÑOR; aun de todas las ciudades de Judá vinieron para buscar al SEÑOR.
Y Dios le dio ayuda contra los filisteos, y contra los árabes que habitaban en Gur-baal, y contra los Meunim.
En aquel tiempo el rey Acaz envió a pedir ayuda a los reyes de Asiria.
Y aconteció que cuando se enteraron todos nuestros enemigos y {lo} vieron todas las naciones que {estaban} alrededor nuestro, desfalleció su ánimo; porque reconocieron que esta obra había sido hecha {con la ayuda} de nuestro Dios.
¿Es que mi ayuda no está dentro de mí, y está alejado de mí {todo} auxilio?
He aquí, yo grito: `` ¿Violencia!", pero no obtengo respuesta; clamo pidiendo ayuda, pero no hay justicia.
¿Qué ayuda eres para el débil! ¿Cómo has salvado al brazo sin fuerza!
Mas los impíos de corazón acumulan la ira; no claman pidiendo ayuda cuando El los ata.
Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sustente.
Mas tú, SEÑOR, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate para mi ayuda.
No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido; no me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
Escucha, oh SEÑOR, y ten piedad de mí; Oh SEÑOR, sé Tú mi ayuda."
Nuestra alma esperó al SEÑOR; nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.
El SEÑOR los ayuda y los libra; los libra de los impíos y los salva, porque en El se refugian.
Cuando yo estoy pobre y menesteroso, el SEÑOR pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle por la ayuda de su presencia.
¿Levántate! Sé nuestra ayuda, y redímenos por amor de tu misericordia.
He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es con los que sustentan mi alma.
Danos ayuda contra el adversario, pues vano es el auxilio del hombre.
Porque Tú has sido mi ayuda, Y a la sombra de Tus alas canto gozoso.
Yo soy pobre y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; oh SEÑOR, no te detengas.
Asiria también se ha unido a ellos; se han convertido en ayuda para los hijos de Lot. (Selah)
Si el SEÑOR no hubiera sido mi ayuda, Pronto habría habitado mi alma en el {lugar del} silencio.
Danos ayuda contra el adversario, pues vano es el auxilio del hombre.
Oh Israel, confía en el SEÑOR; él es su ayuda y su escudo.
Casa de Aarón, confiad en el SEÑOR; él es su ayuda y su escudo.
Los que teméis al SEÑOR, confiad en el SEÑOR; él es su ayuda y su escudo.
Cántico de ascenso gradual.Levantaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi ayuda?
Mi ayuda {viene} del SEÑOR, Que hizo los cielos y la tierra.
Nuestra ayuda está en el nombre del SEÑOR, Que hizo los cielos y la tierra.
Dichoso aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en el SEÑOR su Dios;
Y dirá en aquel día el morador de esta isla: ¡Mirad cuál es nuestra esperanza, a dónde acudimos por ayuda para ser libres de la presencia del rey de Asiria! ¿Y cómo escaparemos nosotros?
Todos se avergonzarán a causa de un pueblo que no les trae provecho, {no les sirve} de ayuda ni de utilidad, sino de vergüenza y también de oprobio.
Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.
¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda; y confían en caballos; y en carros ponen su esperanza, porque son muchos; y en caballeros, porque son valientes; y no miraron al Santo de Israel, ni buscaron al SEÑOR!
Pero El también es sabio y traerá el mal, y no se retractará de sus palabras; sino que se levantará contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran iniquidad.
Pues los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son carne, y no espíritu; el SEÑOR, pues, extenderá su mano, y el que ayuda tropezará, y el que recibe ayuda caerá; todos ellos a una perecerán.
Cada uno ayuda a su prójimo, y dice a su hermano: Sé fuerte.
Así dice el SEÑOR, tu Redentor, el que te formó desde el seno materno: Yo, el SEÑOR, creador de todo, que extiendo los cielos yo solo y afirmo la tierra sin ayuda;
El Señor DIOS me ayuda, por eso no soy humillado, por eso como pedernal he puesto mi rostro, y sé que no seré avergonzado.
He aquí, el Señor DIOS me ayuda; ¿quién es el que me condena? He aquí, todos ellos como un vestido se gastarán, la polilla se los comerá.
Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: ``Así diréis al rey de Judá, que os envió a mí para consultarme: `He aquí, el ejército de Faraón que salió en vuestra ayuda, volverá a su tierra de Egipto.
Aun nuestros ojos desfallecían, {buscar} ayuda fue inútil. En nuestro velar hemos aguardado a una nación incapaz de salvar.
Y a todos los que estuvieren alrededor de él para su ayuda, y a todas sus compañías esparciré a todos los vientos, y desenvainaré espada en pos de ellos.
Estuviste mirando hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó.
tal como viste que una piedra fue cortada del monte sin {ayuda de} manos y que desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha hecho saber al rey lo que sucederá en el futuro. Así, pues, el sueño es verdadero y la interpretación fiel.
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso por veintiún días, pero he aquí, Miguel, uno de los primeros príncipes, vino en mi ayuda, ya que yo había sido dejado allí con los reyes de Persia.
Cuando caigan, recibirán poca ayuda, y muchos se unirán a ellos hipócritamente.
Y actuará contra la más fuerte de las fortalezas con {la ayuda de} un dios extranjero; a los que {le} reconozcan colmará de honores, los hará gobernar sobre muchos y repartirá la tierra por un precio.
Sí, luchó con el ángel y prevaleció, lloró y le pidió su ayuda; en Betel le encontró, y allí El habló con nosotros,
Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda.
Etiopía era su fortaleza, y Egipto sin límite; Fut y Libia fueron en tu ayuda.
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR, pediré ayuda, y no escucharás, clamaré a ti: ¡Violencia! y no salvarás?
Y luego el padre del muchacho dijo clamando con lágrimas: Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad.
Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: `` ¿QUIEN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ?" es el {mismo} que Dios envió {para ser} gobernante y libertador con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza.
Los discípulos, conforme a lo que cada uno tenía, determinaron enviar una ayuda a los hermanos que habitaban en Judea.
Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería:
Y asimismo también el Espíritu nos ayuda en nuestra flaqueza; porque orar como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu demanda por nosotros con gemidos indecibles.
el que exhorta, en la exhortación; el que da, con liberalidad (con sencillez); el que dirige (presta ayuda), con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría.
Así que, sigamos lo que ayuda a la paz y a la edificación de los unos a los otros.
que también vosotros estéis en sujeción a los que son como ellos, y a todo el que ayuda en la obra y trabaja.
Asimismo te ruego también a ti, hermano compañero, ayuda a éstas que trabajaron juntamente conmigo en el Evangelio, con Clemente también, y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Porque ciertamente no ayuda a los ángeles, sino que ayuda a la descendencia de Abraham.
Lleguémonos pues confiadamente al trono de su gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para la ayuda oportuna.
de manera que decimos confiadamente: EL SEÑOR ES EL QUE ME AYUDA; NO TEMERE. ¿QUE PODRA HACERME EL HOMBRE?
Y no os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios.
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