'Infierno' en la Biblia
Porque fuego se ha encendido en mi furor, y arderá hasta lo profundo del infierno; y devorará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes.
Me rodearon los dolores del infierno, y los lazos de la muerte, delante de mí estuvieron.
Es más alta que los cielos: ¿qué harás? Es más profunda que el infierno: ¿cómo la conocerás?
El infierno está descubierto delante de Él, y la destrucción no tiene cobertura.
Los malos serán trasladados al infierno, y todas las naciones que se olvidan de Dios.
Porque no dejarás mi alma en el infierno; ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
Dolores del infierno me rodearon, me previnieron lazos de muerte.
Que la muerte los sorprenda; desciendan vivos al infierno; porque maldad hay en sus moradas, en medio de ellos.
Porque tu misericordia es grande para conmigo; y has librado mi alma del más profundo infierno.
Me rodearon los dolores de la muerte, me encontraron las angustias del infierno; angustia y dolor había yo hallado.
Si subiere al cielo, allí estás tú; y si en el infierno hiciere mi lecho, he aquí allí tú estás.
Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen al infierno.
Camino al infierno es su casa, que desciende a las cámaras de la muerte.
Y no saben que allí están los muertos; que sus convidados están en lo profundo del infierno.
El infierno y la destrucción están delante de Jehová: ¡Cuánto más los corazones de los hombres!
El camino de la vida es hacia arriba al entendido, para apartarse del infierno abajo.
Tú lo castigarás con vara, y librarás su alma del infierno.
El infierno y la perdición nunca se hartan: Así los ojos del hombre nunca se sacian.
Por tanto, se ensanchó el infierno, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su ostentación, y el que en ello se regocijaba.
El infierno abajo se espantó de ti, al recibirte en tu venida; te despertó a los muertos, aun a todos los príncipes de la tierra; hizo levantar de sus tronos a todos los reyes de las naciones.
Pero tú derribado serás hasta el infierno, a los lados del abismo.
Porque habéis dicho: Hemos hecho un pacto con la muerte, e hicimos un acuerdo con el infierno; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, pues hemos hecho de la mentira nuestro refugio, y en la falsedad nos hemos escondido.
Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro acuerdo con el infierno no será firme; cuando pasare el turbión del azote, seréis de él hollados.
Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta el mismo infierno.
Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando les hice descender al infierno con todos los que descienden a la fosa; y todos los árboles del Edén, los escogidos y mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en las partes más bajas de la tierra.
También ellos descendieron con él al infierno, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que habitaron a su sombra en medio de las naciones.
De en medio del infierno hablarán a él los fuertes de entre los poderosos, con los que le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada.
Y no yacerán con los fuertes que cayeron de los incircuncisos, los cuales descendieron al infierno con sus armas de guerra, y pusieron sus espadas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, porque fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes.
Aunque caven hasta el infierno, de allá los tomará mi mano; y si subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.
y dijo: Clamé de mi tribulación a Jehová, y Él me oyó; Del vientre del infierno clamé, y mi voz oíste.
Y también, por cuanto peca por el vino, es un hombre soberbio, y no queda en casa; el cual ensancha como el infierno su alma, y es como la muerte, que no se sacia; antes reúne para sí todas las naciones, y amontona para sí todos los pueblos.
Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; y cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego.
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea lanzado al infierno.
Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que uno de tus miembros se pierda, y no que todo tu cuerpo sea lanzado al infierno.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a Aquél que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Y tú, Capernaúm, que hasta el cielo eres levantada, hasta el infierno serás abajada; porque si en Sodoma hubiesen sido hechos los milagros hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.
Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
Y si tu ojo te hace caer, sácalo y échalo de ti; porque mejor te es entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado en el fuego del infierno.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Y si tu mano te es ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que nunca será apagado;
Y si tu pie te es ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar en la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que nunca será apagado,
Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al fuego del infierno,
Y tú, Capernaúm, que hasta el cielo eres levantada, hasta el infierno serás arrojada.
Mas os enseñaré a quién debéis temer: Temed a Aquél que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno: Sí, os digo: A Éste temed.
Y en el infierno alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno.
Porque no dejarás mi alma en el infierno, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el infierno, ni su carne vio corrupción.
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así es la lengua entre nuestros miembros; contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, a ser reservados para el juicio;
y el que vivo, y estuve muerto; y he aquí que vivo para siempre, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del infierno.
Y miré, y he aquí un caballo pálido; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía. Y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Y la muerte y el infierno fueron lanzados en el lago de fuego. Ésta es la muerte segunda.
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