'Le' en la Biblia
Cuando el rey David era viejo, y entrado en días, le cubrían de vestidos, mas no se calentaba.
Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen a mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey, y lo caliente, y duerma a su lado, y calentará a nuestro señor el rey.
Y la joven era muy hermosa, la cual calentaba al rey, y le servía; mas el rey nunca la conoció.
Y Betsabé vino {a ver} al rey en la alcoba. El rey era muy anciano, y Abisag sunamita le servía.
Entonces Betsabé se inclinó y se postró ante el rey. Y el rey le preguntó: `` ¿Qué deseas?"
Y ella le respondió: Señor mío, tú juraste a tu sierva por el SEÑOR tu Dios, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono;
Y le informaron al rey: ``Aquí está el profeta Natán." Cuando {éste} entró a la presencia del rey, se postró ante el rey rostro en tierra.
Estaba aún hablando, cuando he aquí, llegó Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar. Y Adonías {le} dijo: Entra, pues tú eres hombre valiente y traerás buenas noticias.
Y el rey ha enviado con él a Sadoc, el sacerdote y a Natán, el profeta, y a Benaía hijo de Joiada, y también a los cereteos y a los peleteos, los cuales le hicieron subir en la mula del rey;
Y avisaron a Salomón, diciéndo{le:} He aquí, Adonías tiene miedo del rey Salomón, y se ha asido de los cuernos del altar, diciendo: ``Que el rey Salomón me jure hoy que no matará a espada a su siervo."
Y envió el rey Salomón, y lo trajeron del altar; y él vino, y se inclinó al rey Salomón. Y Salomón le dijo: Vete a tu casa.
También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por el SEÑOR, diciendo: Yo no te mataré a espada.
Entonces Adonías, hijo de Haguit, vino a Betsabé, madre de Salomón; y ella {le} dijo: ¿Vienes en paz? Y él respondió: En paz.
Y ahora yo te hago una petición: no me hagas volver mi rostro. Y ella le dijo: Habla.
El entonces dijo: ``Le ruego que hable al rey Salomón, pues él no se lo negará, para que me dé por mujer a Abisag la Sunamita."
Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me hagas volver mi rostro. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te haré volver el rostro.
Y se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda del SEÑOR, y que estaba junto al altar. Entonces Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada, diciendo: Ve y arremete contra él.
Y entró Benaía al tabernáculo del SEÑOR, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así habló Joab, y así me respondió.
Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérralo, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente.
Después envió el rey, e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén, y mora ahí, y no salgas de allá a una parte ni a otra;
Pero pasados tres años, aconteció que le huyeron a Simei dos siervos a Aquis, hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat.
Entonces el rey envió, e hizo venir a Simei, y le dijo: ¿No te conjuré yo por el SEÑOR, y te protesté, diciendo: El día que salieres, y fueres acá o allá, sabe de cierto que has de morir? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco.
Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y le hirió, y murió. Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.
Y se le apareció el SEÑOR a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quisieres que yo te dé.
Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, según la manera que él anduvo delante de ti con verdad, con justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has guardado ésta tu grande misericordia, que le diste hijo que se sentara en su trono, como sucede en este día.
Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, mas demandaste para ti entendimiento para oír juicio;
Y cuando yo me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; mas le observé a la luz del día, y vi que no era mi hijo, que yo había dado a luz.
Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ruego, señor mío! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; sino partidlo.
Y tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos le abastecía por un mes en el año.
Tú sabes como mi padre David no pudo edificar casa al nombre del SEÑOR su Dios, por las guerras que le cercaron, hasta que el SEÑOR puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies.
Y Salomón le daba a Hiram 20,000 coros (4.4 millones de litros) de trigo como alimento para su casa, y 20 coros (4,400 litros) de aceite batido. Esto daba Salomón a Hiram año tras año.
Dio, pues, el SEÑOR a Salomón sabiduría como le había dicho; y hubo paz entre Hiram y Salomón, e hicieron pacto entre ambos.
Edificó los veinte codos del fondo de la casa con tablas de cedro desde el suelo hasta el techo; así le edificó el santuario interior, el lugar santísimo.
Estas columnas puso enhiestas en el portal del templo. Y cuando hubo enhestado la columna de la mano derecha, le puso por nombre Jaquín (El SEÑOR establece); y enhestando la columna de la mano izquierda, le puso su nombre Boaz (Solo en El hay fortaleza).
que has guardado a tu siervo David mi padre lo que le dijiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como lo muestra este día.
Ahora pues, el SEÑOR Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No faltará varón de ti delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino, que anden delante de mí como tú has andado delante de mí.
Cuando alguno hubiere pecado contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta Casa;
el SEÑOR se le apareció a Salomón la segunda vez, como se le había aparecido en Gabaón.
Y le dijo el SEÑOR: Yo he oído tu oración y tu ruego, que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta Casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.
"Y le responderán: `Porque abandonaron al SEÑOR su Dios, que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y tomaron para sí otros dioses, los adoraron y los sirvieron. Por eso el SEÑOR ha traído toda esta adversidad sobre ellos.'"
Y salió Hiram de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no le gustaron.
{Pues} Faraón, rey de Egipto, había subido y capturado Gezer, le había prendido fuego, había matado a los cananeos que habitaban en la ciudad, y la había dado {en} dote a su hija, la mujer de Salomón.
Y subió la hija de Faraón de la ciudad de David a su casa que Salomón le había edificado; entonces edificó él a Milo.
Y vino a Jerusalén con muy grande ejército, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le propuso todo lo que tenía en su corazón.
Y Salomón le declaró todas sus preguntas; ninguna cosa se le escondió al rey, que no le declarara.
asimismo la comida de su mesa, el asiento de sus siervos, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que sacrificaba en la Casa del SEÑOR, no hubo más espíritu en ella.
Entonces le dijo al rey: `` ¡Era verdad lo que había oído en mi tierra acerca de sus palabras y de su sabiduría!
"Bendito sea el SEÑOR su Dios que se agradó de usted para ponerle sobre el trono de Israel. Por el amor que el SEÑOR ha tenido siempre a Israel, le ha puesto por rey para hacer derecho y justicia."
Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio de su mano real. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados.
Porque el rey tenía en el mar las naves de Tarsis {junto} con las naves de Hiram, {y} cada tres años las naves de Tarsis le traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales.
Y todos le llevaban cada año sus presentes: vasos de oro, vasos de plata, vestidos, armas, especiería, caballos y mulos.
Salomón hizo lo malo a los ojos del SEÑOR, y no siguió plenamente al SEÑOR, como {le había seguido} su padre David.
Y se enojó el SEÑOR contra Salomón, por cuanto estaba su corazón desviado del SEÑOR Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces,
y le había mandado acerca de esto, que no siguiera dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó el SEÑOR.
Y se levantaron de Madián, y vinieron a Parán; y tomando consigo varones de Parán, vinieron a Egipto, a Faraón rey de Egipto, el cual le dio casa, y le mandó dar alimentos, y también le dio tierra.
Y halló Adad grande gracia delante de Faraón, el cual le dio por mujer a la hermana de su esposa, a la hermana de la reina Tahpenes.
Y la hermana de Tahpenes le dio a luz a su hijo Genubat, al cual destetó Tahpenes dentro de la casa del Faraón; y estaba Genubat en la casa del Faraón entre los hijos de Faraón.
Y le respondió Faraón: ¿Por qué? ¿Qué te falta conmigo, que procuras irte a tu tierra? Y él respondió: Nada; con todo, te ruego que me dejes ir.
Le despertó también Dios por adversario a Rezón, hijo de Eliada, el cual había huido de su amo Hadad-ezer, rey de Soba.
Y había juntado gente contra él, y se había hecho capitán de una compañía, cuando David deshizo a los de Soba. Después se fueron a Damasco, y habitaron allí y le hicieron rey en Damasco.
Y el varón Jeroboam era valiente y esforzado; y viendo Salomón al joven que era hombre activo, le encomendó todo el cargo de la casa de José.
Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías, el silonita; y él estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo.
y le dijo a Jeroboam: ``Toma para ti diez pedazos; porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel: `Voy a arrancar el reino de la mano de Salomón y a ti te daré diez tribus
~`Y a su hijo le daré una tribu, para que Mi siervo David tenga siempre una lámpara delante de Mí en Jerusalén, la ciudad que Yo he escogido para poner allí Mi nombre.
enviaron y le llamaron. Vino pues Jeroboam y toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam, diciendo:
``Su padre hizo pesado nuestro yugo. Ahora pues, aligere la dura servidumbre de su padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros y le serviremos."
Y ellos le hablaron, diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo, y lo sirvieres, y respondiéndole buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre.
Mas él, desecho el consejo de los viejos que ellos le habían dado, tomó consejo con los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él.
Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le respondieron, diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo; mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre.
Y el rey respondió al pueblo duramente, desechando el consejo de los ancianos que ellos le habían dado;
Y cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No hay heredad en el hijo de Jessé. ¡Israel, a tus estancias! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus estancias.
Y el rey Roboam envió a Adoram, que estaba sobre los tributos; pero le apedreó todo Israel, y murió. Entonces el rey Roboam se esforzó a subir en un carro, y huir a Jerusalén.
Y aconteció, que oyendo todo Israel que Jeroboam había vuelto, enviaron y le llamaron a la congregación, y le hicieron rey sobre todo Israel, sin quedar tribu alguna que siguiera la casa de David, sino sólo la tribu de Judá.
Y clamó contra el altar por palabra del SEÑOR, y dijo: Oh altar, altar, así dice el SEÑOR: ``He aquí, a la casa de David le nacerá un hijo, que se llamará Josías; y él sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman incienso sobre ti, y sobre ti serán quemados huesos humanos."
Y cuando el rey oyó la palabra del varón de Dios, que había clamado contra el altar en Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, Jeroboam dijo: ¡Prendedle! Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, y no la pudo enderezar.
Entonces respondiendo el rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues a la faz del SEÑOR tu Dios, y ora por mí, que mi mano me sea restituida. Y el varón de Dios oró a la faz del SEÑOR, y la mano del rey se le recuperó y se tornó como antes.
Y moraba en Bet-el un viejo profeta, al cual unieron sus hijos, y le contó todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día en Bet-el; y contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey.
Y su padre les dijo: ¿Por qué camino se fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde se había tornado el varón de Dios, que había venido de Judá.
Y él dijo a sus hijos: Ensilladme el asno. Y ellos le ensillaron el asno, y subió en él.
Y yendo tras el varón de Dios, le halló que estaba sentado debajo de un alcornoque; y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que viniste de Judá? Y él dijo: Yo soy.
Le dijo entonces: Ven conmigo a casa, y come del pan.
Y el otro le dijo: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra del SEÑOR, diciendo: Vuélvele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Pero le mintió.
Y aconteció que, estando ellos a la mesa, vino palabra del SEÑOR al profeta que le había hecho volver;
y él le gritó al hombre de Dios que vino de Judá: ``Así dice el SEÑOR: `Porque has desobedecido el mandato del SEÑOR, y no has guardado el mandamiento que el SEÑOR tu Dios te ha ordenado,
Y cuando había comido del pan, y bebido, el profeta que le había hecho volver le ensilló un asno;
y yéndose, se encontró un león en el camino, y le mató; y su cuerpo estaba echado en el camino, y el asno estaba junto a él, y el león también estaba junto al cuerpo.
Y oyéndolo el profeta que le había traído de vuelta del camino, dijo: El varón de Dios es, que fue rebelde al dicho del SEÑOR; por tanto el SEÑOR le ha entregado al león, que le ha quebrantado, matándole, conforme a la palabra del SEÑOR que él le dijo.
Y puso su cuerpo en su sepulcro; y le endecharon, diciendo: ¡Ay, hermano mío!
Y después que le enterraron, habló a sus hijos, diciendo: Cuando yo muriere, enterradme en el sepulcro en que está sepultado el varón de Dios; poned mis huesos junto a los suyos.
Toma en tus manos diez panes, tortas y un jarro de miel, y ve a él. El te dirá lo que le ha de suceder al niño.
Mas el SEÑOR había dicho a Ahías: He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le has de responder; pues será que cuando ella viniere, vendrá disimulada.
El que muriere de los de Jeroboam en la ciudad, le comerán los perros; y el que muriere en el campo, comerlo han las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho.
Y todo Israel lo endechará, y le enterrarán; porque sólo él de los de Jeroboam entrará en sepultura; por cuanto se ha hallado en él alguna cosa buena del SEÑOR Dios de Israel, en la casa de Jeroboam.
Y Judá hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, y le enojaron más que todo lo que sus padres habían hecho en sus pecados que cometieron.
Mas por amor de David, le dio el SEÑOR su Dios lámpara en Jerusalén, despertándole a su hijo después de él, y confirmando a Jerusalén.
Por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos del SEÑOR, y de ninguna cosa que le mandara se había apartado en todos los días de su vida, excepto el negocio de Urías, el heteo.
El que de Baasa fuere muerto en la ciudad, le comerán los perros; y el que de él fuere muerto en el campo, le comerán las aves del cielo.
Entonces Zimri entró, lo hirió, y le dio muerte, en el año veintisiete de Asa, rey de Judá, y reinó en su lugar.
porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró.
Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
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