70 casos

'Miedo' en la Biblia

Entonces Sara negó diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.

Pero Lot subió de Zoar, y asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas.

Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su esposa; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi esposa; pues se dijo: Los hombres del lugar me matarán por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.

Y Jacob respondió, y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues dije, que quizás me quitarías por fuerza tus hijas.

Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.

Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esta cosa es descubierta.

Y miró Aarón y todos los hijos de Israel a Moisés, y he aquí la tez de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él.

Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, que en tu mano lo he dado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho:

Hoy comenzaré a poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos que están debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán, y se angustiarán delante de ti.

Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre la faz de toda la tierra que hollareis, como Él os ha dicho.

Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y por la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado y por lo que verán tus ojos.

Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Dios ha venido al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! pues antes de ahora no fue así.

Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová: y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?

Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron, y tuvieron gran miedo.

Mas los que estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Keila contra el ejército de los filisteos?

Y fue hecho saber a Salomón, diciendo: He aquí que Adonías tiene miedo del rey Salomón; pues se ha asido de los cuernos del altar, diciendo: Júreme hoy el rey Salomón que no matará a espada a su siervo.

Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.

Y él le dijo: No tengas miedo; porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella.

Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.

Y asentaron el altar sobre sus bases, aunque tenían miedo de los pueblos de las tierras; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos a la mañana y a la tarde.

Por lo cual yo me espanto en su presencia; cuando lo considero, tengo miedo de Él.

Y respondió Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros sois ancianos; por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión.

Porque he oído la calumnia de muchos; miedo por todas partes, cuando consultaban juntos contra mí, e ideaban quitarme la vida.

Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo: Porque Dios ha esparcido los huesos del que acampó contra ti: Los avergonzaste, porque Dios los desechó.

«Al Músico principal: Salmo de David» Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.

Y los guió con seguridad, de modo que no tuvieran miedo; y el mar cubrió a sus enemigos.

Mi carne se ha estremecido por temor de ti; y de tus juicios tengo miedo.

No llaméis conspiración, a todas las cosas a que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que temen, ni tengáis miedo.

A Jehová de los ejércitos, a Él santificad; sea Él vuestro temor, y Él sea vuestro miedo.

Y de miedo pasará su fortaleza y sus príncipes tendrán pavor de la bandera, dice Jehová, cuyo fuego está en Sión, y su horno en Jerusalén.

Pero sucedió que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió a la tierra, dijimos: Venid, y entrémonos en Jerusalén, por miedo al ejército de los caldeos y por miedo al ejército de los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos.

Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén por miedo al ejército de Faraón,

¿Por qué los vi medrosos, tornando atrás? y sus valientes fueron deshechos, y huyeron aterrados sin mirar atrás porque había miedo de todas partes, dice Jehová.

El que huyere del miedo, caerá en el hoyo; y el que saliere del hoyo, será preso del lazo: porque yo traeré sobre él, sobre Moab, año de su visitación, dice Jehová.

Sus tiendas y sus ganados tomarán: sus cortinas, y todos sus vasos, y sus camellos, tomarán para sí; y llamarán contra ellos miedo alrededor.

Y tú, hijo de hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.

Como diamante, más fuerte que el pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.

Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno llamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás se había bajado a los lados del buque, y se había echado a dormir.

Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.

Pero viendo el viento fuerte, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!

Pero cuando buscaron cómo echarle mano, tuvieron miedo de la multitud; porque ellos le tenían por profeta.

y tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.

E iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos; y estaban asombrados, y le seguían con miedo. Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer:

Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y buscaban cómo le matarían; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.

Y ellas se fueron aprisa, huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.

Y salieron a ver lo que había acontecido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús; vestido, y en su juicio cabal, y tuvieron miedo.

pues tuve miedo de ti, porque eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.

Y cuando hubieron remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo.

Esto dijeron sus padres porque tenían miedo de los judíos; porque los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Él era el Cristo, debía ser expulsado de la sinagoga.

Y después de estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, aunque secreto por miedo a los judíos, rogó a Pilato que le dejase quitar el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo permitió. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.

Y cuando Saulo vino a Jerusalén, intentó juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que él era discípulo.

Y los alguaciles dijeron estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos.

Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, él comía con los gentiles, mas cuando vinieron, se retraía y se apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión.

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