50 casos en 6 traducciones

'Palabras' en la Biblia

Si probáremos a hablarte, te será molesto; pero ¿quién podrá detener las palabras?

Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, y las rodillas de los que arrodillaban esforzabas.

Porque mi tormento pesaría más que la arena del mar; y por tanto mis palabras son tragadas.

Y en esto crecería aún consolación, si me asare con dolor sin haber misericordia; no que haya contradicho las palabras del que es Santo.

¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el argumento de vosotros?

¿No estáis pensando las palabras para reprender, y echáis al viento palabras perdidas?

¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como un viento fuerte?

¿Por ventura ellos no te enseñarán, te dirán, y de su corazón sacarán estas palabras?

¿Cuánto menos le responderé yo, y eligiré mis palabras con él?

¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado?

Ciertamente el oído prueba las palabras, y el paladar gusta las viandas.

Escuchad atentamente mis palabras, y que mi declaración {llene} vuestros oídos.

¿Disputará con palabras inútiles, y con razones sin provecho?

que respondas a Dios con tu espíritu, y sacas tales palabras de tu boca?

¿Tendrán fin las palabras ventosas? O ¿qué es lo que te anima a responder?

También yo hablaría como vosotros. Deseo que vuestra alma estuviera en lugar de la mía, que yo os tendría compañía en las palabras, y sobre vosotros movería mi cabeza.

¿Cuándo pondréis fin a las palabras? Entended, y después hablemos.

¡Quién diera ahora que mis palabras fueran escritas! ¡Quién diera que se escribieran en un libro!

Escuchad atentamente mis palabras, y que sea éste vuestro consuelo para mí.

Aprendería yo las palabras {que} El me respondiera, y entendería lo que me dijera.

Y si no es así, ¿quién me desmentirá ahora, o reducirá a nada mis palabras?

¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el espíritu que de ti sale?

Los príncipes detenían sus palabras; ponían la mano sobre su boca;

Después de mis palabras no hablaban de nuevo, y sobre ellos caía gota a gota mi discurso.

en lugar de trigo me nazcan espinos, y abrojos en lugar de cebada. Se acaban las palabras de Job.

He aquí yo he esperado a vuestras palabras, he escuchado vuestros argumentos, entre tanto que buscábais palabras.

os presté además mucha atención. He aquí, no hubo ninguno que refutara a Job, ninguno de vosotros que respondiera a sus palabras.

Ahora bien, él no dirigió a mí sus palabras, ni yo le responderé con vuestras razones.

Se espantaron, no respondieron más; se les fueron las palabras.

Porque lleno estoy de palabras, y el espíritu de mi vientre me constriñe.

Por tanto, Job, oye ahora mis razones, y escucha todas mis palabras.

Mis palabras {proceden de} la rectitud de mi corazón, y con sinceridad mis labios hablan lo que saben.

Si pudieres, respóndeme; dispón tus palabras, estás delante de mí.

De cierto tú dijiste a oídos míos, y yo oí la voz de tus palabras que decían:

¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no contestará todas sus palabras.

Y si tuvieres palabras, respóndeme; habla, porque yo te quiero justificar.

Oíd, sabios, mis palabras; y vosotros, doctos, estadme atentos.

Porque el oído prueba las palabras, como el paladar gusta para comer.

Si pues hay en ti entendimiento, oye esto: Escucha la voz de mis palabras.

Porque a su pecado añadió rebelión; bate las manos entre nosotros, y contra Dios multiplica sus palabras.

¿Acaso te hará muchas súplicas, o te hablará palabras sumisas?

Y aconteció que después que habló el SEÑOR estas palabras a Job, el SEÑOR dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job.

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso