'Por' en la Biblia
Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos por sí en el cuerpo, como quiso.
Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser {los} más débiles, son {los más} necesarios;
para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros.
Por manera que si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen; y si un miembro es honrado, todos los miembros á una se gozan.
Ahora vemos como por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.
Porque el que habla en lenguas, no habla a los hombres, sino a Dios; porque nadie le entiende, aunque por el Espíritu hable misterios.
Ahora bien, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho os seré a menos de que os hable por medio de revelación, o de conocimiento, o de profecía, o de enseñanza?
Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien significativa, ¿cómo se entenderá lo que se dice? Porque hablaréis al aire.
Tantos géneros de voces, por ejemplo, hay en el mundo, y nada hay mudo;
Por lo cual, el que habla lengua extraña, ore que la interprete.
En la ley está escrito: POR HOMBRES DE LENGUAS EXTRAÑAS Y POR BOCA DE EXTRAÑOS HABLARE A ESTE PUEBLO, Y NI AUN ASI ME ESCUCHARAN, dice el Señor.
Así que, las lenguas son por señal, no a los fieles, sino a los incrédulos; mas la profecía, no se da a los incrédulos, sino a los fieles.
Por tanto, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran {algunos} sin {ese} don o son incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
Pero si todos profetizan, y entra un incrédulo, o uno sin {ese} don, por todos será convencido, por todos será juzgado;
Si hablare alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; mas uno interprete.
Porque podéis todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.
Por tanto, hermanos míos, anhelad el profetizar, y no prohibáis hablar en lenguas.
por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, estáis siendo salvos, si no creisteis en vano.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo yo aprendí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
y que fue visto por Cefas, y después por los doce.
Y después, fue visto por más de quinientos hermanos a la vez; de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
Después fue visto por Jacobo; luego por todos los apóstoles.
Y al último de todos, como por un nacido a destiempo, Él fue visto también por mí.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia hacía mí no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que fue conmigo.
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?
¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?
Cada día trago la muerte por mantenerme en la gloriación de haberles enseñado, la cual tengo en Cristo Jesús Señor nuestro.
Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS.
Mas a Dios gracias, que nos dio la victoria por el Señor nuestro Jesús, el Cristo.
Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es {en} vano.
Cada primer sábado, cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
Y cuando hubiere llegado, los que aprobareis por cartas, a éstos enviaré que lleven vuestro donativo a Jerusalén.
Y a vosotros iré, cuando hubiere pasado por Macedonia, porque por Macedonia tengo que pasar.
Pues no deseo veros ahora {sólo} de paso, porque espero permanecer con vosotros por algún tiempo, si el Señor {me lo} permite.
Por tanto, nadie le tenga en poco; antes, llevadlo en paz, para que venga a mí, porque lo espero con los hermanos.
Acerca del hermano Apolos, mucho le he rogado que fuera a vosotros con algunos hermanos; mas en ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tuviere oportunidad.
Y me regocijo por la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido lo que faltaba de vuestra parte.
Porque ellos han recreado mi espíritu y el vuestro. Por tanto, reconoced a tales personas.
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