'Ti' en la Biblia
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré a ti, y esperaré.
Porque tú no eres un Dios que ame la maldad: El malo no habitará junto a ti.
Desbaratados, oh Dios; caigan por sus propios consejos; por la multitud de sus rebeliones échalos, porque se rebelaron contra ti.
Y se alegrarán todos los que esperan en ti; para siempre jubilarán, y los cubrirás; y se alegrarán en ti los que aman tu nombre.
Porque en la muerte no hay memoria de ti, ¿quién te loará en el Seol?
SEÑOR Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;
por haber sido mis enemigos vueltos atrás; caerán y perecerán delante de ti.
Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron.
Levántate, oh SEÑOR; no se fortalezca el hombre; sean juzgados los gentiles delante de ti.
Tú has visto; porque tú miras el trabajo, y el enojo, para dar justicia en tus manos; a ti se acoge el pobre, tú eres el amparo del huérfano.
Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
Di al SEÑOR: Señor tú eres mi bien; no tengo otro bien fuera de ti.
Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra.
Pues por ti he desbaratado ejércitos; y por mi Dios he saltado sobre muros.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía, y redentor mío.
Porque tendieron mal contra ti; fraguaron maquinaciones, mas no prevalecieron.
En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los salvaste.
Clamaron a ti, y fueron librados; esperaron en ti, y no se avergonzaron.
Pero tú eres el que me sacó del vientre, el que me haces esperar en ti desde que estaba a los pechos de mi madre.
Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
De ti será mi alabanza en la grande congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen.
Se acordarán, y se volverán al SEÑOR todos los términos de la tierra; y se humillarán delante de ti todas las familias de los gentiles.
Alef A ti, oh SEÑOR, levantaré mi alma.
Bet Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.
Guímel Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será avergonzado; serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
He Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud; a ti he esperado todo el día.
Sin Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
Taf Integridad y rectitud me guardarán; porque a ti he esperado.
Oye, oh SEÑOR, mi voz con que a ti llamo; ten misericordia de mí, y respóndeme.
Mi corazón me ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh SEÑOR.
A ti llamaré, oh SEÑOR, fuerza mía; no te desentiendas de mí; para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro.
Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos al oráculo de tu santidad.
SEÑOR Dios mío, clamé a ti, y me sanaste.
A ti, oh DIOS, llamaré; y al Señor suplicaré.
Por tanto a ti canté gloria, y no callé; SEÑOR Dios mío, te alabaré para siempre.
En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo avergonzado para siempre; líbrame en tu justicia.
Mas yo en ti confié, oh SEÑOR; yo dije: Dios mío eres tú.
Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado, porque a ti clamo; sean avergonzados los impíos; que {desciendan} en silencio al Seol.
¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
Y decía yo en mi premura: cortado soy de delante de tus ojos; mas tú ciertamente oíste la voz de mis ruegos, cuando a ti clamaba.
Por esto orará a ti todo misericordioso en el tiempo de poder hallarte; ciertamente en la inundación de las muchas aguas no llegarán éstas a él.
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que andarás; sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento; con cabestro y con freno su boca ha de ser sujetada, porque si no, no llegan a ti.
Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Como esperamos en ti.
Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz.
Señor, delante de ti están todos mis deseos; y mi suspiro no te es oculto.
Porque a ti, oh SEÑOR, he esperado; tú responderás, SEÑOR Dios mío.
He aquí como a palmos diste a mis días, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)
Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está.
Escucha mi oración, oh SEÑOR, y presta oído a mi clamor; no guardes silencio ante mis lágrimas; porque extranjero soy junto a ti, peregrino, como todos mis padres.
Déjame estar delante de ti, y tomaré fuerzas, antes que vaya y perezca.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salvación: el SEÑOR sea ensalzado.
Yo dije: SEÑOR, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has asentado delante de ti para siempre.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Dios mío, mi alma está en mí abatida; por tanto me acordaré de ti desde la tierra del Jordán, y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Por medio de ti acornearemos a nuestros enemigos; en tu Nombre atropellaremos a nuestros adversarios.
Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti; y no hemos faltado a tu pacto.
Pero por causa de ti nos matan cada día; somos contados como ovejas para el matadero.
Tus saetas agudas con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
Con vestidos bordados será llevada al Rey; vírgenes en pos de ella; sus compañeras serán traídas a ti.
Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy el Dios, el Dios tuyo.
Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.
¡Aborreciendo tú el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!
Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y puro en tu juicio.
No me eches de delante de ti; y no quites de mí tu santo Espíritu.
Enseñaré a los prevaricadores tus caminos; y los pecadores se convertirán a ti.
Allí se sobresaltaron de pavor donde no había pavor; porque Dios descoyuntó los huesos del que asentó campamento contra ti; los avergonzaste, porque Dios los desechó.
Voluntariamente sacrificaré a ti; alabaré tu Nombre, oh SEÑOR, porque es bueno.
Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la sepultura; los varones sanguinarios y engañadores no vivirán ni la mitad de sus días; pero yo confiaré en ti.
Cuando temo, confiaré en ti.
Entonces serán vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare a ti; en esto conozco que Dios es por mí.
Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los quebrantos.
Te alabaré en los pueblos, oh Señor; cantaré de ti en las naciones.
Para ti reservaré su fortaleza; porque Dios es mi defensa.
Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare; a la peña más alta que me conduzcas,
Y de ti, oh Señor, es la misericordia: Porque tú pagas á cada uno conforme á su obra.
Dios, Dios mío eres tú; a ti madrugaré; mi alma tuvo sed de ti, mi carne te desea en tierra de sequedad y transida sin aguas.
cuando me acordare de ti en mi lecho, cuando meditare de ti en las velas de la noche.
Mi alma se apegó tras de ti; tu diestra me ha sustentado.
En ti reposa la alabanza, oh Dios, en Sión; y a ti se pagará el voto.
Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.
Dichoso el que tú escogieres, é hicieres llegar á ti, Para que habite en tus atrios: Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo.
Decid a Dios: ¡Cuán terrible eres en tus obras! Por lo grande de tu fortaleza se sujetarán a ti tus enemigos.
Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu Nombre. (Selah.)
Entraré en tu casa con holocaustos; a ti cumpliré mis votos,
Desde tu templo en Jerusalén; a ti ofrecerán los reyes dones.
¿No se avergüencen de mí los que en ti esperan, oh Señor, DIOS de los ejércitos! ¿No sean humillados por mí los que te buscan, oh Dios de Israel!
Porque por ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro.
Pero yo enderezaba mi oración a ti, oh SEÑOR, al tiempo de la buena voluntad. Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salud, óyeme.
Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: Engrandecido sea Dios.
En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo confundido para siempre.
Por ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti ha sido siempre mi alabanza.
Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío; tu verdad cantaré yo a ti en el arpa, oh Santo de Israel.
Mis labios se alegrarán cuando cantare alabanzas a ti; y mi alma, a la cual rescataste.
Mas yo era ignorante, y no entendía; era como una bestia acerca de ti.
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