837 casos

'Vino' en la Biblia

Y vino a mi palabra de Jehová por la mañana, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y dirás: Así dice Jehová el Señor: Una gran águila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro;

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, y tomó tu rey y sus príncipes, y los llevó consigo a Babilonia.

E hizo subir uno de sus cachorros; vino a ser leoncillo, y aprendió a capturar presa, y a devorar hombres.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad;

Te profetizan vanidad, y te adivinan mentira, para entregarte con los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en tiempo de la consumación de la maldad.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella ejecutaron juicios.

Y vino a mí palabra de Jehová en el noveno año, en el mes décimo, a los diez del mes, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y aconteció en el undécimo año, en el primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Damasco, era tu mercader por la multitud de tus productos, por la abundancia de toda riqueza, con vino de Helbón y lana blanca.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

En el año décimo, en el mes décimo, a los doce del mes, vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y aconteció en el año veintisiete, en el mes primero, al primer día del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, al primer día del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, al primer día del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y aconteció en el año duodécimo, a los quince del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco del mes, que vino a mí uno que había escapado de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido herida.

Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes que viniese el que había escapado, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y ya no más estuve callado.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y la mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez del mes, a los catorce años después que la ciudad fue tomada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá.

Después vino a la puerta que daba hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió el poste de la puerta, de una caña de ancho, y el otro poste de otra caña de ancho.

En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió.

Y el rey les señaló una porción para cada día de la comida del rey y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos estuviesen delante del rey.

Así fue que Melsar tomaba la porción de la comida de ellos, y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.

Entonces fue también desmenuzado el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y se tornaron como tamo de las eras del verano; y los levantó el viento, y nunca más se les halló lugar. Mas la piedra que hirió a la imagen, vino a ser una gran montaña, que llenó toda la tierra.

Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor.

Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén; para que bebiesen con ellos el rey y sus príncipes, sus esposas y sus concubinas.

Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus príncipes, tus esposas y tus concubinas habéis bebido vino en ellos; además de esto diste alabanza a dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida, y de quien son todos tus caminos, no honraste.

hasta tanto que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y vino el tiempo, y los santos poseyeron el reino.

Y vino hasta el carnero que tenía los dos cuernos, al cual yo había visto que estaba delante del río, y corrió contra él con la ira de su poder.

Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y caí sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión será para el tiempo del fin.

en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años, de los cuales vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, que había de concluir la asolación de Jerusalén en setenta años.

Según está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos rogado a la faz de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades, y entender tu verdad.

Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz, y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel.

Por tanto yo volveré, y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que le había dado para cubrir su desnudez.

Y la tierra responderá al trigo, y al vino, y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.

En el día de nuestro rey los príncipes lo hicieron enfermar con vasos de vino; extendió su mano con los escarnecedores.

No darán ofrendas de vino a Jehová, ni Él se agradará de ellos; sus sacrificios, como pan de enlutados les serán a ellos; todos los que comieren de él, serán inmundos. Será, pues, el pan de ellos para sí mismos; no entrará en la casa de Jehová.

Volverán, y se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor será como el del vino del Líbano.

Palabra de Jehová que vino a Joel hijo de Petuel.

Despertad, borrachos, y llorad; aullad todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.

Y sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; y beben el vino de los condenados en la casa de sus dioses.

Mas vosotros disteis de beber vino a los nazareos; y a los profetas mandasteis, diciendo: No profeticéis.

beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.

Y yo traeré el cautiverio de mi pueblo Israel, y ellos edificarán las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.

Y el maestre de la nave vino a él y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá Dios tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.

Palabra de Jehová que vino a Miqueas el morastita en días de Jotam, Acaz, y Ezequías, reyes de Judá: lo que vio sobre Samaria y Jerusalén.

Si alguno que anda en el espíritu de falsedad mintiere, diciendo: Yo te profetizaré de vino y de sidra; este tal será profeta a este pueblo.

Porque como espinas entretejidas, estando embriagados con su vino, serán consumidos como paja completamente seca.

Y también, por cuanto peca por el vino, es un hombre soberbio, y no queda en casa; el cual ensancha como el infierno su alma, y es como la muerte, que no se sacia; antes reúne para sí todas las naciones, y amontona para sí todos los pueblos.

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