'Ciudad' en la Biblia
Y JEHOVA dijo á Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube á Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, y á su pueblo, á su ciudad, y á su tierra.
Y harás á Hai y á su rey como hiciste á Jericó y á su rey: sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas á la ciudad detrás de ella.
Y mandóles, diciendo: Mirad, pondréis emboscada á la ciudad detrás de ella: no os alejaréis mucho de la ciudad, y estaréis todos apercibidos.
Y yo, y todo el pueblo que está conmigo, nos acercaremos á la ciudad; y cuando saldrán ellos contra nosotros, como hicieron antes, huiremos delante de ellos.
Y ellos saldrán tras nosotros, hasta que los arranquemos de la ciudad; porque ellos dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.
Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada, y os echaréis sobre la ciudad; pues Jehová vuestro Dios la entregará en vuestras manos.
Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió, y acercóse, y llegaron delante de la ciudad, y asentaron el campo á la parte del norte de Hai: y el valle estaba entre él y Hai.
Y tomó como cinco mil hombres, y púsolos en emboscada entre Beth-el y Hai, á la parte occidental de la ciudad.
Y el pueblo, todo el campo que estaba á la parte del norte de la ciudad, colocado ya cerca, y su emboscada al occidente de la ciudad, vínose Josué aquella noche al medio del valle.
Lo cual como viese el rey de Hai, levantóse prestamente de mañana, y salió con la gente de la ciudad contra Israel, él y todo su pueblo, para combatir por el llano al tiempo señalado, no sabiendo que le estaba puesta emboscada á las espaldas de la ciudad.
Y todo el pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirlos: y siguieron á Josué, siendo así arrancados de la ciudad.
Y no quedó hombre en Hai y Beth-el, que no saliera tras de Israel; y por seguir á Israel dejaron la ciudad abierta.
Entonces Jehová dijo á Josué: Levanta la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué levantó hacia la ciudad la lanza que en su mano tenía.
Y levantándose prestamente de su lugar los que estaban en la emboscada, corrieron luego que él alzó su mano, y vinieron á la ciudad, y la tomaron, y apresuráronse á prenderle fuego.
Y como los de la ciudad miraron atrás, observaron, y he aquí el humo de la ciudad que subía al cielo, y no tuvieron arbitrio para huir ni á una parte ni á otra: y el pueblo que iba huyendo hacia el desierto, se volvió contra los que le seguían.
Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo de la ciudad subía, tornaron, é hirieron á los de Hai.
Y los otros salieron de la ciudad á su encuentro: y así fueron encerrados en medio de Israel, los unos de la una parte, y los otros de la otra. Y los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapase.
Empero los Israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme á la palabra de Jehová que él había mandado á Josué.
Mas al rey de Hai colgó de un madero hasta la tarde: y como el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen á la puerta de la ciudad: y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.
Tuvieron muy gran temor; porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres fuertes.
No hubo ciudad que hiciese paz con los hijos de Israel, sacados los Heveos, que moraban en Gabaón: todo lo tomaron por guerra.
Desde Aroer, que está á la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del arroyo, y toda la campiña de Medeba, hasta Dibón;
Y fué el término de ellos desde Aroer, que está á la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del arroyo, y toda la campiña, hasta Medeba;
Y Nibsan, y la ciudad de la sal, y Engedi; seis ciudades con sus aldeas.
Y torna este término, y da vuelta al lado de la mar, al mediodía hasta el monte que está delante de Beth-oron al mediodía; y viene á salir á Chîriath-baal, que es Chîriath-jearim, ciudad de los hijos de Judá. Este es el lado del occidente.
Y torna de allí este término á Horma, y hasta la fuerte ciudad de Tiro, y torna este término á Hosa, y sale á la mar desde el territorio de Achzib:
Según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnath-sera, en el monte de Ephraim; y él reedificó la ciudad, y habitó en ella.
Y el que se acogiere á alguna de aquellas ciudades, presentaráse á la puerta de la ciudad, y dirá sus causas, oyéndolo los ancianos de aquella ciudad: y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar que habite con ellos.
Y quedará en aquella ciudad hasta que parezca en juicio delante del ayuntamiento, hasta la muerte del gran sacerdote que fuere en aquel tiempo: entonces el homicida tornará y vendrá á su ciudad y á su casa y á la ciudad de donde huyó.
Mas el campo de aquesta ciudad y sus aldeas dieron á Caleb hijo de Jephone, por su posesión.
Y á los hijos de Aarón sacerdote dieron la ciudad de refugio para los homicidas, á Hebrón con sus ejidos; y á Libna con sus ejidos,
Y habían combatido los hijos de Judá á Jerusalem, y la habían tomado, y metido á cuchillo, y puesto á fuego la ciudad.
Y los hijos de Cineo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmas con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está al mediodía de Arad: y fueron y habitaron con el pueblo.
Y fué Judá á su hermano Simeón, é hirieron al Cananeo que habitaba en Sephath, y asoláronla: y pusieron por nombre á la ciudad, Horma.
Y los de la casa de José pusieron espías en Beth-el, la cual ciudad antes se llamaba Luz.
Y los que espiaban vieron un hombre que salía de la ciudad, y dijéronle: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.
Y él les mostró la entrada á la ciudad, é hiriéronla á filo de espada; mas dejaron á aquel hombre con toda su familia.
Y fuese el hombre á la tierra de los Hetheos, y edificó una ciudad, á la cual llamó Luz: y este es su nombre hasta hoy.
Y Juntó consigo á los hijos de Ammón y de Amalec, y fué, é hirió á Israel, y tomó la ciudad de las palmas.
Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, é hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, hízolo de noche.
Y á la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortado el bosque que junto á él estaba, y sacrificado aquel segundo toro en holocausto sobre el altar edificado.
Y decíanse unos á otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando é inquiriendo, dijéronles: Gedeón hijo de Joas lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron á Joas:
Y tomó á los ancianos de la ciudad, y espinas y abrojos del desierto, y castigó con ellos á los de Succoth.
Asimismo derribó la torre de Penuel, y mató á los de la ciudad.
Y Gedeón hizo de ellos un ephod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ophra: y todo Israel fornicó tras de ese ephod en aquel lugar; y fué por tropiezo á Gedeón y á su casa.
Y Zebul asistente de la ciudad, oyendo las palabras de Gaal hijo de Ebed, encendióse su ira;
Y envió sagazmente mensajeros á Abimelech, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido á Sichêm, y he aquí, que han cercado la ciudad contra ti.
Y por la mañana al salir del sol te levantarás y acometerás la ciudad: y él y el pueblo que está con él saldrán contra ti, y tu harás con él según que se te ofrecerá.
Y Gaal hijo de Ebed salió, y púsose á la entrada de la puerta de la ciudad: y Abimelech y todo el pueblo que con él estaba, se levantaron de la emboscada.
El cual, tomando gente, repartióla en tres compañías, y puso emboscadas en el campo: y como miró, he aquí el pueblo que salía de la ciudad; y levantóse contra ellos, é hiriólos:
Pues Abimelech y el escuadrón que estaba con él, acometieron con ímpetu, y pararon á la entrada de la puerta de la ciudad; y las dos compañías acometieron á todos los que estaban en el campo, y los hirieron.
Y después de combatir Abimelech la ciudad todo aquel día, tomóla, y mató el pueblo que en ella estaba, y asoló la ciudad, y sembróla de sal.
En medio de aquella ciudad había una torre fuerte, á la cual se retiraron todos los hombres y mujeres, y todos los señores de la ciudad; y cerrando tras sí las puertas, subiéronse al piso alto de la torre.
Y al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león? Si no araseis con mi novilla, Nunca hubierais descubierto mi enigma.
Y fué dicho á los de Gaza: Samsón es venido acá. Y cercáronlo, y pusiéronle espías toda aquella noche á la puerta de la ciudad: y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo mataremos.
Mas Samsón durmió hasta la media noche; y á la media noche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, echóselas al hombro, y fuése, y subióse con ellas á la cumbre del monte que está delante de Hebrón.
Este hombre se había partido de la ciudad de Beth-lehem de Judá, para ir á vivir donde hallase; y llegando al monte de Ephraim, vino á casa de Michâs, para de allí hacer su camino.
Y ellos llevando las cosas que había hecho Michâs, juntamente con el sacerdote que tenía, llegaron á Lais, al pueblo reposado y seguro; y metiéronlos á cuchillo, y abrasaron la ciudad con fuego.
Y no hubo quien los defendiese, porque estaban lejos de Sidón, y no tenían comercio con nadie. Y la ciudad estaba en el valle que hay en Beth-rehob. Luego reedificaron la ciudad, y habitaron en ella.
Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, conforme al nombre de Dan su padre, hijo de Israel, bien que antes se llamaba la ciudad Lais.
Y estando ya junto á Jebus, el día había declinado mucho: y dijo el criado á su señor: Ven ahora, y vámonos á esta ciudad de los Jebuseos, para que tengamos en ella la noche.
Y su señor le respondió: No iremos á ninguna ciudad de extranjeros, que no sea de los hijos de Israel: antes pasaremos hasta Gabaa. Y dijo á su criado:
Y apartáronse del camino para entrar á tener allí la noche en Gabaa; y entrando, sentáronse en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los acogiese en casa para pasar la noche.
Y alzando el viejo los ojos, vió á aquel viajante en la plaza de la ciudad, y díjole: ¿A dónde vas, y de dónde vienes?
Y cuando estaban gozosos, he aquí, que los hombres de aquella ciudad, hombres hijos de Belial, cercan la casa, y batían las puertas, diciendo al hombre viejo dueño de la casa: Saca fuera el hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos.
Y juntáronse todos los hombres de Israel contra la ciudad, ligados como un solo hombre.
Y saliendo los hijos de Benjamín contra el pueblo, alejados que fueron de la ciudad, comenzaron á herir algunos del pueblo, matando como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube á Beth-el, y el otro á Gabaa en el campo: y mataron unos trein
Y los hijos de Benjamín decían: Vencidos son delante de nosotros, como antes. Mas los hijos de Israel decían: Huiremos, y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos.
Entonces las emboscadas acometieron prestamente Gabaa, y se extendieron, y pasaron á cuchillo toda la ciudad.
Ya los Israelitas estaban concertados con las emboscadas, que hiciesen mucho fuego, para que subiese gran humo de la ciudad.
Mas cuando la llama comenzó á subir de la ciudad, una columna de humo, Benjamín tornó á mirar atrás; y he aquí que el fuego de la ciudad subía al cielo.
Volvieron, por tanto, espaldas delante de Israel hacia el camino del desierto; mas el escuadrón los alcanzó, y los salidos de la ciudad los mataban, habiéndolos encerrado en medio de ellos.
Y los hombres de Israel tornaron á los hijos de Benjamín, y pasáronlos á cuchillo, á hombres y bestias en la ciudad, y todo lo que fué hallado: asimismo pusieron fuego á todas ls ciudades que hallaban.
Anduvieron pues ellas dos hasta que llegaron á Beth-lehem: y aconteció que entrando en Beth-lehem, toda la ciudad se conmovió por razón de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemi?
Y tomólo, y vínose á la ciudad; y su suegra vió lo que había cogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de harta, y dióselo.
Después le dijo: Llega el lienzo que traes sobre ti, y ten de él. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y púsoselas á cuestas: y vínose ella á la ciudad.
Entonces él tomó diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.
Y subía aquel varón todos los años de su ciudad, á adorar y sacrificar á Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Eli, Ophni y Phinees, sacerdotes de Jehová.
Y cuando llegó, he aquí Eli que estaba sentado en una silla atalayando junto al camino; porque su corazón estaba temblando por causa del arca de Dios. Llegado pues aquel hombre á la ciudad, y dadas las nuevas, toda la ciudad gritó.
Y aconteció que como la hubieron pasado, la mano de Jehová fué contra la ciudad con grande quebrantamiento; é hirió los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, que se llenaron de hemorroides.
Y enviaron á juntar todos los príncipes de los Filisteos, diciendo: Despachad el arca del Dios de Israel, y tórnese á su lugar, y no mate á mí ni á mi pueblo: porque había quebrantamiento de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había allí agrava
Y los que no morían, eran heridos de hemorroides; y el clamor de la ciudad subía al cielo.
Y Jehová dijo á Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel á los varones de Israel: Idos cada uno á su ciudad.
Y él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un hombre de Dios, que es varón insigne: todas las cosas que él dijere, sin duda vendrán. Vamos pues allá: quizá nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.
Dijo entonces Saúl á su criado: Bien dices; ea pues, vamos. Y fueron á la ciudad donde estaba el varón de Dios.
Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas mozas que salían por agua, á las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente?
Y ellas respondiéndoles, dijeron: Sí; helo aquí delante de ti: date pues priesa, porque hoy ha venido á la ciudad en atención á que el pueblo tiene hoy sacrificio en el alto.
Y cuando entrareis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al alto á comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido, por cuanto él haya de bendecir el sacrificio, y después comerán los convidados. Subid pues ahora, porque ahora le ha
Ellos entonces subieron á la ciudad; y cuando en medio de la ciudad estuvieron, he aquí Samuel que delante de ellos salía para subir al alto.
Y cuando hubieron descendido de lo alto á la ciudad, él habló con Saúl en el terrado.
Y descendiendo ellos al cabo de la ciudad, dijo Samuel á Saúl: Di al mozo que vaya delante, (y adelantóse el mozo); mas espera tú un poco para que te declare palabra de Dios.
De allí vendrás al collado de Dios donde está la guarnición de los Filisteos; y cuando entrares allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del alto, y delante de ellos salterio, y adufe, y flauta, y arpa, y ellos profetizando:
Y viniendo Saúl á la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle.
Hizo pues Samuel como le dijo Jehová: y luego que él llegó á Beth-lehem, los ancianos de la ciudad le salieron á recibir con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?
Si tu padre hiciere mención de mí, dirás: Rogóme mucho que lo dejase ir presto á Beth-lehem su ciudad, porque todos los de su linaje tienen allá sacrificio aniversario.
Y dijo: Ruégote que me dejes ir, porque tenemos sacrificio los de nuestro linaje en la ciudad, y mi hermano mismo me lo ha mandado; por tanto, si he hallado gracia en tus ojos, haré una escapada ahora, y visitaré á mis hermanos. Por esto pues no ha venido
Luego dió Jonathán sus armas á su muchacho, y díjole: Vete y llévalas á la ciudad.
Y á Nob, ciudad de los sacerdotes, puso á cuchillo: así á hombres como á mujeres, niños y mamantes, bueyes y asnos y ovejas, todo á cuchillo.
Y fué dicho á Saúl que David había venido á Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha traído á mis manos; porque él está encerrado, habiéndose metido en ciudad con puertas y cerraduras.
Y dijo David: Jehová Dios de Israel, tu siervo tiene entendido que Saúl trata de venir contra Keila, á destruir la ciudad por causa mía.
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (750)
- LBDA (766)
- NBLH (802)
- RV (764)
- SEV (753)
- RV1909 (746)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (36)
- Éxodo (2)
- Levítico (7)
- Números (14)
- Deuteronomio (27)
- Josué (45)
- Jueces (42)
- Rut (4)
- 1 Samuel (26)
- 2 Samuel (35)
- 1 Reyes (38)
- 2 Reyes (41)
- 1 Crónicas (14)
- 2 Crónicas (30)
- Esdras (8)
- Nehemías (10)
- Ester (7)
- Job (2)
- Salmos (18)
- Proverbios (13)
- Eclesiastés (5)
- Cantares (3)
- Isaías (35)
- Jeremías (69)
- Lamentaciones (6)
- Ezequiel (40)
- Daniel (6)
- Oseas (2)
- Joel (1)
- Amós (6)
- Jonás (6)
- Miqueas (2)
- Nahúm (1)
- Habacuc (1)
- Sofonías (2)
- Zacarías (3)
Artículos Relacionados
- Ai, La Ciudad
- Ciudad
- Ciudad
- Ciudad de David
- Ciudad de Dios
- Ciudadanía
- Ciudades
- Ciudades amuralladas
- Ciudades bajo ataque
- Ciudades fortificadas
- Ciudades vacías
- Construir ciudades
- Cuatro ciudades
- Destrucción de ciudades
- Dos ciudades
- Entrar Ciudades
- Fuera de la ciudad
- La ciudad de Alejandría
- La voz de Dios
- Las ciudadelas
- Las ciudades de Israel
- Las ciudades de la llanura
- Las ciudades de refugio
- Las plazas de las ciudades
- Las puertas de la ciudad
- Los ciudadanos romanos
- Los ciudadanos, Celeste
- Los ciudadanos, deberes cristianos
- Nombres de Jerusalén
- Paredes
- Puertas
- Quema de Jerusalén
- Quema de ciudades
- Tres Ciudades
- La ciudad santa
- La toma de las ciudades
- La tumba en la ciudad de David
- Los ciudadanos
- Los reyes de todo Israel o Judá