'Cuando' en la Biblia
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
Respóndeme cuando llamo, oh Dios de mi justicia. Estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.
Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah.)
Sabed pues, que el SEÑOR hizo apartar al pío para sí; el SEÑOR oirá cuando yo a él clamare.
Mi alma asimismo está muy conturbada; y tú, SEÑOR, ¿hasta cuándo?
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú compusiste:
¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con ansiedad en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
Yo en justicia veré tu rostro; seré saciado cuando despertaré a tu semejanza.
Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre en espíritu, ni de él escondió su rostro; y cuando clamó a él, le oyó.
Cuando se allegaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos al oráculo de tu santidad.
¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descendiere al hoyo? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
Porque he oído afrenta de muchos, cerrado de temores; cuando consultaban juntos contra mí, e ideaban para prenderme el alma.
Y decía yo en mi premura: cortado soy de delante de tus ojos; mas tú ciertamente oíste la voz de mis ruegos, cuando a ti clamaba.
Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se revolvía en mi seno.
Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Restaura mi alma de sus quebranta-mientos, mi vida de los leones.
Cuando cayere, no será postrado; porque el SEÑOR sustenta su mano.
El SEÑOR no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando le juzgaren.
Cof Espera al SEÑOR, y guarda su camino, y él te ensalzará para heredar la tierra; cuando los pecadores sean talados, lo verás.
Porque dije: Que no se alegren de mí; ni cuando mi pie resbalare, se engrandezcan sobre mí.
Cuando yo estoy pobre y menesteroso, el SEÑOR pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
Mis enemigos dicen mal de mí preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
Mi alma tuvo sed de Dios, del Dios vivo. ¡Cuándo vendré, y compareceré delante de Dios!
De estas cosas me acordaré, y derramaré mi alma sobre mí. Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la Casa de Dios, con voz de alegría y de alabanza, bailando la multitud.
Es como muerte en mis huesos, cuando mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
Cuando nos quebrantaste en el lugar de los dragones, y nos cubriste con sombra de muerte,
¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis calcañares me cercará?
Ciertamente Dios rescatará mi vida de la mano del Seol, cuando me tomará. (Selah.)
No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa;
Porque mientras viviere, será su vida bendita; y tú serás loado cuando fueres próspero.
Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío.
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare; a la peña más alta que me conduzcas,
¿Hasta cuándo maquinaréis contra un varón? ¿Asesinaréis todos vosotros como pared desplomada, como cerca derribada?
Así te miré en santidad, cuando vi tu fortaleza y tu gloria.
cuando me acordare de ti en mi lecho, cuando meditare de ti en las velas de la noche.
que pronunciaron mis labios, y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
Alégrense y gócense los gentiles cuando juzgares los pueblos con equidad, y pastorearás los gentiles en la tierra. (Selah.)
Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, (Selah,)
Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.
Cuando esparcía el Omnipotente los reyes que estuvieron en ella, se emblanqueció ésta como la nieve en Salmón.
No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
Mis labios se alegrarán cuando cantare alabanzas a ti; y mi alma, a la cual rescataste.
Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás sus apariencias.
Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, cuando redimiste la vara de tu heredad; este monte de Sion, donde has habitado.
No vemos ya nuestras banderas propias; no hay más profeta; ni hay con nosotros quien sepa. ¿Hasta cuándo?
¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu Nombre?
Cuando tuviere la oportunidad, yo juzgaré rectamente.
Cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, para salvar a todos los mansos de la tierra. (Selah.)
cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató los más robustos de ellos, y derribó los escogidos de Israel.
cuando puso en Egipto sus señales, y sus maravillas en el campo de Zoán;
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Has de estar airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?
SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo?
Por testimonio en José lo ha constituido, cuando salió por la tierra de Egipto; donde oí lenguaje que no entendía.
¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? (Selah.)
Cuando pasaren por el valle de Abaca lo tornarán en fuente, la lluvia también llenará las cisternas.
Tú dominas sobre la soberbia del mar; cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá para siempre tu ira como el fuego?
Vuélvete a nosotros, oh SEÑOR: ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos.
¿Hasta cuándo los impíos, oh SEÑOR, hasta cuándo, se gozarán los impíos?
Entended, necios del pueblo; y locos, ¿cuándo seréis sabios?
Cuando yo decía: Mi pie resbala; tu misericordia, oh SEÑOR, me sustentaba.
Entenderé en el camino de la perfección cuando vinieres a mí; en perfección de mi corazón andaré en medio de mi casa.
cuando los pueblos se congregaren en uno, y los reinos, para servir al SEÑOR.
El con todo, miraba cuando estaban en angustia, y oía su clamor;
Cuando fuere juzgado, salga impío; y su oración sea para pecado.
Como la sombra cuando declina me voy; soy arrebatado del viento como langosta.
Entonces no sería yo avergonzado, cuando mirara en todos tus mandamientos.
Te alabaré con rectitud de corazón, cuando aprendiere los juicios de tu justicia.
BET ¿Con qué limpiará el joven su camino? Cuando guardare tu palabra.
Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanchares mi corazón.
Desfallecieron mis ojos por tu dicho, diciendo: ¿Cuándo me consolarás?
¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
Mis labios rebosarán alabanza, cuando me enseñares tus estatutos.
Yo soy pacífico; y cuando hablo, ellos guerrean.
Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
vivos nos habrían entonces tragado, cuando se encendió su furor contra nosotros.
Cuando el SEÑOR hiciere tornar la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.
Dichoso el varón que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.
Cuando comieres el trabajo de tus manos, dichoso tú, y tendrás bien.
cuando nos pedían allí, los que nos cautivaron, las palabras de la canción, (colgadas nuestras arpas de alegría) diciendo: Cantadnos de las canciones de Sion.
Te confesarán, oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra, cuando oigan los dichos de tu boca.
SEÑOR, a ti he llamado; apresúrate a mí; escucha mi voz, cuando te llamare.
Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.
Saca mi alma de la cárcel para que alabe tu Nombre; conmigo harán fiesta los justos, cuando me hubieras destetado.