'Cuando' en la Biblia

¿Puedes tú contar los meses de su preñez, y sabes el tiempo cuando han de parir?

Cuando alguno lo alcanzare, ni espada, ni lanza, ni dardo, ni coselete durará.

Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían.

«Salmo de David, cuando huía de adelante de Absalón su hijo» ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.

«Al Músico principal: sobre Neginot: Salmo de David» Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.

Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia? ¿Hasta cuándo amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah)

Sabed, pues, que Jehová hizo apartar al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a Él clamare.

Mi alma también está muy turbada; y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste:

Cuando demandó la sangre, se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los pobres.

Asediando andan los malos, cuando son exaltados los más viles de los hijos de los hombres.

«Al Músico principal: Salmo de David» ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con ansiedad en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

¡Oh que de Sión viniese la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

En cuanto a mí, yo en justicia veré tu rostro; quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Pues tú los pondrás en fuga, cuando aprestares en tus cuerdas las saetas contra sus rostros.

Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a Él, le oyó.

Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.

Oye, oh Jehová, mi voz cuando a ti clamo; y ten misericordia de mí, respóndeme.

Oye la voz de mis ruegos cuando a ti clamo, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.

¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?

Porque he oído la calumnia de muchos; miedo por todas partes, cuando consultaban juntos contra mí, e ideaban quitarme la vida.

Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; mas tú oíste la voz de mis súplicas, cuando a ti clamé.

«Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue» Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca.

Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía en mi seno.

Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi ser de los leones.

Cuando cayere, no quedará postrado; porque Jehová sostiene su mano.

Jehová no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando sea juzgado.

Espera en Jehová, y guarda su camino, y Él te exaltará para heredar la tierra: Cuando sean talados los pecadores, lo verás.

Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.

Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis acechadores me rodee?

No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa;

porque cuando muera no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria.

Aunque mientras viva, bendiga a su alma: y tú serás loado cuando te hicieres bien.

«Al Músico principal: Salmo de David, cuando después que entró a Betsabé, vino a él Natán el profeta» Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

«Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg idumeo y dio cuenta a Saúl, diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec» ¿Por qué te glorías de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.

¡Oh, quién diese que la salvación de Israel viniese de Sión! Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

«Al Músico principal: en Neginot: Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra?» Oh Dios, sálvame por tu nombre, y con tu poder defiéndeme.

«Al Músico principal: sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat» Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre: Me oprime combatiéndome cada día.

«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva» Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los quebrantos.

Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío.

«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo» Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan.

«Al Músico principal; sobre Susan-edut: Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, e hirió de Edom en el valle de la Sal a doce mil» Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado; ¡vuélvete a nosotros!

Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare: Llévame a la peña más alta que yo.

¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre? Pereceréis todos vosotros, caeréis como pared desplomada, como cerca derribada.

cuando me acuerdo de ti en mi lecho, y medito en ti en las vigilias de la noche.

Visitas la tierra, y la riegas: En gran manera la enriqueces con el río de Dios, que está lleno de aguas; preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.

que pronunciaron mis labios y habló mi boca, cuando angustiado estaba.

Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, (Selah)

Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.

Cuando el Omnipotente esparció los reyes en ella, se emblanqueció como la nieve en Salmón.

No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

Mis labios se alegrarán cuando a ti cante, y mi alma, la cual redimiste.

Cuando pensé para saber esto; fue duro trabajo para mí,

Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.

No vemos ya nuestras señales; no hay más profeta; ni con nosotros hay quien sepa hasta cuándo.

¿Hasta cuándo, oh Dios, el angustiador nos afrentará? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?

Cuando reciba la congregación, yo juzgaré rectamente.

cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, para salvar a todos los mansos de la tierra. (Selah)

cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató los más robustos de ellos, y derribó los escogidos de Israel.

cuando puso en Egipto sus señales, y sus maravillas en el campo de Zoán;

¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?

Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás indignación contra la oración de tu pueblo?

Por testimonio en José lo ha constituido, cuando salió por la tierra de Egipto; donde oí lenguaje que no entendía.

¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? (Selah)

Atravesando el valle de lágrimas lo convierten en fuente, cuando la lluvia llena los estanques.

Jehová contará cuando Él inscriba a los pueblos: Éste nació allí. (Selah)

Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?

Vuélvete, oh Jehová: ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos.

¿Hasta cuándo los impíos, hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?

¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, y se vanagloriarán todos los obradores de iniquidad?

Entended, necios del pueblo; y vosotros fatuos, ¿cuándo seréis sabios?

Cuando yo decía: Mi pie resbala; tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.

Me conduciré con sabiduría en el camino de la perfección cuando vengas a mí. En integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.

«Oración del afligido, cuando está angustiado, y delante de Jehová derrama su lamento» Oh Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor.

cuando los pueblos se congreguen en uno, y los reinos, para servir a Jehová.

Cuando ellos eran pocos en número, y extranjeros en ella;

cuando andaban de nación en nación, de un reino a otro pueblo;

Con todo, Él miraba cuando estaban en angustia, y oía su clamor:

Cuando sea juzgado, salga culpable; y su oración sea para pecado.

Me voy como la sombra cuando declina; soy sacudido como langosta.

Cuando Israel salió de Egipto, la casa de Jacob del pueblo de lengua extraña,

Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos.

Te alabaré con rectitud de corazón, cuando aprendiere los juicios de tu justicia.

Por el camino de tus mandamientos correré, cuando tú ensanches mi corazón.

Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo: ¿Cuándo me consolarás?

¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

Mis labios rebosarán alabanza, cuando me hayas enseñado tus estatutos.

Yo soy pacífico: Mas cuando hablo, ellos están por la guerra.

a no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,

vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra nosotros.

«Cántico gradual» Cuando Jehová hizo volver la cautividad de Sión, éramos como los que sueñan.

Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.

Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.

Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, cuando escuchen los dichos de tu boca.

Mi embrión vieron tus ojos, siendo aún imperfecto; y en tu libro estaban escritos todos mis miembros, que fueron luego formados, cuando aún no existía ni uno de ellos.

«Salmo de David» Jehová, a ti clamo; apresúrate a mí; escucha mi voz, cuando a ti clamo.