'Cuando' en la Biblia
- 1.Gé 2:4-Gé 37:21
- 2.Gé 37:23-Éx 13:8
- 3.Éx 13:11-Levítico 13:31
- 4.Levítico 13:38-Números 15:8
- 5.Números 15:14-Deuteronomio 17:8
- 6.Deuteronomio 17:14-Josué 4:7
- 7.Josué 4:11-Jueces 11:16
- 8.Jueces 11:26-1 Samuel 10:10
- 9.1 Samuel 10:11-1 Samuel 31:7
- 10.1 Samuel 31:8-2 Samuel 23:4
- 11.2 Samuel 23:9-2 Reyes 1:5
- 12.2 Reyes 1:13-2 Reyes 18:34
- 13.2 Reyes 19:1-2 Crónicas 18:31
- 14.2 Crónicas 19:6-Ester 2:8
- 15.Ester 2:12-Salmos 4:3
- 16.Salmos 4:7-Salmos 101:2
- 17.Salmos 102:1-Eclesiastés 5:4
- 18.Eclesiastés 5:11-Isaías 64:5
- 19.Isaías 65:8-Lamentaciones 2:11
- 20.Lamentaciones 3:8-Ezequiel 30:18
- 21.Ezequiel 30:25-Amós 5:19
- 22.Amós 7:1-Mateo 12:14
- 23.Mateo 12:17-Marcos 4:16
- 24.Marcos 4:17-Lucas 2:22
- 25.Lucas 2:27-Lucas 15:6
- 26.Lucas 15:9-Juan 8:20
- 27.Juan 8:28-Hechos 12:6
- 28.Hechos 12:10-Hechos 27:21
- 29.Hechos 27:33-Colosenses 3:7
- 30.Colosenses 4:16-Apocalipsis 17:6
- 31.Apocalipsis 17:8-Apocalipsis 22:8
Y cuando la hubiere hallado, junta las amigas y las vecinas, diciendo: Regocijad conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.
Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y le comenzó a faltar.
Y levantándose, fue a su padre. Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión {por él,} y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó.
Y su hijo mayor estaba en el campo; el cual cuando vino, y llegó cerca de casa, oyó la sinfonía y las danzas;
Mas cuando vino éste tu hijo, que ha consumido tu sustento con rameras, has matado para él el becerro grueso.
Yo sé lo que haré para que cuando fuere quitado de la mayordomía, me reciban en sus casas.
Y yo os digo: Haceos amigos con las riquezas de maldad, para que cuando éstas falten, seáis recibidos en las moradas eternas.
¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando {ovejas,} y cuando regresa del campo, le dice: ``Ven enseguida y siéntate {a comer}"?
Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.
Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios.
Y preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el Reino de Dios, les respondió y dijo: El Reino de Dios no vendrá con observación;
Y dijo a sus discípulos: Días vendrán, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Os digo que los vengará presto. Pero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
Cuando Jesús oyó {esto,} le dijo: Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme.
el cual cuando oyó la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello.
Jesús entonces parándose, mandó traerle a sí; y cuando él llegó, le preguntó,
Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios; cuando toda la gente vio {aquello,} dieron gloria a Dios.
Cuando Jesús entró en Jericó, pasaba por la ciudad.
Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa.
Y aconteció que cuando él regresó, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.
Y aconteció que cuando se acercó a Betfagé y a Betania, cerca del monte que se llama de los Olivos, envió a dos de los discípulos,
diciendo: Id a la aldea de enfrente; en la cual cuando entrareis, hallaréis un pollino atado, en el que ningún hombre se ha sentado jamás; desatadlo, y traedlo.
Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino?
Y cuando llegaron ya cerca de la bajada del monte de las Olivas, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto,
Cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
Porque sobre ti vendrán días, cuando tus enemigos echarán terraplén delante de ti, te sitiarán y te acosarán por todas partes.
Y aconteció que en uno de los días cuando El enseñaba a la gente en el templo y anunciaba el evangelio, {se le} enfrentaron los principales sacerdotes y los escribas con los ancianos,
Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré mi hijo amado; quizás cuando a éste vieren, tendrán respeto.
Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: ``Este es el heredero; matémoslo para que la heredad sea nuestra."
Vendrá, y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Que no sea así!
porque no pueden ya más morir; porque son iguales a los ángeles; y son hijos de Dios, cuando son hijos de la resurrección.
Y que los muertos hayan de resucitar, aun Moisés lo enseñó junto a la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, y Dios de Isaac, y Dios de Jacob.
Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿Y qué señal habrá cuando estas cosas hayan de comenzar a ser hechas?
Pero cuando oyereis guerras y sediciones, no os espantéis; porque es necesario que estas cosas sean hechas primero; mas aún no será el fin.
Y cuando viereis a Jerusalén cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.
Y cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca.
Cuando ya brotan, viéndolos, de vosotros mismos entendéis que el verano está ya cerca.
Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, entended que está cerca el Reino de Dios.
Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,
Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los doce apóstoles.
Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, y sin alforja, y sin zapatos, ¿os faltó algo? Y ellos dijeron: Nada.
Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
Y cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;
Y cuando los que rodeaban a Jesús vieron lo que iba a suceder, dijeron: Señor, ¿heriremos a espada?
Cuando estaba con vosotros cada día en el templo, no me echasteis mano; pero esta hora y el poder de las tinieblas son vuestros.
Y cuando una criada le vio que estaba sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: Y éste con él estaba.
Y cuando fue de día, se juntaron los ancianos del pueblo, y los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y le trajeron a su concilio,
Cuando Pilato oyó {esto,} preguntó si el hombre era galileo.
Cuando le llevaban, tomaron a un cierto Simón de Cirene que venía del campo y le pusieron la cruz encima para que la llevara detrás de Jesús.
Y cuando llegaron al lugar que se llama de la Calavera, le colgaron del madero allí, y a los malhechores, uno en un madero a la derecha, y otro a la izquierda.
Y dijo a Jesús: Señor, acuérdate de mí cuando vinieres en tu Reino.
Y cuando era como la hora sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.
Y cuando todas las multitudes que se habían reunido para {presenciar} este espectáculo, al observar lo que había acontecido, se volvieron golpeándose el pecho.
Y cuando regresaron, prepararon especias aromáticas y perfumes. Y en el día de reposo descansaron según el mandamiento.
y cuando entraron, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
No está aquí, mas ha resucitado; acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,
Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio sólo los lienzos allí echados; y se fue maravillado entre sí de lo que había sucedido.
Y también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; {pues} cuando fueron de madrugada al sepulcro,
Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Y cuando dijo esto, les mostró las manos y los pies.
Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas, que le preguntaran: ¿Tú, quién eres?
Le dice Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús, y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera te vi.
Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo*: No tienen vino.
Y cuando el maestresala gustó el agua hecha vino, que no sabía de dónde era; (mas los que servían, lo sabían, quienes habían sacado el agua), el maestresala llama al esposo,
Y le dice: Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando ya están satisfechos, entonces lo que es peor; mas tú has guardado el buen vino hasta ahora.
Por tanto, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron que les había dicho esto; y creyeron a la Escritura, y a la palabra que Jesús había dicho.
Cuando estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía.
De manera que cuando el Señor supo cómo los fariseos habían oído que Jesús hacía discípulos y bautizaba más que Juan,
Le dice Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Le dice la mujer: Sé que el Mesías (el Ungido) ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos declarará todas las cosas.
De modo que cuando los samaritanos vinieron a El, le rogaban que se quedara con ellos; y se quedó allí dos días.
Y cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, vistas todas las cosas que había hecho en Jerusalén en la Fiesta; porque también ellos habían ido a la Fiesta.
Este, cuando oyó que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a él, y le rogaba que descendiera, y sanara a su hijo, porque se comenzaba a morir.
Y cuando ya él descendía, los siervos le salieron a recibir, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
El padre entonces entendió, que aquella hora era cuando Jesús le dijo: Tu hijo vive; y creyó él y toda su casa.
Esta también es la segunda señal que Jesús hizo, cuando vino de Judea a Galilea.
porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera.
Cuando Jesús vio a éste echado, y supo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres ser sano?
Y el enfermo le respondió: Señor, no tengo hombre que cuando el agua fuere revuelta, me meta en el estanque; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.
De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?
Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él grande multitud, dice a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
Y cuando fueron saciados, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, para que no se pierda nada.
Entonces aquellos hombres, cuando vieron el milagro que Jesús había hecho, dijeron: Verdaderamente Éste es el Profeta que había de venir al mundo.
Cuando hubieron navegado como veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que andaba sobre el mar, y se acercaba al navío; y tuvieron miedo.
El día siguiente, cuando la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había otra barca sino aquella en la que habían entrado sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en la barca, sino que sus discípulos se habían ido solos.
cuando vio pues la multitud que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron ellos en las navecillas, y vinieron a Capernaum buscando a Jesús.
Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
Esto dijo {Jesús} en la sinagoga, cuando enseñaba en Capernaúm.
Por eso muchos de sus discípulos, cuando oyeron {esto,} dijeron: Dura es esta declaración; ¿quién puede escucharla?
Porque nadie hace nada en secreto cuando procura ser {conocido} en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo.
Pero cuando sus hermanos subieron a la fiesta, entonces El también subió; no abiertamente, sino en secreto.
Mas éste, sabemos de dónde es; y cuando viniere el Cristo, nadie sabrá de dónde sea.
Y muchos del pueblo creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando viniere, ¿hará más señales que las que éste hace?
Entonces {algunos} de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta.
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