'Dio' en la Biblia
El SEÑOR, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia.
Y el reino de Josafat tuvo reposo; porque su Dios le dio reposo por todas partes.
Y los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo había mandado el sacerdote Joiada; y tomó cada uno los suyos, los que entraban el sábado, y los que salían el sábado; porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías.
Dio también el sacerdote Joiada a los centuriones las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la Casa de Dios;
Y Dios le dio ayuda contra los filisteos, y contra los árabes que habitaban en Gur-baal, y contra los Meunim.
Y le miró Azarías el sumo sacerdote, y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente; y le hicieron salir aprisa de aquel lugar; y él también se dio prisa a salir, porque el SEÑOR lo había herido.
En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró al SEÑOR, el cual le respondió, y le dio una señal.
Y respondiendo Hilcías, dijo a Safán escriba: Yo he hallado el libro de la ley en la Casa del SEÑOR. Y dio Hilcías el libro a Safán.
A más de esto, declaró Safán escriba al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro. Y leyó Safán en él delante del rey.
Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.
En aquel tiempo vino a ellos Tatnai, capitán de este lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les dijeron así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta Casa, y fundar estos muros?
Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta Casa, y para fundar estos muros?
Pero el primer año de Ciro rey de Babilonia, el mismo rey Ciro dio mandamiento para que esta Casa de Dios fuera edificada.
Entonces el rey Darío dio mandamiento, y buscaron en la casa de los libros, donde guardaban los tesoros allí en Babilonia.
En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio mandamiento acerca de la Casa de Dios que estaba en Jerusalén; que la Casa fuera edificada para lugar en que sacrifiquen sacrificios, y sus paredes fueran cubiertas; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura;
Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que dio el SEÑOR Dios de Israel; y le concedió el rey, según la mano del SEÑOR su Dios sobre él, todo lo que pidió.
Y éste es el traslado de la carta que dio el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote escriba; escriba de las palabras mandadas del SEÑOR, y de sus estatutos sobre Israel:
Y algunos de los príncipes de las familias dieron para la obra. El Tirsata dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.
Y lo que dio el resto del pueblo fue veinte mil dracmas de oro, y dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.
Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y reposó a las provincias de sus impuestos, e hizo y dio mercedes conforme a la facultad real.
Entonces el rey quitó su anillo de su mano, y lo dio a Amán hijo de Hamedata agagueo, enemigo de los judíos,
Y Mardoqueo le declaró todo lo que le había acontecido, y le dio noticia de la plata que Amán había dicho que pesaría para los tesoros del rey por razón de los judíos, para destruirlos.
Le dio también la copia de la escritura del decreto que había sido dado en Susa para que fueran destruidos, a fin de que la mostrara a Ester y se lo declarare, y le encargara que fuera al rey a suplicarle, y a pedir delante de él por su pueblo.
El mismo día dio el rey Asuero a la reina Ester la casa de Amán enemigo de los judíos; y Mardoqueo vino delante del rey, porque Ester le declaró lo que era respecto de ella.
Y se quitó el rey su anillo que había vuelto a tomar de Amán, y lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán.
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. El SEÑOR dio, y el SEÑOR quitó; sea el nombre del SEÑOR bendito.
¿Por qué dio luz al trabajado, y vida a los amargos de ánimo?
El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida.
¿Quién puso la sabiduría en lo íntimo? ¿O quién dio al entendimiento la inteligencia?
porque Dios lo hizo olvidar de sabiduría, y no le dio entendimiento.
Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una cordera, y un zarcillo de oro.
Y no se hallaron mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos.
He aquí ha tenido parto de iniquidad; concibió de su propio trabajo, y dio a luz mentira.
Quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente tomó soborno. El que hace estas cosas, no resbalará para siempre.
Y tronó en los cielos el SEÑOR, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones de fuego.
Bramaron los gentiles, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra.
Hendió las peñas en el desierto; y les dio a beber de abismos grandes;
e hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio trigo de los cielos.
Dio también al pulgón sus frutos, y sus trabajos a la langosta.
y dio en cautividad su fortaleza, y su gloria en mano del enemigo.
e hirió a sus enemigos en las partes posteriores; les dio perpetua afrenta.
En columna de fuego hablaba con ellos; guardaban sus testimonios, y el derecho que les dio.
Y les dio las tierras de los gentiles; y las labores de las naciones heredaron,
Y él les dio lo que pidieron; mas envió flaqueza en sus almas.
Tet Dio mantenimiento a los que le temen; Yod para siempre se acordará de su pacto.
Bendito el SEÑOR, que no nos dio por presa a sus dientes.
Y dio la tierra de ellos en heredad, en heredad a Israel su pueblo.
Y dio la tierra de ellos en heredad, porque para siempre es su misericordia;
El ojo misericordioso será bendito, porque dio de su pan al menesteroso.
Alégrense tu padre y tu madre, y gócese la que te dio a luz.
Vau Se levantó aun de noche, y dio comida a su familia, y ración a sus criadas.
Sámec Hizo telas, y vendió; y dio cintos al mercader.
Y di mi corazón a inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo (este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, en que se ocupen).
Porque al hombre que es bueno delante de Dios, él le da sabiduría y ciencia y alegría, mas al pecador le dio la ocupación de que recoja y amontone, para que dé al bueno delante de él. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Asimismo, a todo hombre a quien Dios dio riquezas y hacienda, también le dio facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce su trabajo; esto es don de Dios.
El del hombre a quien Dios dio riquezas, y hacienda, y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le dio facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen. Esto vanidad es, y enfermedad maligna.
Por tanto alabé yo la alegría; que no tenga el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba, y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le dio debajo del sol.
y el polvo se torne a la tierra, como era antes, y el espíritu se vuelva a Dios que lo dio.
Mientras que el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor.
Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en la casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz.
mas una es la paloma mía, la perfecta mía; única es a su madre, escogida a la que la dio a luz. La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada; sí, las reinas y las concubinas, la alabaron.
¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; allí tuvo tu madre dolores, allí tuvo dolores la que te dio a luz.
La había cercado, y despedregado, y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y también asentado un lagar en ella; y esperaba que diera uvas, y dio uvas silvestres.
Y me junté con la profetisa, la cual concibió, y dio a luz un hijo. Y me dijo el SEÑOR: Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz.
He aquí, yo y los hijos que me dio el SEÑOR, somos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos, que mora en el Monte de Sion.
¿Quién dio a Jacob en presa, y entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue el SEÑOR? Porque pecamos contra él, y no quisieron andar en sus caminos, ni oyeron su Ley.
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.
El Señor DIOS me dio lengua de sabios, para saber dar en su sazón palabra al cansado: despertará de mañana, de mañana despertará mi oído, para que oiga, como los sabios.
Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara la que os dio a luz; porque solo lo llamé, y lo bendije, y lo multipliqué.
De todos los hijos que dio a luz, no hay quien la gobierne, no hay quien la tome por su mano, entre todos los hijos que crió.
Antes que estuviera de parto, dio a luz; antes que le vinieran dolores, dio a luz hijo.
¿Sobre qué nos aseguramos? Juntaos, y entrémonos en las ciudades fuertes, y allí quedaremos quietos; porque el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho callar, y nos dio a beber bebida de hiel, porque pecamos contra el SEÑOR.
Fue para mí mi heredad como león en breña; contra mí dio su voz; por tanto la aborrecí.
Se enflaqueció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma; su sol se le puso siendo aún de día; se avergonzó y se llenó de confusión; y lo que de ella quedare, lo entregaré a espada delante de sus enemigos, dijo el SEÑOR.
Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito.
Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho.
cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y morad sobre la tierra que os dio el SEÑOR, a vosotros y a vuestros padres para siempre;
Y tomó Jeremías otro rollo, y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.
Entonces dio orden el rey Sedequías, y depositaron a Jeremías en el patio de la guarda, haciéndole dar una torta de pan al día, de la plaza de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastara. Y quedó Jeremías en el patio de la guarda.
Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo quedar en tierra de Judá del vulgo de los pobres que no tenían nada, y les dio entonces viñas y heredades.
Y aun él no había respondido que se volvería, cuando el capitán le dijo: Vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te pareciere más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia presentes y dones, y le envió.
Gritad contra ella en derredor; dio su mano; han caído sus fundamentos, derribados son sus muros; porque venganza es del SEÑOR. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.
Pe: Sion extendió sus manos; no tiene consolador; el SEÑOR dio mandamiento contra Jacob, que sus enemigos lo cercaran; Jerusalén fue en abominación entre ellos.
diere a usura, y recibiere más de lo que dio; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas estas abominaciones hizo; de cierto morirá; su sangre será sobre él.
Y lo dio a acicalar para tenerlo en la mano; la espada está afilada, y está acicalada, para entregarla en mano del matador.
Tarsis tu mercadera a causa de la multitud de todas tus riquezas en plata, hierro, estaño, y plomo, dio en tus ferias.
Siria fue tu mercadera por la multitud de tus productos; con rubíes, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales, y perlas, dio en tus ferias.
Y a estos cuatro muchachos les dio Dios conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencia; mas Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.
Entonces el rey magnificó a Daniel, y le dio muchos y grandes dones, y lo puso por gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por príncipe de los gobernadores sobre todos los sabios de Babilonia.
El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino, y la grandeza, y la gloria, y la hermosura:
y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones, y lenguas, temblaban y temían delante de él. A los que él quería mataba, y a los que quería daba vida; a los que quería engrandecía, y a los que quería humillaba.
Y le dio señorío, gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su Reino que no se corromperá.
hasta tanto que vino el Anciano de gran edad, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y vino el tiempo, y los santos poseyeron el Reino.
Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.
Y concibió aún, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque nunca más tendré misericordia de la Casa de Israel, sino que del todo los olvidaré.
Y después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo.
En aquel tiempo se levantará sobre vosotros refrán, y se hará endecha de lamentación, diciendo: Del todo fuimos destruidos; ha cambiado la parte de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! Los dio, y los repartió a otros.
Te vieron, y tuvieron temor los montes; pasó la inundación de las aguas; el abismo dio su voz, la hondura alzó sus manos.
Y no la conoció hasta que dio a luz a su hijo Primogénito; y llamó su nombre JESÚS.
Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio potestad contra los espíritus inmundos, para que los echaran fuera, y sanaran toda enfermedad y toda flaqueza.