'Fruto' en la Biblia
Porque por eso nos envió á decir en Babilonia: Largo va el cautiverio: edificad casas, y morad; plantad huertos, y comed el fruto de ellos.
Grande en consejo, y magnífico en hechos: porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar á cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras:
Mira, oh Jehová, y considera á quién has hecho así. ¿Han de comer las mujeres su fruto, los pequeñitos de sus crías? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?
En un buen campo, junto á muchas aguas fué plantada, para que hiciese ramos y llevase fruto, y para que fuese vid robusta.
Di: Así ha dicho el Señor Jehová: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y secaráse? Todas las hojas de su lozanía secará, y no con gran brazo, ni con mucha gente, arrancándola de sus raíces.
En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramos, y llevará fruto, y haráse magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves, toda cosa que vuela habitará á la sombra de sus ramos.
Tu madre fué como una vid en tu sangre, plantada junto á las aguas, haciendo fruto y echando vástagos á causa de las muchas aguas.
Empero fué arrancada con ira, derribada en tierra, y viento solano secó su fruto; fueron quebradas y secáronse sus varas fuertes; consumiólas el fuego.
Y ha salido fuego de la vara de sus ramos, ha consumido su fruto, y no ha quedado en ella vara fuerte, cetro para enseñorear. Endecha es esta, y de endecha servirá.
Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra seguramente; y sabrán que yo soy Jehová, cuando quebrare las coyundas de su yugo, y los librare de mano de los que se sirven de ellos.
Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestros ramos, y llevaréis vuestro fruto á mi pueblo Israel; porque cerca están para venir.
Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, porque nunca más recibáis oprobio de hambre entre las gentes.
Y junto al arroyo, en su ribera de una parte y de otra, crecerá todo árbol de comer: su hoja nunca caerá, ni faltará su fruto: á sus meses madurará, porque sus aguas salen del santuario: y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.
Su copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y para todos había en él mantenimiento. Debajo de él se ponían á la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y manteníase de él toda carne.
Y clamaba fuertemente y decía así: Cortad el árbol, y desmochad sus ramas, derribad su copa, y derramad su fruto: váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.
Y cuya copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y que para todos había mantenimiento en él; debajo del cual moraban las bestias del campo, y en sus ramas habitaban las aves del cielo,
Porque sembraron viento, y torbellino segarán: no tendrán mies, ni el fruto hará harina; si la hiciere, extraños la tragarán.
Ephraim fué herido, secóse su cepa, no hará más fruto: aunque engendren, yo mataré lo deseable de su vientre.
ES Israel una frondosa viña, haciendo fruto para sí: conforme á la multiplicación de su fruto multiplicó altares, conforme á la bondad de su tierra aumentaron sus estatuas.
Habéis arado impiedad, segasteis iniquidad: comeréis fruto de mentira: porque confiaste en tu camino, en la multitud de tus fuertes.
Ephraim dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré á él como la haya verde: de mí será hallado tu fruto.
Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.
Y yo destruí delante de ellos al Amorrheo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como un alcornoque; y destruí su fruto arriba, sus raíces abajo.
¿Correrán los caballos por las peñas? ¿ararán en ellas con vacas? ¿por qué habéis vosotros tornado el juicio en veneno, y el fruto de justicia en ajeno?
Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.
¿Agradaráse Jehová de millares de carneros, ó de diez mil arroyos de aceite? ¿daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?
Y la tierra con sus moradores será asolada por el fruto de sus obras.
Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el resto de este pueblo posea todo esto.
Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice Jehová de los ejércitos.
Ahora, ya también la segur está puesta á la raíz de los árboles; y todo árbol que no hace buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Todo árbol que no lleva buen fruto, córtase y échase en el fuego.
O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, ó haced el árbol corrompido, y su fruto dañado; porque por el fruto es conocido el árbol.
Y parte cayó en buena tierra, y dió fruto, cuál a ciento, cuál á sesenta, y cuál á treinta.
Mas el que fué sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y el que lleva fruto: y lleva uno á ciento, y otro á sesenta, y otro á treinta.
Y como la hierba salió é hizo fruto, entonces apareció también la cizaña.
Y viendo una higuera cerca del camino, vino á ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.
Dícenle: á los malos destruirá miserablemente, y su viña dará á renta á otros labradores, que le paguen el fruto á sus tiempos.
Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Y otra parte cayó en espinas; y subieron las espinas, y la ahogaron, y no dió fruto.
Y otra parte cayó en buena tierra, y dió fruto, que subió y creció: y llevó uno á treinta, y otro á sesenta, y otro á ciento.
Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra, y la reciben, y hacen fruto, uno á treinta, otro á sesenta, y otro á ciento.
Y cuando el fruto fuere producido, luego se mete la hoz, porque la siega es llegada.
Entonces Jesús respondiendo, dijo á la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos.
Y envió un siervo á los labradores, al tiempo, para que tomase de los labradores del fruto de la viña.
De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día cundo lo beberé nuevo en el reino de Dios.
Y exclamó á gran voz, y dijo. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
Y ya también el hacha está puesta á la raíz de los árboles: todo árbol pues que no hace buen fruto, es cortado, y echado en el fuego.
Porque no es buen árbol el que da malos frutos; ni árbol malo el que da buen fruto.
Porque cada árbol por su fruto es conocido: que no cogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de las zarzas.
Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fué nacida, llevó fruto á ciento por uno. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oir, oiga.
Y la que cayó entre las espinas, éstos son los que oyeron; mas yéndose, son ahogados de los cuidados y de las riquezas y de los pasatiempos de la vida, y no llevan fruto.
Mas la que en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto en paciencia.
Y dijo esta parábola: Tenía uno una higuera plantada en su viña, y vino á buscar fruto en ella, y no lo halló.
Y dijo al viñero: He aquí tres años ha que vengo á buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, ¿por qué ocupará aún la tierra?
Y si hiciere fruto, bien; y si no, la cortarás después.
Y al tiempo, envió un siervo á los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; mas los labradores le hirieron, y enviaron vacío.
Porque os digo, que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
Y el que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega.
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, él solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva.
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto.
Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
No me elegisteis vosotros á mí, mas yo os elegí á vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé.
Empero siendo profeta, y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, cuanto á la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono;
Mas no quiero, hermanos, que ingnoréis que muchas veces me he propuesto ir á vosotros (empero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás Gentiles.
¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte.
Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos á Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y por fin la vida eterna.
Y si el primer fruto es santo, también lo es el todo, y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
Así que, cuando hubiere concluído esto, y les hubiere consignado este fruto, pasaré por vosotros á España.
¿Quién jamás peleó á sus expensas? ¿quién planta viña, y no come de su fruto? ¿ó quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado?
¿O dícelo enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito: porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.
Porque si yo orare en lengua desconocida, mi espíritu ora; mas mi entendimiento es sin fruto.
Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,
(Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad;)
Mas si el vivir en la carne, esto me será para fruto de la obra, no sé entonces qué escoger;
No porque busque dádivas; mas busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
Y aprendan asimismo los nuestros á gobernarse en buenas obras para los usos necesarios, para que no sean sin fruto.
Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.
Así que, ofrezcamos por medio de él á Dios siempre sacrificio de alabanza, es á saber, fruto de labios que confiesen á su nombre.
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.
Pues, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y tardía.
Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarra
En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del río, estaba el árbol de la vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto: y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
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