'Hambre' en la Biblia
Y hubo hambre en la tierra; y Abram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en la tierra.
Y hubo hambre en la tierra, además del hambre anterior que había ocurrido durante los días de Abraham. Y se fue Isaac a Gerar, a Abimelec, rey de los filisteos.
Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre.
y después de ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra.
Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que {será} muy severa.
Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.
Y le nacieron a José dos hijos antes de que llegaran los años de hambre, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.
y comenzaron a venir los siete años de hambre, tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan.
Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y Faraón dijo a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga.
Y el hambre se extendió sobre toda la faz de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto.
Y {de} todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra.
Y fueron los hijos de Israel con los que iban a comprar {grano,} pues también había hambre en la tierra de Canaán.
si sois {hombres} honrados, que uno de vuestros hermanos quede encarcelado en vuestra prisión; y {el resto de} vosotros, id, llevad grano para el hambre de vuestras casas;
Y el hombre, el señor de aquella tierra, nos dijo: ``Por esto sabré que sois {hombres} honrados: dejad uno de vuestros hermanos conmigo y tomad {grano para} el hambre de vuestras casas, y marchaos;
Porque en estos dos años {ha habido} hambre en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega.
`Allí proveeré también para ti, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no pases hambre tú, tu casa y todo lo que tienes.'"
Dijeron también a Faraón: Hemos venido a residir en esta tierra, porque no hay pasto para los rebaños de tus siervos, pues el hambre es severa en la tierra de Canaán. Ahora pues, permite que tus siervos habiten en la tierra de Gosén.
No había alimento en toda la tierra, de modo que el hambre era muy severa, y la tierra de Egipto y la tierra de Canaán languidecían a causa del hambre.
Así compró José toda la tierra de Egipto para Faraón, pues los egipcios vendieron cada uno su campo, porque el hambre era severa sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón.
Y los hijos de Israel les decían: Ojalá hubiéramos muerto a manos del SEÑOR en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.
por tanto servirás a tus enemigos, los cuales el SEÑOR enviará contra ti: en hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosas; El pondrá yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya destruido.
``{Serán} debilitados por el hambre, y consumidos por la plaga y destrucción amarga; dientes de fieras enviaré sobre ellos, con veneno de {serpientes} que se arrastran en el polvo.
Aconteció que en los días en que gobernaban los jueces, hubo hambre en el país. Y un hombre de Belén de Judá fue a residir en los campos de Moab con su mujer y sus dos hijos.
Los que estaban saciados se alquilan por pan, y dejan {de tener hambre} los que estaban hambrientos. Aun la estéril da a luz a siete, mas la que tiene muchos hijos languidece.
En los días de David hubo hambre por tres años consecutivos, y David buscó la presencia del SEÑOR. Y el SEÑOR dijo: Es por causa de Saúl y de su casa sangrienta, porque él dio muerte a los gabaonitas.
Así que Gad fue a David y se lo hizo saber, diciéndo{le:} ¿{Quieres que} te vengan siete años de hambre en tu tierra, o que huyas por tres meses delante de tus enemigos mientras te persiguen, o que haya tres días de pestilencia en tu tierra? Considera ahora, y mira qué respuesta he de dar al que me envió.
Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay tizón {o} añublo, langosta {o} saltamontes, si su enemigo los sitia en la tierra de sus ciudades, cualquier plaga, cualquier enfermedad {que haya},
Y Elías fue a mostrarse a Acab. Y el hambre {era} intensa en Samaria.
Cuando Eliseo regresó a Gilgal, había hambre en la tierra. Y estando sentados los hijos de los profetas delante de él, dijo a su criado: Pon la olla grande y cuece potaje para los hijos de los profetas.
Y hubo gran hambre en Samaria; y he aquí, la sitiaron, hasta que la cabeza de un asno se vendía por ochenta {siclos} de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de paloma por cinco {siclos} de plata.
Si decimos: ``Vamos a entrar en la ciudad," como el hambre está en la ciudad, moriremos allí; y si nos sentamos aquí, también moriremos. Ahora pues, vayamos y pasemos al campamento de los arameos. Si nos perdonan la vida, viviremos; y si nos matan, pues moriremos.
Y Eliseo habló a la mujer, a cuyo hijo él había devuelto la vida, diciendo: Levántate y vete, tú y tu casa, y reside donde puedas residir, porque el SEÑOR ha llamado al hambre que vendrá sobre la tierra por siete años.
A los nueve {días} del mes {cuarto} el hambre era tan grande en la ciudad que no había alimento para el pueblo de la tierra.
tres años de hambre, o tres meses de derrota delante de tus adversarios mientras {te} alcanza la espada de tus enemigos, o tres días de la espada del SEÑOR, esto es, la pestilencia en la tierra y el ángel del SEÑOR haciendo estragos por todo el territorio de Israel." Ahora pues, considera qué respuesta he de llevar al que me envió.
Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay tizón o añublo, langosta o saltamontes, si sus enemigos los sitian en la tierra de sus ciudades, cualquier plaga o cualquier enfermedad {que haya},
``Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y {nos} salvarás."
`` ¿No os engaña Ezequías para entregaros a morir de hambre y de sed, diciendo: `El SEÑOR nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria'?
Había {otros} que decían: Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano, a causa del hambre.
Les proveíste pan del cielo para su hambre, les sacaste agua de la peña para su sed, y les dijiste que entraran a poseer la tierra que tú habías jurado darles.
En el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra del poder de la espada.
De la violencia y del hambre te reirás, y no temerás a las fieras de la tierra.
Se agota por el hambre su vigor, y la desgracia está presta a su lado.
De miseria y hambre estaban extenuados; roían la tierra seca de noche en desierto y desolación;
para librar su alma de la muerte, y conservarlos con vida en {tiempos de} hambre.
Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al SEÑOR no carecerán de bien alguno.
No serán avergonzados en el tiempo malo, y en días de hambre se saciarán.
Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y todo lo que en él hay.
Y llamó al hambre sobre la tierra, quebró todo sustento de pan.
No se desprecia al ladrón si roba para saciarse cuando tiene hambre;
El SEÑOR no permitirá que el justo padezca hambre, pero rechazará la avidez de los impíos.
La pereza hace caer en profundo sueño, y el alma ociosa sufrirá hambre.
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua;
Por eso va cautivo mi pueblo por falta de discernimiento; sus notables están muertos de hambre y su multitud reseca de sed.
Y pasarán por la tierra oprimidos y hambrientos; y sucederá que cuando tengan hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, volviendo el rostro hacia arriba.
Cortan de un tajo {lo que está} a la derecha, pero {aún} tienen hambre, y comen {lo que está} a la izquierda, pero no se sacian; cada cual come la carne de su propio brazo.
Los más débiles comerán, y los necesitados se acostarán seguros; pero haré morir de hambre tu raíz, y {ésta} matará tus sobrevivientes.
Y será como cuando un hambriento sueña, y he aquí, está comiendo; pero cuando despierta, su hambre no ha sido satisfecha. O como cuando un sediento sueña, y he aquí, está bebiendo; pero cuando despierta, he aquí, está desfallecido, y su sed no ha sido aplacada. Así será la multitud de todas las naciones que combaten contra el monte Sion.
Pues el necio habla necedades, y su corazón se inclina hacia el mal, para practicar la impiedad y hablar falsedad contra el SEÑOR, para mantener con hambre al hambriento y para privar de bebida al sediento.
El herrero {hace} un instrumento cortante; {lo} trabaja sobre las brasas, lo forma con martillos y lo forja con su brazo fuerte. Después siente hambre y flaquean sus fuerzas; no bebe agua, y desfallece.
No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor abrasador ni el sol, porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y a manantiales de aguas los conducirá.
Estas dos cosas te han acontecido, ¿quién te confortará?; desolación y destrucción, hambre y espada, ¿quién te consolará?
Por tanto, así dice el Señor DIOS: He aquí, mis siervos comerán, mas vosotros tendréis hambre; he aquí, mis siervos beberán, mas vosotros tendréis sed; he aquí, mis siervos se alegrarán, mas vosotros seréis avergonzados;
Han mentido acerca del SEÑOR; dijeron: El no {existe}; ninguna calamidad vendrá sobre nosotros, y no veremos ni espada ni hambre.
así, pues, dice el SEÑOR de los ejércitos: He aquí, voy a castigarlos. Los jóvenes morirán a espada, sus hijos e hijas morirán de hambre,
Cuando ayunen, no escucharé su clamor; cuando ofrezcan holocausto y ofrenda de cereal, no los aceptaré; sino que con espada, con hambre y con pestilencia los destruiré.
Y yo dije: ¡Ah, Señor DIOS! He aquí, los profetas les dicen: ``No veréis espada ni tendréis hambre, sino que os daré paz verdadera en este lugar."
Por tanto, así dice el SEÑOR: En cuanto a los profetas que profetizan en mi nombre sin que yo los haya enviado, y que dicen: ``No habrá espada ni hambre en esta tierra", a espada y de hambre esos profetas perecerán.
También el pueblo a quien profetizan estará tirado por las calles de Jerusalén a causa del hambre y de la espada; no habrá quien los entierre a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos, ni a sus hijas, pues derramaré sobre ellos su maldad.
``Si salgo al campo, he aquí, muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí, enfermedades por el hambre. Porque tanto el profeta como el sacerdote andan errantes en una tierra que no conocen."
Y será que cuando te digan: `` ¿Adónde iremos?", les responderás: ``Así dice el SEÑOR: `Los {destinados} para la muerte, a la muerte; los {destinados} para la espada, a la espada; los {destinados} para el hambre, al hambre, y los {destinados} para el cautiverio, al cautiverio.'"
De muertes crueles morirán; no serán llorados ni sepultados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; a espada y por hambre serán acabados, y sus cadáveres servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.
Por tanto, entrega sus hijos al hambre, y abandónalos al poder de la espada; queden sus mujeres sin hijos y viudas, sean sus maridos asesinados, heridos a espada sus jóvenes en la batalla.
`Y después' --declara el SEÑOR-- `a Sedequías, rey de Judá, a sus siervos, al pueblo y a los que sobrevivan en esta ciudad de la pestilencia, de la espada y del hambre, los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan sus vidas; y él los herirá a filo de espada. No los perdonará ni les tendrá piedad ni compasión.'"
`El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre y de pestilencia; pero el que salga y se entregue a los caldeos que os sitian, vivirá, y tendrá su propia vida como botín.
``Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres."
`Y sucederá que la nación o el reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cerviz bajo el yugo del rey de Babilonia, con espada, con hambre y con pestilencia a esa nación castigaré' --declara el SEÑOR-- `hasta que yo la haya destruido por su mano.
¿Por qué habéis de morir, tú y tu pueblo, por la espada, el hambre y la pestilencia, tal como ha hablado el SEÑOR de la nación que no sirva al rey de Babilonia?
así dice el SEÑOR de los ejércitos: ``He aquí, yo envío contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia, y los pondré como higos reventados que de podridos no se pueden comer.
``Los perseguiré con la espada, con el hambre y con la pestilencia, y los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, para que sean maldición, horror, burla y oprobio entre todas las naciones adonde los he arrojado,
``He aquí, los terraplenes de asalto han llegado a la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en manos de los caldeos que pelean contra ella, por causa de la espada, el hambre y la pestilencia; lo que habías hablado ha venido a ser, y he aquí, tú {lo} estás viendo.
Ahora pues, así dice el SEÑOR, Dios de Israel, en cuanto a esta ciudad de la cual vosotros decís: ``Va a ser entregada en mano del rey de Babilonia por la espada, por el hambre y por la pestilencia."
Por tanto, así dice el SEÑOR: ``Vosotros no me habéis obedecido proclamando libertad cada uno a su hermano y cada uno a su prójimo. He aquí, proclamo contra vosotros libertad" --declara el SEÑOR-- ``a la espada, a la pestilencia y al hambre; y haré de vosotros motivo de espanto para todos los reinos de la tierra.
Así dice el SEÑOR: ``El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de pestilencia, pero el que se pase a los caldeos, vivirá y tendrá su vida por botín y seguirá viviendo."
Oh rey, mi señor, estos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías echándolo en la cisterna; morirá donde está a causa del hambre, porque no hay más pan en la ciudad.
diciendo: `No, sino que iremos a la tierra de Egipto, donde no veremos guerra, ni oiremos el sonido de la trompeta, ni tendremos hambre de pan, y allí nos quedaremos';
entonces sucederá que la espada que vosotros teméis, os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre que os preocupa, os seguirá de cerca allí {en} Egipto, y allí moriréis.
`Así pues, todos los hombres que se obstinen en ir a Egipto para residir allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia; no les quedará sobreviviente ni quien escape del mal que voy a traer sobre ellos.'"
Ahora pues, sabedlo bien, que moriréis a espada, de hambre y de pestilencia en el lugar adonde deseáis ir a residir.
``Y quitaré el remanente de Judá que ha decidido entrar en la tierra de Egipto para residir allí, y serán acabados en la tierra de Egipto; caerán a espada, por el hambre serán acabados. Tanto el pequeño como el grande morirán a espada y de hambre; seréis {motivo} de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio.
``Y castigaré a los que moran en la tierra de Egipto, como he castigado a Jerusalén, con espada, con hambre y con pestilencia.
Pero desde que dejamos de quemar sacrificios a la reina del cielo y derramarle libaciones, carecemos de todo, y por la espada y por el hambre hemos sido acabados.
``He aquí, velo sobre ellos para mal y no para bien, y serán acabados todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto por la espada y por el hambre hasta que sean totalmente exterminados.
En el mes cuarto, a los nueve {días} del mes, cuando se agravó el hambre en la ciudad y no había alimento para el pueblo,
Levántate, da voces en la noche al comenzar las vigilias; derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza hacia El tus manos por la vida de tus pequeños, que desfallecen de hambre en las esquinas de todas las calles.
Más dichosos son los que mueren a espada que los que mueren de hambre, que se consumen, extenuados, por falta de los frutos de los campos.
Nuestra piel quema como un horno, a causa de los ardores del hambre.
``Una tercera parte de ti morirá de pestilencia o será consumida por el hambre en medio de ti, otra tercera parte caerá a espada alrededor de ti y la otra tercera parte esparciré a todos los vientos, y yo desenvainaré la espada tras ellos.
``Cuando envíe contra ellos las saetas mortíferas del hambre para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces también aumentaré el hambre sobre vosotros y romperé la provisión de pan.
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