'Has' en la Biblia
«Al Músico principal: sobre Gitit: Salmo de David» Oh Jehová, Señor nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu gloria sobre los cielos!
Le has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.
Porque has sostenido mi juicio y mi causa; te sentaste en el trono juzgando con justicia.
Tú lo has visto; porque tú miras la maldad y la vejación, para cobrar venganza con tu mano: En ti se refugia el pobre, tú eres el amparo del huérfano.
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse.
Pues me ceñiste de fuerza para la pelea; has sometido bajo mis pies a los que se levantaron contra mí.
Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.
El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
El deseo de su corazón le has concedido, y no le has negado la petición de sus labios. (Selah)
Pues le has salido al encuentro con bendiciones de bien; corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
Grande es su gloria en tu salvación; honra y majestad has puesto sobre él.
Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con tu rostro.
«Al Músico principal, sobre Ajelet-sahar. Salmo de David» Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.
Sálvame de la boca del león, porque tú me has escuchado de los cuernos de los unicornios.
Tú has dicho: Buscad mi rostro. Mi corazón dice de ti: Tu rostro buscaré, oh Jehová.
No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo: Mi ayuda has sido; no me dejes, no me desampares, Dios de mi salvación.
«Salmo cantado en la dedicación de la casa de David» Te glorificaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí.
porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.
Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
En tu mano encomiendo mi espíritu: Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
Me gozaré y alegraré en tu misericordia; porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias:
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado para los que en ti confían, delante de los hijos de los hombres!
Tú lo has visto, oh Jehová; no calles: Señor, no te alejes de mí.
Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar; si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados.
Sacrificio y ofrenda no te agradan; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado.
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has hecho estar delante de ti para siempre.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo,
Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían.
Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; y no sales con nuestros ejércitos.
Nos has hecho retroceder ante el enemigo, y los que nos aborrecían nos han saqueado para sí.
Has vendido a tu pueblo de balde, y no acrecentaste tu riqueza con su precio.
Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Hazme oír gozo y alegría; y se recrearán los huesos que has abatido.
Has amado toda palabra perniciosa, oh lengua engañosa.
Te alabaré para siempre por lo que has hecho; y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.
Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma: ¿No están ellas en tu libro?
Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.
Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia: Porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
«Al Músico principal; sobre Susan-edut: Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, e hirió de Edom en el valle de la Sal a doce mil» Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado; ¡vuélvete a nosotros!
Has hecho ver a tu pueblo duras cosas; nos hiciste beber el vino de aturdimiento.
Has dado bandera a los que te temen, que desplieguen por causa de la verdad. (Selah)
Porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo.
Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, has dado heredad a los que temen tu nombre.
Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Los que son de tu grey han morado en ella: Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho por nosotros.
Sé tú mi roca de refugio, adonde recurra yo continuamente; has dado mandamiento para salvarme; porque tú eres mi Roca, y mi fortaleza.
Oh Dios, me has enseñado desde mi juventud; y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso; Tú has hecho grandes cosas. Oh Dios, ¿quién como tú?
Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.
Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer.
Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria.
«Masquil de Asaf» ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué humea tu furor contra las ovejas de tu prado?
Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, la vara de tu heredad, la cual redimiste; este monte de Sión, donde has habitado.
¿Por qué has derribado sus vallados, de modo que la vendimien todos los que pasan por el camino?
Porque tu misericordia es grande para conmigo; y has librado mi alma del más profundo infierno.
Me has puesto en el hoyo más profundo, en tinieblas, en lugares profundos.
Sobre mí descarga tu ira, y me has afligido con todas tus ondas. (Selah)
Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos; encerrado estoy, y no puedo salir.
Has alejado de mí al amigo y al compañero; y a mis conocidos pusiste en tinieblas.
Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido; y te has airado con él.
Rompiste el pacto de tu siervo; has profanado su corona hasta la tierra.
Rompiste todos sus vallados; has quebrantado sus fortalezas.
Has exaltado la diestra de sus enemigos; has alegrado a todos sus adversarios.
Has acortado los días de su juventud; le has cubierto de afrenta. (Selah)
«Oración de Moisés varón de Dios» Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.
Porque has puesto a Jehová, que es mi refugio, al Altísimo por tu habitación,
Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.
Y la gloria del rey ama el juicio: Tú confirmas la rectitud; tú has hecho en Jacob juicio y justicia.
a causa de tu enojo y de tu ira; pues me alzaste, y me has arrojado.
Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová, Dios mío, mucho te has engrandecido; te has vestido de gloria y de magnificencia.
Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.
Te alabaré porque me has oído, y has sido mi salvación.
Mis caminos te conté, y me has respondido: Enséñame tus estatutos.
ZAYIN. Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.
TET. Bien has hecho con tu siervo, oh Jehová, conforme a tu palabra.
Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que has dicho a tu siervo.
Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos; porque con ellos me has vivificado.
Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos; porque siempre están conmigo.
Tus testimonios, que has encomendado, son rectos y muy fieles.
Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido.
Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu verdad; porque has magnificado tu palabra por sobre todo tu nombre.
«Al Músico principal: Salmo de David» Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
Mi andar y mi acostarme has rodeado, y todos mis caminos te son conocidos.
Detrás y delante me has rodeado, y sobre mí pusiste tu mano.