'Hombre' en la Biblia
Y he aquí, había un hombre en Jerusalem, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel: y el Espíritu Santo era sobre él.
Y Jesús respondiéndole, dijo: Escrito está: Que no con pan solo vivirá el hombre, mas con toda palabra de Dios.
Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó á gran voz,
Lo cual viendo Simón Pedro, se derribó de rodillas á Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
Y aconteció que estando en una ciudad, he aquí un hombre lleno de lepra, el cual viendo á Jesús, postrándose sobre el rostro, le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Y he aquí unos hombres, que traían sobre un lecho un hombre que estaba paralítico; y buscaban meterle, y ponerle delante de él.
El cual, viendo la fe de ellos, le dice: Hombre, tus pecados te son perdonados.
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice al paralítico): A ti digo, levántate, toma tu lecho, y vete á tu casa.
Y les decía. El Hijo del hombre es Señor aun del sábado.
Y aconteció también en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
Mas él sabía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él levantándose, se puso en pie.
Y mirándolos á todos alrededor, dice al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fué restaurada.
Bienaventurados seréis, cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de sí, y os denostaren, y desecharen vuestro nombre como malo, por el Hijo del hombre.
El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Semejante es al hombre que edifica una casa, el cual cavó y ahondó, y puso el fundamento sobre la peña; y cuando vino una avenida, el río dió con ímpetu en aquella casa, mas no la pudo menear: porque estaba fundada sobre la peña.
Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; en la cual el río dió con ímpetu, y luego cayó; y fué grande la ruina de aquella casa.
Porque también yo soy hombre puesto en potestad, que tengo debajo de mí soldados; y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un hombre cubierto de vestidos delicados? He aquí, los que están en vestido precioso, y viven en delicias, en los palacios de los reyes están.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Y saliendo él á tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de mucho tiempo; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.
(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre: porque ya de mucho tiempo le arrebataba; y le guardaban preso con cadenas y grillos; mas rompiendo las prisiones, era agitado del demonio por los desiertos.)
Y salidos los demonios del hombre, entraron en los puercos; y el hato se arrojó de un despeñadero en el lago, y ahogóse.
Y salieron á ver lo que había acontecido; y vinieron á Jesús, y hallaron sentado al hombre de quien habían salido los demonios, vestido, y en su juicio, á los pies de Jesús; y tuvieron miedo.
Y aquel hombre, de quien habían salido los demonios, le rogó para estar con él; mas Jesús le despidió, diciendo:
Diciendo: Es necesario que el Hijo del hombre padezca muchas cosas, y sea desechado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.
Porque ¿qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y sé pierda él á sí mismo, ó corra peligro de sí?
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este tal el Hijo del hombre se avergonzará cuando viniere en su gloria, y del Padre, y de los santos ángeles.
Y he aquí, un hombre de la compañía clamó, diciendo: Maestro, ruégote que veas á mi hijo; que es el único que tengo:
Poned vosotros en vuestros oídos estas palabras; porque ha de acontecer que el Hijo del hombre será entregado en manos de hombres.
Porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron á otra aldea.
Y le dijo Jesús: Las zorras tienen cuevas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recline la cabeza.
Y respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalem á Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; é hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
Cuando el espíritu inmundo saliere del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Me volveré á mi casa de donde salí.
Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, habitan allí: y lo postrero del tal hombre es peor que lo primero.
Porque como Jonás fué señal á los Ninivitas, así también será el Hijo del hombre á esta generación.
Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
Y todo aquel que dice palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.
Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez ó partidor sobre vosotros?
Y díjoles: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Y refirióles una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado mucho;
Vosotros pues también, estad apercibidos; porque á la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá.
Semejante es al grano de la mostaza, que tomándo lo un hombre lo metió en su huerto; y creció, y fué hecho árbol grande, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas.
Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de él.
El entonces le dijo: Un hombre hizo una grande cena, y convido á muchos.
Diciendo: Este hombre comenzó á edificar, y no pudo acabar.
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va á la que se perdió, hasta que la halle?
Y DIJO también á sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fué acusado delante de él como disipador de sus bienes.
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
Y dijo á sus discípulos: Tiempo vendrá, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Porque como el relámpago, relampagueando desde una parte de debajo del cielo, resplandece hasta la otra debajo del cielo, así también será el Hijo del hombre en su día.
Y como fué en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre.
Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará.
Diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía á Dios, ni respetaba á hombre.
Pero él no quiso por algún tiempo; mas después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre,
Os digo que los defenderá presto. Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
Y Jesús, tomando á los doce, les dijo: He aquí subimos á Jerusalem, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre.
Y viendo esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado á posar con un hombre pecador.
Porque el Hijo del hombre vino á buscar y á salvar lo que se había perdido.
Dijo pues: Un hombre noble partió á una provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver.
Porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
Diciendo: Id á la aldea de enfrente; en la cual como entrareis, hallaréis un pollino atado, en el que ningún hombre se ha sentado jamás; desatadlo, y traedlo.
Y comenzó á decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y arrendóla á labradores, y se ausentó por mucho tiempo.
Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y majestad grande.
Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del hombre.
Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua: seguidle hasta la casa donde entrare,
Y á la verdad el Hijo del hombre va, según lo que está determinado; empero ay de aquél hombre por el cual es entregado!
Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con beso entregas al Hijo del hombre?
Y un poco después, viéndole otro, dijo: Y tú de ellos eras. Y Pedro dijo: Hombre, no soy.
Y Pedro dijo: Hombre, no sé qué dices. Y luego, estando él aún hablando, el gallo cantó.
Mas después de ahora el Hijo del hombre se asentará á la diestra de la potencia de Dios.
Y Pilato dijo á los príncipes de los sacerdotes, y á las gentes: Ninguna culpa hallo en este hombre.
Entonces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el hombre era Galileo.
Les dijo: Me habéis presentado á éste por hombre que desvía al pueblo: y he aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado culpa alguna en este hombre de aquéllas de que le acusáis.
Y como el centurión vió lo que había acontecido, dió gloria á Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.
Diciendo: Es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (78)
- LBDA (82)
- NBLH (84)
- RV (80)
- SEV (78)
- RV1909 (77)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (47)
- Éxodo (16)
- Levítico (21)
- Números (13)
- Deuteronomio (33)
- Josué (9)
- Jueces (27)
- Rut (2)
- 1 Samuel (36)
- 2 Samuel (26)
- 1 Reyes (10)
- 2 Reyes (11)
- 1 Crónicas (6)
- 2 Crónicas (10)
- Esdras (3)
- Nehemías (5)
- Ester (3)
- Job (60)
- Salmos (64)
- Proverbios (118)
- Eclesiastés (37)
- Cantares (1)
- Isaías (35)
- Jeremías (44)
- Lamentaciones (5)
- Ezequiel (117)
- Daniel (15)
- Oseas (4)
- Amós (2)
- Abdías (1)
- Jonás (1)
- Miqueas (3)
- Habacuc (1)
- Sofonías (1)
- Zacarías (5)
- Malaquías (3)
- Mateo (74)
- Marcos (37)
- Lucas (77)
- Juan (42)
- Hechos (31)
- Romanos (17)
- 1 Corintios (12)
- 2 Corintios (4)
- Gálatas (9)
- Efesios (5)
- Filipenses (1)
- Colosenses (2)
- 1 Tesalonicenses (1)
- 2 Tesalonicenses (1)
- 1 Timoteo (3)
- 2 Timoteo (1)
- Tito (1)
- Hebreos (3)
- Santiago (10)
- 1 Pedro (2)
- 2 Pedro (1)
- Apocalipsis (6)
Artículos Relacionados
- Agradar a los hombres
- Ambos hombres y animales afectados
- Ambos hombres y animales muertos
- Arqueros, hombres baleados por
- Caída del Hombre
- Caída del hombre, las consecuencias de
- Confiando en el hombre, las advertencias contra
- Doce hombres
- Dos hombres necesitados
- El Hombre Interior
- El amor, de Hombre
- El deber del hombre para con Dios
- El dominio del hombre.
- El espíritu del hombre
- El hombre al acecho
- El hombre como hierba
- El hombre nuevo en Cristo
- El hombre va hacia abajo
- El hombre, Creación de
- El temor del hombre
- En relación con el hombre de Dios
- Función del hombre.
- Hijo del Hombre
- Hombre diferenciar
- Hombre proporcionaba agua
- Hombre reventado
- Hombre, Trichotomy Vista de
- Hombre, la insignificancia de
- Hombres
- Hombres piadosos
- Hombres y animales guardado
- Impulsada desde los hombres
- Inconvenientes para la alimentación del hombre.
- Jesús como Hijo del Hombre
- La belleza, en los hombres
- La conducta del hombre hacia Dios
- La depravación del hombre
- La fragilidad del hombre
- La gloria del hombre
- La ira del hombre, causa
- La ira del hombre, injustos
- La ira del hombre, justos
- La necedad de los hombres
- La reconciliación entre Dios y el hombre
- La salvación a todos los hombres, posible
- Lleno del espíritu del hombre
- Los arqueros, Hombres
- Los caminos del hombre
- Los fines del hombre.
- Los hombres Pleasers
- Los hombres adorando
- Los hombres engañando.
- Los hombres feroces
- Los hombres jóvenes
- Los hombres similares a los animales
- Los hombres valientes
- Los pensamientos del hombre.
- Mantuvo viva por hombres
- Mañana la acción del hombre.
- Planes de Hombres
- Ricos, el
- Rompiendo la ley del hombre.
- Ser visto por el hombre.
- Tres hombres
- Adorar a los hombres
- Cumplir la palabra de un hombre
- Ejemplos de hombres impíos
- Ejemplos de hombres religiosos que fracasaron
- Ejemplos de hombres temerosos
- El carácter de un hombre
- El consejo del hombre
- El cumplimiento de la palabra del hombre
- El fin de la obra del hombre
- El hombre
- El hombre de Dios
- El hombre del pecado
- El hombre devoto
- El hombre y la mujer
- El matrimonio entre un hombre y una mujer
- El ministerio del hijo del hombre
- El peligro de los hombres
- El trabajo de los hombres
- La autoridad del hombre sobre el diablo
- La cantidad de hombres
- La defensa del hombre
- La enseñanza del hombre
- La expulsión de los demonios
- La gracia dada a los hombres
- La hermandad de los hombres
- La importancia intrínseca del hombre
- La naturaleza pecaminosa del hombre
- La relación del hombre con Dios
- La relación del hombre con su creador
- La relación entre hombres y mujeres
- La relación entre los animales y el hombre
- La reputación de un hombre
- La sabiduría del hombre
- La vanidad del hombre
- La venganza del hombre
- La vindicación del hombre
- La voluntad de los hombres
- Las necesidades del hombre
- Las reglas para hombres y mujeres
- Las órdenes de los hombres
- Llevar los hombres ante Jesús
- Los atributos eternos del hombre
- Los hombres como Dioses
- Los hombres de paz
- Los hombres guapos
- Los hombres y las mujeres que amaron
- Los meros hombres
- Los otros dos hombres
- Los testigos ante los hombres
- Los tiempos de Cristo
- No temer a los hombres
- Ser un hombre de Dios
- Un buen hombre
- Volverse en contra de los hombres