'Mar' en la Biblia
Porque el rey tenía la flota que salía á la mar, á Tharsis, con la flota de Hiram: una vez en cada tres años venía la flota de Tharsis, y traía oro, plata, marfil, simios y pavos.
Y dijo á su criado: Sube ahora, y mira hacia la mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió á decir: Vuelve siete veces.
Y á la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube de la mar. Y él dijo: Ve, y di á Achâb: Unce y desciende, porque la lluvia no te ataje.
El restituyó los términos de Israel desde la entrada de Amath hasta la mar de la llanura, conforme á la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual había él hablado por su siervo Jonás hijo de Amittai, profeta que fué de Gath-hepher.
Y cortó el rey Achâz las cintas de las basas, y quitóles las fuentes; quitó también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y púsolo sobre el solado de piedra.
Y quebraron los Caldeos las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron el metal de ello á Babilonia.
Las dos columnas, un mar, y las basas que Salomón había hecho para la casa de Jehová: no había peso de todos estos vasos.
Resuene la mar, y la plenitud de ella: Alégrese el campo, y todo lo que contiene.
Asimismo de Thibath y de Chûn ciudades de Adarezer, tomó David muy mucho metal, de que Salomón hizo el mar de bronce, las columnas, y vasos de bronce.
Y nosotros cortaremos en el Líbano la madera que hubieres menester, y te la traeremos en balsas por la mar hasta Joppe, y tú la harás llevar hasta Jerusalem.
También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos del un borde al otro, enteramente redondo: su altura era de cinco codos, y una línea de treinta codos lo ceñía alrededor.
Y debajo de él había figuras de bueyes que lo circundaban, diez en cada codo todo alrededor: eran dos órdenes de bueyes fundidos juntamente con el mar.
Y estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al septentrión, y tres al occidente, y tres al mediodía, y tres al oriente: y el mar asentaba sobre ellos, y todas sus traseras estaban á la parte de adentro.
Hizo también diez fuentes, y puso cinco á la derecha y cinco á la izquierda, para lavar y limpiar en ellas la obra del holocausto; mas el mar era para lavarse los sacerdotes en él.
Y asentó el mar al lado derecho hacia el oriente, enfrente del mediodía.
Un mar, y doce bueyes debajo de él:
Entonces Salomón fué á Esion-geber, y á Eloth, á la costa de la mar en la tierra de Edom.
Porque Hiram le había enviado navíos por mano de sus siervos, y marineros diestros en la mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón á Ophir, y tomaron de allá cuatrocientos y cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.
Y acudieron, y dieron aviso á Josaphat, diciendo: Contra ti viene una grande multitud de la otra parte de la mar, y de la Siria; y he aquí ellos están en Hasasón-tamar, que es Engedi.
Y dieron dinero á los carpinteros y oficiales; asimismo comida y bebida y aceite á los Sidonios y Tirios, para que trajesen madera de cedro del Líbano á la mar de Joppe, conforme á la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto.
Y miraste la aflicción de nuestos padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el mar Bermejo;
Y dividiste la mar delante de ellos y pasaron por medio de ella en seco; y á sus perseguidores echaste en los profundos, como una piedra en grandes aguas.
Y EL rey Assuero impuso tributo sobre la tierra y las islas de la mar.
Porque pesaría aquél más que la arena del mar: Y por tanto mis palabras son cortadas.
¿Soy yo la mar, ó ballena, Que me pongas guarda?
El que extiende solo los cielos, Y anda sobre las alturas de la mar:
Su dimensión es más larga que la tierra, Y más ancha que la mar.
O habla á la tierra, que ella te enseñará; Los peces de la mar te lo declararán también.
Las aguas de la mar se fueron, Y agotóse el río, secóse.
El rompe la mar con su poder, Y con su entendimiento hiere la hinchazón suya.
El abismo dice: No está en mí: Y la mar dijo: Ni conmigo.
He aquí que sobre él extiende su luz, Y cobija con ella las raíces de la mar.
¿Quién encerró con puertas la mar, Cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre;
¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo?
Hace hervir como una olla la profunda mar, Y tórnala como una olla de ungüento.
En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que la mar es cana.
Las aves de los cielos, y los peces de la mar; Todo cuanto pasa por los senderos de la mar.
El junta como en un montón las aguas de la mar: El pone en depósitos los abismos.
Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón de la mar.
Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, Oh Dios de nuestra salud, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines de la mar.
Volvió la mar en seco; Por el río pasaron á pie; Allí en él nos alegramos.
El Señor dijo: De Basán haré volver, Te haré volver de los profundos de la mar:
Y dominará de mar á mar, Y desde el río hasta los cabos de la tierra.
Tú hendiste la mar con tu fortaleza: Quebrantaste cabezas de ballenas en las aguas.
En la mar fué tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas.
Rompió la mar, é hízolos pasar; E hizo estar las aguas como en un montón.
E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Y aves de alas como arena de la mar.
Y guiólos con seguridad, que no tuvieron miedo; Y la mar cubrió á sus enemigos.
Extendió sus vástagos hasta la mar, Y hasta el río sus mugrones.
Tú tienes dominio sobre la bravura de la mar: Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
Asimismo pondré su mano en la mar, Y en los ríos su diestra.
Jehová en las alturas es más poderoso Que el estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas de la mar.
Suya también la mar, pues él la hizo; Y sus manos formaron la seca.
Alégrense los cielos, y gócese la tierra: Brame la mar y su plenitud.
Brame la mar y su plenitud; El mundo y los que en él habitan;
Asimismo esta gran mar y ancha de términos: En ella pescados sin número, Animales pequeños y grandes.
Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; Sino que se rebelaron junto á la mar, en el mar Bermejo.
Y reprendió al mar Bermejo, y secólo; E hízoles ir por el abismo, como por un desierto.
Maravillas en la tierra de Châm, Cosas formidables sobre el mar Bermejo.
Y los ha congregado de las tierras, Del oriente y del occidente, Del aquilón y de la mar.
Los que descienden á la mar en navíos, Y hacen negocio en las muchas aguas,
La mar vió, y huyó; El Jordán se volvió atrás.
¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás?
Al que dividió el mar Bermejo en partes, Porque para siempre es su misericordia;
Y arrojó á Faraón y á su ejército en el mar Bermejo, Porque para siempre es su misericordia.
Si tomare las alas del alba, Y habitare en el extremo de la mar,
El cual hizo los cielos y la tierra, La mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre;
Cuando ponía á la mar su estatuto, Y á las aguas, que no pasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra;
Y serás como el que yace en medio de la mar, O como el que está en la punta de un mastelero.
El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la peña; El rastro de la nave en medio de la mar; Y el rastro del hombre en la moza.
Los ríos todos van á la mar, y la mar no se hinche; al lugar de donde los ríos vinieron, allí tornan para correr de nuevo.
Y bramará sobre él en aquel día como bramido de la mar: entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.
AUNQUE no será esta oscuridad tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez á la tierra de Zabulón, y á la tierra de Nephtalí; y después cuando agravaron por la vía de la mar, de esa parte del Jordán, en Galilea de
Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas de la mar, las reliquias de él se convertirán: la destrucción acordada rebosará justicia.
Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él, cual la matanza de Madián en la peña de Oreb: y alzará su vara sobre la mar, según hizo por la vía de Egipto.
No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como cubren la mar las aguas.
Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová tornará á poner otra vez su mano para poseer las reliquias de su pueblo que fueron dejadas de Assur, y de Egipto, y de Parthia, y de Etiopía, y de Persia, y de Caldea, y de Amath, y de las Islas de la mar.
Y secará Jehová la lengua de la mar de Egipto; y levantará su mano con fortaleza de su espíritu sobre el río, y herirálo en sus siete brazos, y hará que pasen por él con zapatos.
Porque los campos de Hesbón fueron talados, y las vides de Sibma; señores de gentes hollaron sus generosos sarmientos; habían llegado hasta Jazer, y extendídose por el desierto; extendiéronse sus plantas, pasaron la mar.
Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo de la mar: y murmullo de naciones hará alboroto como murmurio de muchas aguas.
Que envía mensajeros por la mar, y en navíos de junco sobre las aguas! Andad, ligeros mensajeros, á la gente tirada y repelada, al pueblo asombroso desde su principio y después; gente harta de esperar y hollada, cuya tierra destruyeron los ríos.
Y las aguas de la mar faltarán, y el río se agotará y secará.
CARGA del desierto de la mar. así vienen de la tierra horrenda.
Callad, moradores de la isla, mercader de Sidón, que pasando la mar te henchían.
Avergüénzate, Sidón, porque la mar, la fortaleza de la mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni parí, ni crié mancebos, ni levanté vírgenes.
Extendió su mano sobre la mar, hizo temblar los reinos: Jehová mandó sobre Canaán que sus fuerzas sean debilitadas.
Estos alzarán su voz, cantarán gozosos en la grandeza de Jehová, desde la mar darán voces.
Glorificad por esto á Jehová en los valles: en islas de la mar sea nombrado Jehová Dios de Israel.
EN aquel día Jehová visitará con su espada dura, grande y fuerte, sobre leviathán, serpiente rolliza, y sobre leviathán serpiente retuerta; y matará al dragón que está en la mar.
Cantad á Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis á la mar, y lo que la hinche, las islas y los moradores de ellas.
Así dice Jehová, el que da camino en la mar, y senda en las aguas impetuosas;
Ojalá miraras tú á mis mandamientos! fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas de la mar.
Porque vine, y nadie pareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado á acortarse mi mano, para no redimir? ¿no hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar la mar; torno los ríos en desierto, hasta pudrirse sus peces, y morirse de
¿No eres tú el que secó la mar, las aguas del grande abismo; el que al profundo de la mar tornó en camino, para que pasasen los redimidos?
Empero yo Jehová, que parto la mar, y suenan sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
Mas los impíos son como la mar en tempestad, que no puede estarse quieta, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
Entonces verás y resplandecerás; y se maravillará y ensanchará tu corazón, que se haya vuelto á ti la multitud de la mar, y la fortaleza de las gentes haya venido á ti.
Empero acordóse de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir de la mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su espíritu santo?
¿A mí no temeréis? dice Jehová; ¿no os amedrentaréis á mi presencia, que al mar por ordenación eterna, la cual no quebrantará, puse arena por término? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán.
Arco y escudo arrebatarán; crueles son, que no tendrán misericordia; sonará la voz de ellos como la mar, y montarán á caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sión.
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