'Mi' en la Biblia
- 1.Gé 2:23-Gé 27:1
- 2.Gé 27:2-Gé 41:52
- 3.Gé 42:28-Éx 15:2
- 4.Éx 15:9-Números 14:11
- 5.Números 14:21-Josué 14:11
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- 7.1 Samuel 9:19-1 Samuel 28:16
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- 9.2 Samuel 19:37-1 Reyes 11:36
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- 11.2 Reyes 22:19-Esdras 4:21
- 12.Esdras 6:8-Job 13:13
- 13.Job 13:14-Job 30:13
- 14.Job 30:14-Salmos 13:4
- 15.Salmos 13:5-Salmos 31:13
- 16.Salmos 31:14-Salmos 51:5
- 17.Salmos 51:7-Salmos 71:17
- 18.Salmos 71:21-Salmos 109:20
- 19.Salmos 109:22-Salmos 137:6
- 20.Salmos 138:1-Eclesiastés 2:19
- 21.Eclesiastés 2:20-Isaías 22:4
- 22.Isaías 22:20-Isaías 49:14
- 23.Isaías 49:16-Jeremías 3:1
- 24.Jeremías 3:4-Jeremías 17:13
- 25.Jeremías 17:14-Jeremías 34:18
- 26.Jeremías 35:19-Ezequiel 8:18
- 27.Ezequiel 9:6-Ezequiel 22:30
- 28.Ezequiel 22:31-Ezequiel 39:20
- 29.Ezequiel 39:21-Oseas 7:14
- 30.Oseas 7:15-Zacarías 3:7
- 31.Zacarías 3:8-Mateo 17:27
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- 33.Lucas 4:6-Juan 6:32
- 34.Juan 6:35-Juan 15:10
- 35.Juan 15:11-Romanos 2:16
- 36.Romanos 3:7-2 Corintios 11:10
- 37.2 Corintios 11:26-Hebreos 5:5
- 38.Hebreos 8:9-Apocalipsis 22:16
en caminos, muchas veces; peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros con falsos hermanos;
y además de otras cosas, mi combate de cada día es la solicitud de todas las Iglesias.
Si es necesario gloriarse, me gloriaré yo de lo que es de mi flaqueza.
De éste tal me gloriaré, mas de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis flaquezas.
Por lo cual si quisiera gloriarme (de estas cosas,) no sería loco, porque diré la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye.
Y para que la grandeza de las revelaciones no me exalte descomedidamente, me es dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.
Por lo cual tres veces he rogado al Señor, que se quite de mí.
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque (mi) potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré de mis flaquezas, para que habite en mí la potencia de Cristo.
temo que cuando os visite de nuevo, mi Dios me humille delante de vosotros, y yo tenga que llorar por muchos que han pecado anteriormente y no se han arrepentido de la impureza, inmoralidad y sensualidad que han practicado.
pues buscáis una prueba de Cristo que habla en mí, el cual no es flaco para con vosotros, antes es poderoso en vosotros.
Mas os hago saber, hermanos, que el Evangelio que ha sido anunciado por mí, no es según hombre;
Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera la Iglesia de Dios, y la destruía;
y aprovechaba en el Judaísmo sobre muchos de mis iguales en mi nación, siendo mucho más celoso que todos de las tradiciones de mis padres.
Mas cuando quiso Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
revelar a su Hijo en mí, para que le predicara entre los gentiles, luego no consulté con carne y sangre;
Y glorificaban a Dios por mí.
Pero de aquellos que parecían ser algo (cuales hayan sido en algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de hombre), a mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me dieron.
(porque el que obró en Pedro para el apostolado de la circuncisión, obró también en mí para con los gentiles);
y como vieron la gracia que me era dada, Jacobo, Cefas y Juan, que parecían ser las columnas, nos dieron la diestra de compañía a mí y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
y no desechasteis ni menospreciasteis mi aflicción que estaba en mi carne; antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como al mismo Cristo Jesús.
querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy avergonzado de vosotros.
Mirad qué larga carta os he escrito de mi mano.
Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en el madero del Señor nuestro, Jesús el Cristo, por quien el mundo me es muerto a mí, y yo al mundo.
De aquí en adelante nadie me sea molesto; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.
{Mi oración es que} los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
(leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi inteligencia en el misterio del Cristo;)
del cual yo fui hecho ministro según el don de la gracia de Dios dado a mí por la operación de su poder.
A mí, digo, el más pequeño de todos los santos, es dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el Evangelio de las inescrutables riquezas del Cristo,
y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del Evangelio,
Pero a fin de que también vosotros sepáis mi situación {y} lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro en el Señor,
Doy gracias a mi Dios en toda memoria de vosotros,
como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del Evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia.
Porque sé que esto resultará en mi liberación mediante vuestras oraciones y la suministración del Espíritu de Jesucristo,
conforme a mi deseo y esperanza, que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será engrandecido el Cristo en mi cuerpo, o por vida, o por muerte.
Porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.
Pero si el vivir en la carne, esto {significa} para mí {una} labor fructífera, entonces, no sé cuál escoger,
para que puedan gloriarsen más en Cristo Jesús por mi venida otra vez a vosotros.
Teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís estar en mí.
cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo una misma caridad, unánimes, sintiendo una misma cosa.
Por tanto, amados míos, como siempre habéis oído, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, obrad vuestra salud con temor y temblor;
Pero aunque yo sea derramado como libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me regocijo y comparto mi gozo con todos vosotros.
Mas tuve por cosa necesaria enviaros á Epafrodito, mi hermano, y colaborador y compañero de milicia, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;
Pues en verdad estuvo enfermo a la muerte, pero Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza.
porque por la obra del Cristo estuvo cercano a la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.
Resta, hermanos, que os gocéis en el Señor. A mí, a la verdad, no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
Pero las cosas que para mí eran ganancias, las he apreciado pérdidas por Cristo.
Y ciertamente, aun aprecio todas las cosas como pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, para ganar a Cristo,
y por ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo.
Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin ha reflorecido vuestro cuidado de mí; de lo cual aun estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación.
Sin embargo, bien hicisteis que comunicasteis juntamente a mi tribulación.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las tribulaciones del Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia;
en lo cual aun trabajo, combatiendo por la operación de él, la cual él obra en mí poderosamente.
Porque quiero que sepáis cuán grande solicitud tengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca vieron mi rostro en carne;
Aristarco, mi compañero en la prisión, os saluda, y Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle),
y {también} Jesús, llamado Justo; estos son los únicos colaboradores {conmigo} en el reino de Dios que son de la circuncisión, y ellos han resultado ser un estímulo para mí.
La salutación de mi mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén.
Salud de mi mano, Pablo, que es signo en todas mis cartas: así escribo.
a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
conforme al Evangelio de la gloria del Dios bienaventurado, el cual a mí me ha sido encargado.
aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en {mi} incredulidad.
Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Cristo Jesús mostrara primero en mí, toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
a Timoteo, mi amado hijo: Gracia, misericordia, y paz de Dios el Padre y de Jesucristo nuestro Señor.
Por tanto no te avergüences de dar testimonio del Señor nuestro, ni de mí, que estoy preso por él; antes sé participante de los trabajos del Evangelio por el poder de Dios,
Por lo cual así mismo padezco esto, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quién he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y caridad que es en Cristo Jesús.
Dé el Señor misericordia a la casa de Onesíforo; que muchas veces me refrigeró, y no se avergonzó de mi cadena;
Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que serán idóneos para enseñar también a otros.
Acuérdate que Jesús el Cristo, resucitó de los muertos, el cual fue de la simiente de David, conforme a mi Evangelio;
Pero tú has conocido plenamente mi doctrina, conducta, propósito, fe, largura de ánimo, caridad, paciencia,
porque a mí ya me sacrifican, y el tiempo de mi desatamiento está cercano.
He peleado la buena batalla, he acabado mi carrera, he guardado la fe.
Desde ahora, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que desean su venida.
Procura venir pronto a mí,
En mi primera defensa ninguno me ayudó, antes me desampararon todos; no les sea imputado.
Mas el Señor me ayudó, y me esforzó para que por mí fuera cumplida la predicación, y todos los gentiles oyeran; y fui librado de la boca del león.
y la manifestó a su tiempo: Es su palabra por la predicación, que me es a mí encomendada por mandamiento de nuestro Salvador Dios;
a Tito, mi verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.
Cuando enviare a ti a Artemas, o a Tíquico, procura venir a mí, a Nicópolis, porque allí he determinado invernar.
Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones.
lo que ruego es por mi hijo Onésimo, que he engendrado en mi prisión,
el cual en otro tiempo te fue inútil, mas ahora a ti y a mí nos es útil;
el cual te vuelvo a enviar; tú pues, recíbele como a mí mismo.
ya no como siervo, antes más que siervo, a saber como hermano amado, mayormente de mí, y cuánto más de ti, en la carne y en el Señor.
Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí.
Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.
Yo Pablo lo escribí de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun a ti mismo te me debes.
Así, hermano, yo me goce de ti en el Señor; que recrees mi corazón en el Señor.
Te saludan Epafras, mi compañero en la prisión por el Cristo Jesús.
Porque ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, hoy yo te he engendrado, Y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí Hijo?
Pues, ¿A cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
Y otra vez: Yo en Él pondré mi confianza. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
Y les juré en mi ira: No entrarán en mi Reposo.
(Pero entramos en el Reposo los que hemos creído,) de la manera que dijo: Así que les juré en mi ira, no entrarán en mi Reposo, aun acabadas las obras desde el principio del mundo.
Y otra vez aquí: No entrarán en mi Reposo.
Así también el Cristo no se glorificó a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy:
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- 24.Jeremías 3:4-Jeremías 17:13
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