'Oh' en la Biblia
¡Oh SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
Respóndeme cuando llamo, oh Dios de mi justicia. Estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.
Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh SEÑOR, la luz de tu rostro.
Escucha, oh SEÑOR, mis palabras. Considera la meditación mía.
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré a ti, y esperaré.
Desbaratados, oh Dios; caigan por sus propios consejos; por la multitud de sus rebeliones échalos, porque se rebelaron contra ti.
Porque tú, oh SEÑOR, bendecirás al justo; lo cercarás de benevolencia como con un escudo.
Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, porque yo estoy debilitado; sáname, oh SEÑOR, porque mis huesos están conturbados.
Vuelve, oh SEÑOR, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.
Levántate, oh SEÑOR, con tu furor; álzate a causa de las iras de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
El SEÑOR juzgará los pueblos; júzgame, oh SEÑOR, conforme a mi justicia y conforme a mi integridad.
Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu alabanza sobre los cielos!
Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Te alabaré, oh SEÑOR, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.
Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;
Oh enemigo, acabados son para siempre los asolamientos; y las ciudades que derribaste, su memoria pereció con ellas.
Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron.
Levántate, oh SEÑOR; no se fortalezca el hombre; sean juzgados los gentiles delante de ti.
Pon, oh SEÑOR, temor en ellos: conozcan los gentiles que son hombres. (Selah.)
¿Por qué estás lejos, oh SEÑOR, y te escondes en los tiempos de la angustia?
Levántate, oh SEÑOR Dios, alza tu mano, no te olvides de los humildes.
El deseo de los humildes oíste, oh SEÑOR; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído;
Salva, oh SEÑOR, porque se acabaron los misericordiosos; porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los hombres.
Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
Oye, oh SEÑOR, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración hecha sin labios de engaño.
Yo te he invocado, por cuanto tú me oyes, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Levántate, oh SEÑOR; prevén su encuentro, póstrale; libra mi alma del malo con tu espada;
de los hombres con tu mano, oh SEÑOR, de los hombres de mundo, cuya parte es en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu despensa: sacian a sus hijos, y dejan el resto a su familia.
Y aparecieron las honduras de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo por tu reprensión, oh SEÑOR, por el soplo del viento de tu nariz.
Por tanto yo te confesaré entre los gentiles, oh SEÑOR, y cantaré a tu nombre.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía, y redentor mío.
Ensálzate, oh SEÑOR, con tu fortaleza; cantaremos y alabaremos tu valentía.
Esta es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Jacob. (Selah.)
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.
Alef A ti, oh SEÑOR, levantaré mi alma.
Dálet Tus caminos, oh SEÑOR, me haces saber; tus sendas me enseñas.
Vau Acuérdate, oh SEÑOR, de tus conmiseraciones y de tus misericordias, que son perpetuas.
Zain De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh SEÑOR.
Caf Por tu Nombre, oh SEÑOR, perdona también mi iniquidad; porque es grande.
Júzgame, oh SEÑOR, porque yo en mi integridad he andado; y en el SEÑOR he confiado; no vacilaré.
Pruébame, oh SEÑOR, y sondéame; funde mis riñones y mi corazón.
Lavaré en inocencia mis manos, y andaré alrededor de tu altar, oh SEÑOR:
Oye, oh SEÑOR, mi voz con que a ti llamo; ten misericordia de mí, y respóndeme.
Mi corazón me ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh SEÑOR.
Enséñame, oh SEÑOR, tu camino, y guíame por senda de rectitud, a causa de mis enemigos.
A ti llamaré, oh SEÑOR, fuerza mía; no te desentiendas de mí; para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro.
Dad al SEÑOR, oh hijos de fuertes, dad al SEÑOR la gloria y la fortaleza.
Te ensalzaré, oh SEÑOR; porque me has ensalzado; y no hiciste alegrar mis enemigos de mí.
Oh SEÑOR, hiciste subir mi alma del Seol; me diste vida de mi descendimiento a la sepultura.
A ti, oh DIOS, llamaré; y al Señor suplicaré.
Oye, oh SEÑOR, y ten misericordia de mí: SEÑOR, sé tú mi ayudador.
En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo avergonzado para siempre; líbrame en tu justicia.
En tu mano encomendaré mi espíritu; tú me rescatarás, oh SEÑOR, Dios de verdad.
Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, que estoy en angustia; se han carcomido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas.
Mas yo en ti confié, oh SEÑOR; yo dije: Dios mío eres tú.
Sea tu misericordia, oh SEÑOR, sobre nosotros, como te hemos esperado.
Disputa, oh SEÑOR, con los que contra mí contienden; pelea con los que me combaten.
Tú lo has visto, oh SEÑOR; no calles: Señor, de mí no te alejes.
Tu justicia como los montes de Dios, tus juicios abismo grande: Oh SEÑOR, al hombre y al animal conservas.
¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de Adán se abrigan en la sombra de tus alas.
Porque a ti, oh SEÑOR, he esperado; tú responderás, SEÑOR Dios mío.
No me desampares, oh SEÑOR; Dios mío, no te alejes de mí.
Oye mi oración, oh SEÑOR, y escucha mi clamor; no calles ante mis lágrimas; porque peregrino soy contigo, y advenedizo, como todos mis padres.
Aumentado has tú, oh SEÑOR Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar, anunciar, ni hablar; no pueden ser narrados.
Quieras, oh SEÑOR, librarme; SEÑOR, apresúrate a socorrerme.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún le tengo de alabar por el bienestar de su presencia.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
Júzgame, oh Dios, y pleitea mi pleito; de gente no misericordiosa, de varón de engaño me libra.
Y entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que hiciste en sus tiempos, en los tiempos antiguos.
Tú, oh Dios, eres mi rey: Manda saludes a Jacob.
Cíñete tu espada sobre el muslo, oh valiente, con tu gloria y con tu hermosura.
Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre; vara de justicia, la vara de tu reino.
Concebimos según tu misericordia, oh Dios, en medio de tu Templo.
Conforme a tu Nombre, oh Dios, así es tu loor hasta los fines de la tierra; de justicia está llena tu diestra.
Ten misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tu compasión rae mis rebeliones.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
¿Por qué te glorías de maldad, oh hombre fuerte? La misericordia de Dios es cada día.
¡Oh quién diera de Sion saludes a Israel! Volviendo Dios la cautividad de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
Oh Dios, sálvame en tu Nombre, y con tu valentía defiéndeme.
Voluntariamente sacrificaré a ti; alabaré tu Nombre, oh SEÑOR, porque es bueno.
Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.
Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la sepultura; los varones sanguinarios y engañadores no vivirán ni la mitad de sus días; pero yo confiaré en ti.
Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome cada día.
Me devoran mis enemigos cada día; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor.
Sobre mí, oh Dios, están tus promesas; te tributaré alabanzas.
Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los quebrantos.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria.
Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y diré salmos.
Despierta, oh gloria mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana.
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