'Que' en la Biblia
Sucedió que en el año treinta, al quinto {día} del cuarto mes, estando yo entre los desterrados junto al río Quebar, los cielos se abrieron y vi visiones de Dios.
Miré, y he aquí que un viento huracanado venía del norte, una gran nube con fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor, y en su centro, algo como metal refulgente en medio del fuego.
Y cada uno iba de frente hacia adelante; adondequiera que iba el espíritu, iban ellos, sin volverse cuando andaban.
En medio de los seres vivientes había algo que parecía carbones encendidos en llamas, como antorchas que se lanzaban de un lado a otro entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del fuego salían rayos.
Y adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban juntamente con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes {estaba} en las ruedas.
Y debajo del firmamento sus alas {se extendían} derechas, la una hacia la otra; cada uno tenía dos que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro.
También hubo un ruido por encima del firmamento que {había} sobre sus cabezas; cuando se detenían, bajaban sus alas.
Y sobre el firmamento que {estaba} por encima de sus cabezas {había} algo semejante a un trono, de aspecto como de piedra de zafiro; y en lo que se asemejaba a un trono, sobre él, en lo más alto, {había} una figura con apariencia de hombre.
Entonces vi en lo que parecían sus lomos y hacia arriba, algo como metal refulgente que lucía como fuego dentro de ella en derredor, y en lo que parecían sus lomos y hacia abajo vi algo como fuego, y {había} un resplandor a su alrededor.
Como el aspecto del arco iris que aparece en las nubes en un día lluvioso, así {era} el aspecto del resplandor en derredor. Tal {era} el aspecto de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Cuando {lo} vi, caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.
Y me dijo: Hijo de hombre, ponte en pie para que yo te hable.
Y el Espíritu entró en mí mientras me hablaba y me puso en pie; y oí al que me hablaba.
Entonces me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han levantado contra mí hasta este mismo día.
Y ellos, escuchen o dejen de {escuchar,} porque son una casa rebelde, sabrán que un profeta ha estado entre ellos.
Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como {esa} casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy.
Y él me dijo: Hijo de hombre, come lo que tienes delante; come este rollo, y ve, habla a la casa de Israel.
Entonces me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu estómago y llena tu cuerpo de este rollo que te doy. Y {lo} comí, y fue en mi boca dulce como la miel.
tampoco a pueblos numerosos de habla incomprensible y lengua difícil cuyas palabras no puedes entender. Sino que te he enviado a ellos; ellos te escucharán.
Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí. Ciertamente toda la casa de Israel es terca y de duro corazón.
Como esmeril, más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde.
Además me dijo: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas mis palabras que yo te hablo, y escúcha{las} atentamente.
{Oí} el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, un gran ruido atronador.
Entonces vine a los desterrados de Tel-abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días, atónito, en medio de ellos.
Y sucedió que al cabo de los siete días vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Cuando yo diga al impío: ``Ciertamente morirás", si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero yo demandaré su sangre de tu mano.
Y cuando un justo se desvíe de su justicia y cometa iniquidad, yo pondré un obstáculo delante de él, {y} morirá; porque tú no le advertiste, él morirá por su pecado, y las obras de justicia que había hecho no serán recordadas, pero yo demandaré su sangre de tu mano.
Sin embargo, si tú has advertido al justo para que el justo no peque, y él no peca, ciertamente vivirá porque aceptó la advertencia, y tú habrás librado tu vida.
Entonces me levanté y salí a la llanura; y he aquí, la gloria del SEÑOR estaba parada allí, como la gloria que vi junto al río Quebar, y caí rostro en tierra.
Y tú, hijo de hombre, mira, te echarán cuerdas y con ellas te atarán, para que no salgas en medio de ellos.
Y haré que tu lengua se te pegue al paladar y enmudecerás, y no serás para ellos el hombre que reprenda, porque son una casa rebelde.
Pero cuando yo te hable, te abriré la boca, y les dirás: ``Así dice el Señor DIOS." El que oye, que oiga; el que rehúse oír, que rehúse; porque son una casa rebelde.
Y tú acuéstate sobre el lado izquierdo, y pon sobre él la iniquidad de la casa de Israel; por el número de días que estés acostado sobre él, llevarás su iniquidad.
He aquí, te ataré con cuerdas para que no puedas volverte de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu sitio.
Y tú toma trigo, cebada, habas, lentejas, millo y centeno; ponlos en una vasija y hazte con ellos pan; conforme al número de días que estés acostado sobre tu lado, trescientos noventa días, lo comerás.
El alimento que comas {será} de veinte siclos de peso por día; lo comerás de tiempo en tiempo.
Entonces El me dijo: Mira, te concedo que prepares tu pan sobre estiércol de vaca en lugar de sobre excremento humano.
para que al escasear el pan y el agua, se aterren unos a otros y se consuman en su iniquidad.
``Pero ella se ha rebelado contra mis ordenanzas con más impiedad que las naciones, y contra mis estatutos más que los territorios alrededor de ella; porque ellos han desechado mis ordenanzas y no han andado en mis estatutos."
Por tanto, así dice el Señor DIOS: ``Porque vuestra rebelión es mayor que la de las naciones que os rodean, y no habéis andado en mis estatutos ni observado mis ordenanzas, ni tampoco observado las ordenanzas de las naciones que os rodean",
``Y yo haré en ti lo que no he hecho y lo que no volveré a hacer jamás a causa de todas tus abominaciones.
``Por tanto, ¡vivo yo! --declara el Señor DIOS-- que por haber profanado mi santuario con todos tus ídolos detestables y con todas tus abominaciones, yo me retiraré, mi ojo no tendrá piedad, y tampoco perdonaré.
``Se desahogará mi ira, saciaré en ellos mi furor y me vengaré; entonces sabrán que yo, el SEÑOR, he hablado en mi celo cuando desahogue mi furor contra ellos.
``Te haré desolación y oprobio entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los que pasen.
``Y serás oprobio, escarnio, advertencia y objeto de horror para las naciones que te rodean, cuando haga juicios contra ti con ira, furor y terribles reprensiones. Yo, el SEÑOR, he hablado.
`Vuestros altares serán devastados, vuestros altares de incienso serán destrozados y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros ídolos.
`Dondequiera {que tengáis} vuestras moradas, las ciudades quedarán desoladas y los lugares altos devastados, para que queden desolados y devastados vuestros altares, rotos y eliminados vuestros ídolos, derribados vuestros altares de incienso y borradas vuestras obras.
`Los muertos caerán en medio de vosotros, y sabréis que yo soy el SEÑOR.
`Sin embargo dejaré un remanente, porque tendréis entre las naciones a los que escaparon de la espada cuando seáis esparcidos por las tierras.
`Entonces los que de vosotros escapen me recordarán entre las naciones adonde serán llevados cautivos, porque he sufrido a causa de sus corazones adúlteros que se apartaron de mí, y a causa de sus ojos que se prostituyeron tras sus ídolos; y se aborrecerán a sí mismos por los males que han cometido, por todas sus abominaciones.
`Y sabrán que yo soy el SEÑOR; no en vano he dicho que les haría este mal.'"
Así dice el Señor DIOS: ``Bate tus manos, golpea con tu pie, y di: ` ¿Ay!, a causa de todas las graves abominaciones de la casa de Israel, que a espada, de hambre y de pestilencia caerán.
`El que esté lejos morirá de pestilencia, el que esté cerca caerá a espada, y el que quede y esté sitiado de hambre morirá. Así desahogaré mi furor sobre ellos.
`Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos alrededor de sus altares, en toda colina elevada, en todas las cumbres de los montes, bajo todo árbol verde y bajo toda encina frondosa, lugares donde ofrecían aroma agradable a todos sus ídolos.
`Y por todas sus moradas extenderé mi mano contra ellos, y haré la tierra más desolada y devastada que el desierto hacia Diblat; y sabrán que yo soy el SEÑOR.'"
`Mi ojo no tendrá piedad de ti ni yo {te} perdonaré; sino que te pagaré conforme a tus caminos, y tus abominaciones en medio de ti quedarán; y sabréis que yo soy el SEÑOR.'"
Así dice el Señor DIOS: `` ¿Un desastre!, ¡he aquí que viene un desastre sin igual!
``Mi ojo no tendrá piedad ni yo perdonaré. Te pagaré conforme a tus caminos, y tus abominaciones quedarán en medio de ti; y sabréis que soy yo, el SEÑOR, el que hiere.
``He aquí el día; he aquí que viene. Ha salido {tu} turno, ha florecido la vara, ha reverdecido la arrogancia.
``El tiempo ha venido, ha llegado el día. No se alegre el que compra ni se lamente el que vende, porque el furor está sobre toda su multitud.
``La espada está afuera, y la plaga y el hambre están dentro. El que esté en el campo morirá a espada, y al que esté en la ciudad, la plaga y el hambre lo consumirán.
``Cambiaron la belleza de sus ornamentos en orgullo, y de ellos hicieron las imágenes de sus abominaciones {y} de sus cosas detestables; por tanto haré que esto sea cosa abominable para ellos.
``Por tanto, traeré a las más perversas de las naciones, que se apoderarán de sus casas; y haré cesar el orgullo de los poderosos y sus santuarios serán profanados.
``El rey hará duelo, el príncipe se vestirá de horror y temblarán las manos del pueblo de la tierra. Según su conducta los trataré y por sus juicios los juzgaré; y sabrán que yo soy el SEÑOR."
Y sucedió en el año sexto, en el {día} cinco del sexto mes, que estando yo sentado en mi casa y los ancianos de Judá sentados ante mí, bajó allí sobre mí la mano del Señor DIOS.
Y extendió {algo} semejante a una mano y me tomó por un mechón de mi cabello; y el Espíritu me alzó entre la tierra y el cielo y me llevó a Jerusalén en visiones de Dios, a la entrada de la puerta que mira al norte del {atrio} interior, allí donde {estaba} la morada del ídolo de los celos que provoca los celos.
Y he aquí, la gloria del Dios de Israel {estaba} allí, como la visión que yo había visto en la llanura.
Entonces me dijo: Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que comete aquí la casa de Israel para que me aleje de mi santuario? Pero aún verás mayores abominaciones.
Entonces me dijo: Entra y ve las perversas abominaciones que ellos cometen aquí.
Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: ``El SEÑOR no nos ve; el SEÑOR ha abandonado la tierra."
Y me dijo: Aún verás que cometen mayores abominaciones.
Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del SEÑOR que está al norte; y he aquí, {había} allí mujeres sentadas llorando a Tamuz.
Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Aún verás mayores abominaciones que éstas.
Y El me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? ¿Le parece poco a la casa de Judá cometer las abominaciones que aquí han cometido, que han llenado la tierra de violencia y me han provocado repetidas veces? Porque he aquí, se llevan el ramo a la nariz.
Y he aquí, seis hombres venían por el camino de la puerta superior que mira al norte, cada uno con su arma destructora en la mano; y entre ellos había un hombre vestido de lino con una cartera de escribano a la cintura. Y entraron y se pusieron junto al altar de bronce.
Entonces la gloria del Dios de Israel subió del querubín sobre el cual había estado, hacia el umbral del templo. Y llamó al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escribano a la cintura;
y el SEÑOR le dijo: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella.
Matad a viejos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres hasta el exterminio, pero no toquéis a ninguno sobre quien esté la señal. Comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, con los ancianos que {estaban} delante del templo.
Y sucedió que mientras herían, quedé yo {solo} y caí sobre mi rostro; clamé y dije: ¡Ah, Señor DIOS! ¿Destruirás a todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre Jerusalén?
Mas en cuanto a mí, tampoco mi ojo tendrá piedad, ni yo perdonaré, sino que haré recaer su conducta sobre sus cabezas.
Y he aquí, el hombre vestido de lino que tenía la cartera a la cintura, trajo un informe, diciendo: He hecho tal como me ordenaste.
Entonces miré, y he aquí, en el firmamento que {estaba} sobre las cabezas de los querubines, como una piedra de zafiro de apariencia semejante a un trono apareció sobre ellos.
Y sucedió que cuando ordenó al hombre vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró y se paró junto a una rueda.
El querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que {estaba} entre ellos, {lo} tomó y {lo} puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual {lo} tomó y salió.
Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando andaban, sino que seguían la dirección en que ponían el rostro, sin volverse cuando andaban.
Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes que yo había visto en el río Quebar.
Estos eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran querubines.
Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la puerta oriental de la casa del SEÑOR que mira al oriente. Y he aquí, a la entrada de la puerta {había} veinticinco hombres, y entre ellos vi a Jaazanías, hijo de Azur, y a Pelatías, hijo de Benaía, jefes del pueblo.
Y El me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan iniquidad y dan malos consejos en esta ciudad,
``Por tanto, así dice el Señor DIOS: `Vuestros muertos, los que habéis dejado en medio de la ciudad, son la carne, y ella es la olla; pero yo os sacaré de ella.
`A espada caeréis; en los confines de Israel os juzgaré; y sabréis que yo soy el SEÑOR.
`Y sabréis que yo soy el SEÑOR; porque no habéis andado en mis estatutos ni habéis ejecutado mis ordenanzas, sino que habéis obrado conforme a las costumbres de las naciones que os rodean.'"
Y sucedió que mientras yo profetizaba, Pelatías, hijo de Benaía, murió. Entonces caí sobre mi rostro, y clamé a gran voz y dije: ¡Ah, Señor DIOS! ¿Vas a acabar por completo con el remanente de Israel?
para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios.
La gloria del SEÑOR se elevó de en medio de la ciudad, y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
Y el Espíritu me levantó y me llevó a Caldea, a los desterrados, en visión por el Espíritu de Dios. Y se alejó de mí la visión que había visto.
Entonces hablé a los desterrados de todas las cosas que el SEÑOR me había mostrado.
Saca tu equipaje como equipaje del destierro, de día, ante sus ojos. Entonces sal tú por la tarde, ante sus ojos, como los que salen al destierro.
Hijo de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, {esa} casa rebelde: `` ¿Qué estás haciendo?"
Diles: ``Así dice el Señor DIOS: `Este oráculo {se refiere} al príncipe en Jerusalén y a toda la casa de Israel que está en medio de ella.'"
Y el príncipe que está en medio de ellos, cargará {su equipaje} sobre los hombros en la oscuridad, y saldrá. Cavará un hueco en el muro para sacar{lo.} Cubrirá su rostro para no ver la tierra con sus ojos.