'Vuestro' en la Biblia
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos.
Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos.
No os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial.
Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.
Porque los Gentiles buscan todas estas cosas: que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas habéis menester.
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas á vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas á los que le piden?
Y viendo esto los Fariseos, dijeron á sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae á tierra sin vuestro Padre.
Y como llegaron á Capernaum, vinieron á Pedro los que cobraban las dos dracmas, y dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.
Díceles: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar á vuestras mujeres: mas al principio no fué así.
Mas entre vosotros no será así; sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor;
Y el que quisiere entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo:
Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos.
Y vuestro padre no llaméis á nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos.
Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.
Velad pues, porque no sabéis á qué hora ha de venir vuestro Señor.
Y las fatuas dijeron á las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (27)
- LBDA (28)
- RV (29)
- SEV (28)
- RV1909 (27)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (31)
- Éxodo (13)
- Levítico (37)
- Números (9)
- Deuteronomio (56)
- Josué (30)
- Jueces (5)
- 1 Samuel (13)
- 2 Samuel (2)
- 1 Reyes (4)
- 2 Reyes (6)
- 1 Crónicas (4)
- 2 Crónicas (10)
- Esdras (3)
- Nehemías (2)
- Job (2)
- Salmos (10)
- Isaías (18)
- Jeremías (19)
- Ezequiel (13)
- Daniel (2)
- Oseas (1)
- Joel (9)
- Amós (3)
- Hageo (2)
- Zacarías (1)
- Malaquías (1)