'Ya' en la Biblia
En el principio ya era la Palabra, y aquel que es la Palabra era con el Dios, y la Palabra era Dios.
Y le dice: Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando ya están satisfechos, entonces lo que es peor; mas tú has guardado el buen vino hasta ahora.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del Unigénito Hijo de Dios.
¿No decís vosotros que aún hay cuatro meses y la siega viene? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad el campo, porque ya están blancas para la siega.
Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Y cuando ya él descendía, los siervos le salieron a recibir, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
Cuando Jesús vio a éste echado, y supo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres ser sano?
Después le halló Jesús en el Templo, y le dijo: He aquí, eres ya sano; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
y entrando en un navío, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos.
Mas ya os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
Después de esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos; porque ya los judíos habían conspirado, que si alguno confesase ser él el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga.
Les respondió: Ya os lo he dicho, y lo habéis oído; ¿qué más queréis oír? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
Vino pues Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que estaba en el sepulcro.
Dice Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días.
De manera que Jesús ya no andaba manifiestamente entre los judíos; mas se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y se estaba allí con sus discípulos.
Y la cena acabada, como el diablo ya se había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, que le entregase,
Cuando él pues hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya noche.
Ya no hablaré mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo; mas no tiene nada en mí.
Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Ya no os diré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; mas os he dicho amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he hecho notorias.
mas de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ya es juzgado.
La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque es venida su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la apretura, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
Estas cosas os he hablado en proverbios; la hora viene cuando ya no os hablaré por proverbios, pero claramente os anunciaré de mi Padre.
He aquí, la hora viene, y ya es venida, que seréis esparcidos cada uno por su cabo, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Ahora ya han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti;
Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo a ti vengo. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu Nombre, para que sean una cosa, como también nosotros.
Respondió Jesús: Ya os he dicho que YO SOY; pues si a mí me buscáis, dejad ir a éstos.
Después de esto , sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Sed tengo.
Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas;
Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos, habiendo resucitado de los muertos.
De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas donde querías; mas cuando ya fueres viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te pasará donde no querrías.