'Él' en la Biblia
Cuando {lo} oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él.
Y él, levantándose, tomó de noche al Niño y a su madre, y se trasladó a Egipto;
Y él, levantándose, tomó al Niño y a su madre, y vino a la tierra de Israel.
Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre.
Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán;
y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.
Entonces Jesús llegó* de Galilea al Jordán, a {donde estaba} Juan, para ser bautizado por él.
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El.
Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos.
En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado {nadie} mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.
Y si queréis aceptar{lo,} él es Elías, el que había de venir.
Pero El les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes?
Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra.
Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.
Pero él dijo*: ``No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella.
y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él.
Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento.
El dijo*: Sí. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?
Pero no teniendo él {con qué} pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda.
Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: ``Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré."
Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Pero respondiendo él, dijo a uno de ellos: ``Amigo, no te hago ninguna injusticia; ¿no conviniste conmigo en un denario?
Y respondiendo él, dijo: ``No quiero;" {pero} después, arrepentido, fue.
Y llegándose al otro, le dijo lo mismo; pero él respondió y dijo: ``Yo {iré,} señor"; y no fue.
y le dijo*: ``Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?" Y él enmudeció.
También {decís:} ``No es nada el que alguno jure por el altar; pero el que jura por la ofrenda que está sobre él, contrae obligación."
Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él;
y el que jura por el templo, jura por él y por el que en él habita;
y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él.
Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al {banquete} de bodas, y se cerró la puerta.
Pero respondiendo él, dijo: ``En verdad os digo que no os conozco."
Pero él {lo} negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas.
Y otra vez él {lo} negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese hombre!
Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre! Y al instante un gallo cantó.
Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó.
Porque él sabía que le habían entregado por envidia.
Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó {aviso,} diciendo: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de El.
El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios.
y lo puso en su sepulcro nuevo que él había excavado en la roca, y después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue.
y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.