'Son' en la Biblia
La redención de la vida del hombre son sus riquezas: Pero el pobre no oye censuras.
Hay camino que al hombre parece derecho; Empero su fin son caminos de muerte.
El pobre es odioso aun á su amigo: Pero muchos son los que aman al rico.
Las riquezas de los sabios son su corona: Mas es infatuación la insensatez de los necios.
Todos los días del afligido son trabajosos: Mas el de corazón contento tiene un convite continuo.
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.
Abominación son á Jehová los pensamientos del malo: Mas las expresiones de los limpios son limpias.
DEL hombre son las disposiciones del corazón: Mas de Jehová la respuesta de la lengua.
Todos los caminos del hombre son limpios en su opinión: Mas Jehová pesa los espíritus.
Cuando los caminos del hombre son agradables á Jehová, Aun á sus enemigos pacificará con él.
Peso y balanzas justas son de Jehová: Obra suya son todas las pesas de la bolsa.
Los labios justos son el contentamiento de los reyes; Y aman al que habla lo recto.
Panal de miel son los dichos suaves. Suavidad al alma y medicina á los huesos.
Hay camino que parece derecho al hombre, Mas su salida son caminos de muerte.
Corona de los viejos son los hijos de los hijos; Y la honra de los hijos, sus padres.
El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos á dos son abominación á Jehová.
Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo revertiente, la fuente de la sabiduría.
La boca del necio es quebrantamiento para sí, Y sus labios son lazos para su alma.
Las riquezas del rico son la ciudad de su fortaleza, Y como un muro alto en su imaginación.
El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte: Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
La casa y las riquezas herencia son de los padres: Mas de Jehová la mujer prudente.
Doble pesa y doble medida, Abominación son á Jehová ambas cosas.
Hay oro y multitud de piedras preciosas: Mas los labios sabios son vaso precioso.
Abominación son á Jehová las pesas dobles; Y el peso falso no es bueno.
De Jehová son los pasos del hombre: ¿Cómo pues entenderá el hombre su camino?
Las señales de las heridas son medicina para lo malo: Y las llagas llegan á lo más secreto del vientre.
Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y el brillo de los impíos, son pecado.
Considera el justo la casa del impío: Cómo los impíos son trastornados por el mal.
Riquezas, y honra, y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
Si dejares de librar los que son tomados para la muerte, Y los que son llevados al degolladero;
TAMBIÉN estos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezechîas, rey de Judá.
Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas de lejanas tierras.
Como escoria de plata echada sobre el tiesto, Son los labios enardecidos y el corazón malo.
Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.
Gotera continua en tiempo de lluvia, Y la mujer rencillosa, son semejantes:
Porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?
Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos: Mas por el hombre entendido y sabio permanecerá sin mutación.
Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando los impíos son levantados, es buscado el hombre.
Cuando los impíos son levantados, esconderáse el hombre: Mas cuando perecen, los justos se multiplican.
Del señor que escucha la palabra mentirosa, Todos sus ministros son impíos.
Cuando los impíos son muchos, mucha es la prevaricación; Mas los justos verán la ruina de ellos.
Hay generación cuyos ojos son altivos, Y cuyos párpados son alzados.
Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar á los pobres de la tierra, y de entre los hombres á los menesterosos.
Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta:
Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios:
Fortaleza y honor son su vestidura; Y en el día postrero reirá.
Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias: aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.
Dije en mi corazón, en orden á la condición de los hijos de los hombres, que Dios los probaría, para que así echaran de ver ellos mismos que son semejantes á las bestias.
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
Donde los sueños son en multitud, también lo son las vanidades y muchas las palabras; mas tú teme á Dios.
Y que el impío no tendrá bien, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no temió delante de la presencia de Dios.
Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón: porque tus obras ya son agradables á Dios.
Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad, que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.
Porque el hombre tampoco conoce su tiempo: como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se prenden en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos.
Las palabras del sabio con reposo son oídas, más que el clamor del señor entre los necios.
Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.
Por la mañana siembra tu simiente, y á la tarde no dejes reposar tu mano: porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto ó lo otro, ó si ambas á dos cosas son buenas.
Quita pues el enojo de tu corazón, y aparta el mal de tu carne: porque la mocedad y la juventud son vainidad.
Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.
Oh si él me besara con ósculos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.
Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, Tu cuello entre los collares.
Las vigas de nuestra casa son de cedro, Y de ciprés los artesonados.
Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, Que son apacentados entre azucenas.
Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! Cuánto mejores que el vino tus amores, Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, Y las doncellas sin cuento:
CUAN hermosos son tus pies en los calzados, oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro.
No me traigáis más vano presente: el perfume me es abominación: luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades.
Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tiene aborrecidas mi alma: me son gravosas; cansado estoy de llevarlas.
Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque son henchidos de oriente, y de agoreros, como los Filisteos; y en hijos ajenos descansan.
Los exactores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen la carrera de tus caminos.
Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sión se ensoberbecen, y andan cuellierguidas y los ojos descompuestos; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies:
Ay de los sabios en sus ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida;
Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores; y sus gobernados, perdidos.
Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus mancebos, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia: porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Con todo esto no ha cesado su furor, antes todavía su mano extendida.
Porque él dice: Mis príncipes ¿no son todos reyes?
Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón, se ha desvanecido. ¿Cómo diréis á Faraón: Yo soy hijo de los sabios, é hijo de los reyes antiguos?
Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos á cuchillo, ni muertos en guerra.
Muertos son, no vivirán: han fallecido, no resucitarán: porque los visitaste, y destruiste, y deshiciste toda su memoria.
Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras son en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?
AY de los que descienden á Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en caballeros, porque son valientes; y no miraron al Santo de Israel, ni buscaron á Jehová!
Y los Egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu: de manera que en extendiendo Jehová su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán á una.
He aquí que las naciones son reputadas como la gota de un acetre, y como el orín del peso: he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.
Como nada son todas las gentes delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.
El está asentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores son como langostas: él extiende los cielos como una cortina, tiéndelos como una tienda para morar:
He aquí, todos iniquidad, y las obras de ellos nada: viento y vanidad son sus vaciadizos.
Mas este es pueblo saqueado y hollado, todos ellos enlazados en cavernas y escondidos en cárceles: son puestos á saco, y no hay quien libre; hollados, y no hay quien diga, Restituid.
Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos para su confusión son testigos, que ellos ni ven ni entienden.
He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados, porque los mismos artífices son de los hombres. Todos ellos se juntarán, estarán, se asombrarán, y serán avergonzados á una.
ASI dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿ó quiénes son mis acreedores, á quienes os he yo vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fué repudiada vuestra madre:
Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice á Sión: Tu Dios reina!
ALÉGRATE, oh estéril, la que no paría; levanta canción, y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto: porque más son los hijos de la dejada que los de la casada, ha dicho Jehová.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Sus atalayas ciegos son, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir.
PERECE el justo, y no hay quien pare mientes; y los píos son recogidos, y no hay quien entienda que delante de la aflicción es recogido el justo.
En las pulimentadas piedras del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y á ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No me tengo de vengar de estas cosas?
Mas los impíos son como la mar en tempestad, que no puede estarse quieta, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos: sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos.
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