'Deseos' en la Biblia
Y ellos dijeron: Llamaremos a la joven y le preguntaremos cuáles son sus deseos.
Y el vulgo que se mezcló con ellos volvieron a sus deseos, y aun lloraron los hijos de Israel, y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!
``Pero levantaré para mí un sacerdote fiel que hará conforme a {los deseos} de mi corazón y de mi alma; y le edificaré una casa duradera, y él andará siempre delante de mi ungido.
Y se bebía conforme a la ley, no había obligación, porque el rey así había dado órdenes a todos los oficiales de su casa para que hicieran conforme a los deseos de cada persona.
Mis días han pasado, se deshicieron mis planes, los deseos de mi corazón.
Señor, delante de ti están todos mis deseos; y mi suspiro no te es oculto.
He aquí el hombre que no quiso hacer de Dios su refugio, sino que confió en la abundancia de sus riquezas {y} se hizo fuerte en sus {malos} deseos.
No des, oh SEÑOR, al impío sus deseos; no saques adelante su pensamiento, para que no se ensoberbezca. (Selah.)
¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?
El que dice de Ciro: ``{El es} mi pastor, y él cumplirá todos mis deseos", y dice de Jerusalén: ``Será reedificada", y al templo: ``Serán echados tus cimientos."
``Y volveré a traer a Israel a su pastizal, y pacerá en el Carmelo y en Basán, y se saciarán sus deseos en la región montañosa de Efraín y en Galaad.
Y lo vio su hermana Aholiba, y se corrompió en sus deseos más que ella; y sus prostituciones, fueron más que las prostituciones de su hermana.
Y vienen a ti como viene el pueblo, y se sientan delante de ti {como} pueblo mío, oyen tus palabras y no las hacen sino que siguen los deseos sensuales {expresados} por su boca, {y} sus corazones andan tras sus ganancias.
Al principio de tus ruegos salió la palabra, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres varón de deseos. Entiende, pues, la palabra, y entiende la visión.
Y me dijo: Daniel, varón de deseos, está atento a las palabras que yo te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque yo soy enviado ahora a ti. Y estando hablando conmigo esto, yo estaba temblando.
y me dijo: Varón de deseos, no temas; paz a ti; ten buen ánimo, y aliéntate. Y hablando él conmigo cobré yo vigor, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
Del pecado de mi pueblo se alimentan, y hacia su iniquidad dirigen sus deseos.
pero las preocupaciones del mundo, y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril.
Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. El, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
mas vestíos del Señor Jesús, el Cristo; y no hagáis caso de la carne en sus deseos.
Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
a que dejéis, en cuanto a la pasada manera de vivir; es a saber el viejo hombre que se corrompe conforme a los deseos del error;
Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
Pero rehúsa {poner en la lista} a viudas más jóvenes, porque cuando sienten deseos sensuales, contrarios a Cristo, se quieren casar,
Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.
Huye también de los deseos juveniles; y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con los que invocan al Señor de limpio corazón.
Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;
Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, justa, y píamente,
como hijos obedientes, no confor-mándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
Por ellas El nos ha concedido Sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que ustedes lleguen a ser partícipes de {la} naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por {causa de los} malos deseos.
especialmente a los que andan tras la carne en {sus} deseos corrompidos y desprecian la autoridad. Atrevidos {y} obstinados, no tiemblan cuando blasfeman de las majestades angélicas,
Pues hablando con arrogancia y vanidad, seducen mediante deseos carnales, por sensualidad, a los que hace poco escaparon de los que viven en el error.
Estos son murmuradores, quere-llosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.
como os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían según sus malvados deseos.