'Lado' en la Biblia
Me hizo tornar luego a la entrada de la Casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente; y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al mediodía del altar.
Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo rodear por el camino fuera de la puerta, por fuera al camino de la que mira al oriente; y he aquí las aguas que salían al lado derecho.
Y tornando yo, he aquí en la ribera del río había muchísimos árboles por un lado y el otro.
Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado, crecerán toda {clase de} árboles {que den fruto} para comer. Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes darán fruto porque sus aguas fluyen del santuario; su fruto será para comer y sus hojas para sanar.
Y estos {serán} los límites de la tierra: Por el lado norte, desde el mar Grande, camino de Hetlón, hasta la entrada de Zedad;
Y será el término del norte desde el mar de Hazar-enán al término de Damasco al norte, y al término de Hamat al lado del norte.
Al lado del oriente, por medio de Haurán y de Damasco, y de Galaad, y de la tierra de Israel, al Jordán; esto mediréis de término hasta el mar del oriente.
Y al lado del mediodía, hacia el mediodía, desde Tamar hasta las aguas de las rencillas; desde Cades y el arroyo hasta el gran mar; y esto será el lado austral, al mediodía.
Y al lado del occidente el Gran Mar será el término hasta en derecho para venir a Hamat; éste será el lado del occidente.
Estos son los nombres de las tribus: desde el extremo norte, junto al camino de Hetlón a Lebo-hamat, hasta Hazar-enán {en} el límite de Damasco al norte, junto a Hamat, desde el lado oriental hasta el occidental: Dan, una {parte.}
Junto al límite de Dan, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Aser, una {parte.}
Y junto al término de Aser, desde el lado oriental hasta la parte del mar tendrá Neftalí, otra.
Junto al límite de Neftalí, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Manasés, una {parte.}
Junto al límite de Manasés, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Efraín, una {parte.}
Junto al límite de Efraín, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Rubén, una {parte.}
Junto al límite de Rubén, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Judá, una {parte.}
Y junto al límite de Judá, desde el lado oriental hasta el lado occidental estará la porción que separaréis, de veinticinco mil {codos} de ancho, y de largo como una de las {demás} partes, desde el lado oriental hasta el lado occidental; y el santuario estará en medio de ella.
Y la de los Levitas, al lado del término de los sacerdotes, será de veinticinco mil cañas de longitud, y de diez mil de anchura: toda la longitud de veinticinco mil, y la anchura de diez mil.
Y éstas {serán} sus medidas: al lado norte, cuatro mil quinientos {codos,} al lado sur, cuatro mil quinientos {codos,} al lado oriental, cuatro mil quinientos {codos,} y al lado occidental, cuatro mil quinientos {codos.}
Y lo que quede {será} para el príncipe, a uno y otro lado de la porción santa y de la propiedad de la ciudad; a lo largo de los veinticinco mil {codos} de la porción hasta el límite oriental y hacia el occidente enfrente de los veinticinco mil, hacia el límite occidental, a lo largo de las partes, {será} para el príncipe. Y la porción sagrada y el santuario del templo estarán en medio de ella.
En cuanto a las demás tribus, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Benjamín, una {parte.}
Junto al límite de Benjamín, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Simeón, una {parte.}
Junto al límite de Simeón, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Isacar, una {parte.}
Junto al límite de Isacar, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Zabulón, una {parte.}
Junto al límite de Zabulón, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Gad, una {parte.}
Y junto al límite de Gad, al lado sur, hacia el sur, el límite será desde Tamar hasta las aguas de Meriba de Cades, hacia el torrente {de Egipto} hasta el mar Grande.
Y estas son las salidas de la ciudad: al lado norte, cuatro mil quinientos {codos} por medida.
Al lado oriental, cuatro mil quinientos {codos,} y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra.
Al lado sur, cuatro mil quinientos {codos} por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra.
Y al lado occidental, cuatro mil quinientos {codos y} sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de Neftalí, otra.
Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se puso al lado, y tenía tres costillas entre sus dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne.
Sin embargo, te declararé lo que está inscrito en el libro de la verdad, pero no hay nadie que se mantenga firme a mi lado contra estas {fuerzas,} sino Miguel, vuestro príncipe.
Y afirmará su rostro para venir con el poder de todo su reino, trayendo consigo oferta de paz, lo cual llevará a cabo. También le dará una hija de las mujeres para destruirlo, pero ella no {le} respaldará ni se pondrá a su lado.
Pero tú Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin: Muchos correrán de un lado a otro, y la ciencia se aumentará.
Y yo, Daniel, miré, y he aquí otros dos que estaban, el uno a este lado a la orilla del río, y el otro al otro lado a la orilla del río.
Así dice Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho.
El día que te pusiste a un lado, el día en que extraños se llevaban su riqueza, y extranjeros entraban por su puerta y sobre Jerusalén echaban suertes, tú también eras como uno de ellos.
No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado, guarda, no abras tu boca.
¡Ay de los que moran al lado del mar, de la gente de los cereteos! La palabra del SEÑOR es contra vosotros, oh Canaán, tierra de palestinos, que te haré destruir hasta no quedar morador.
Me dijo entonces: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta, (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura, (como está del otro lado del rollo) será destruido.
Y se lamentará la tierra, cada familia por su lado: la familia de la casa de David por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Natán por su lado, y sus mujeres por su lado;
la familia de la casa de Leví por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de los simeítas por su lado, y sus mujeres por su lado;
todas las demás familias, cada familia por su lado, y sus mujeres por su lado.
La tierra de Zabulón, y la tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles;
Y le siguió gran multitud de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea y del otro lado del Jordán.
Y viendo Jesús gran multitud alrededor de sí, mandó que se fueran al otro lado del lago.
Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino.
Entonces entrando en un barco, pasó al otro lado, y vino a su ciudad.
"El que no está a favor Mío, está contra Mí; y el que no recoge a Mi lado, desparrama.
Luego Jesús hizo a sus discípulos entrar en un barco, e ir delante de él al otro lado del lago, entre tanto que él despedía a la multitud.
Y llegando al otro lado, vinieron a la tierra de Genesaret.
Y viniendo sus discípulos del otro lado del lago, se habían olvidado de tomar pan.
Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, partió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán;
y de Jerusalén, y de Idumea, y del otro lado del Jordán. Y los que moran alrededor de Tiro y de Sidón, grande multitud, oyendo cuán grandes cosas hacía, vinieron a él.
Y les dijo aquel día cuando fue tarde: Pasemos al otro lado.
Y vinieron al otro lado del mar a la provincia de los gadarenos.
Cuando Jesús pasó otra vez en la barca al otro lado, se reunió una gran multitud alrededor de El; así que El se quedó junto al mar.
Enseguida hizo que sus discípulos subieran a la barca y fueran delante de {El} al otro lado, a Betsaida, mientras El despedía a la multitud.
Y cuando llegaron al otro lado, vinieron a tierra de Genesaret, y tomaron puerto.
Porque haciendo a un lado el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres; el lavamiento de jarros, de copas; y hacéis muchas otras cosas semejantes.
Y dejándolos, se embarcó otra vez y se fue al otro lado.
Levantándose de allí, {Jesús} se fue* a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y se reunieron* de nuevo las multitudes junto a El, y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba.
Y entradas en el sepulcro, vieron un mancebo sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.
Y aconteció un día que él entró en un barco con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.
Navegaron hacia la tierra de los gadarenos que está al lado opuesto de Galilea;
Entonces Jesús, sabiendo lo que pensaban en sus corazones, tomó a un niño y lo puso a su lado,
Y aconteció, que descendió un sacerdote por el mismo camino, y viéndole, pasó de lado.
Y asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de lado.
"El que no está a Mi lado, contra Mí está; y el que a Mi lado no recoge, desparrama.
Mas Jesús, llamándolos a su lado, dijo: Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios.
Estas cosas acontecieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Y vinieron a Juan, y le dijeron: Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, del cual tú diste testimonio, he aquí bautiza, y todos vienen a él.
Pasadas estas cosas, se fue Jesús al otro lado del mar de Galilea, que es de Tiberias.
y subiendo en una barca, se dirigían al otro lado del mar, hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos;
El día siguiente, la multitud que estaba al otro lado del mar, como vio que no había allí otra navecilla sino una, en la cual habían entrado sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en el navío, sino que sus discípulos se habían ido solos;
Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
Y se volvió al otro lado del Jordán, a aquel lugar donde primero había estado bautizando Juan; y permaneció allí.
Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba sentado en la mesa al lado de Jesús.
Mirad, la hora viene, y {ya} ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo; y {sin embargo} no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Después de haber dicho esto, Jesús salió con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el cual entró El con sus discípulos.
donde le colgaron del madero, y con él otros dos, uno en un madero a cada lado, y Jesús en medio.
Y El les dijo: Echad la red al lado derecho de la barca y hallaréis {pesca.} Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces.
Y he aquí, el ángel del Señor sobrevino, y una luz resplandeció en la cárcel; e hiriendo a Pedro en el lado, le despertó, diciendo: Levántate prestamente. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Porque Pablo había decidido dejar a un lado a Efeso para no detenerse en Asia, pues se apresuraba para estar, si le era posible, el día de Pentecostés en Jerusalén.
vino a mí, y poniéndose {a mi lado,} me dijo: ``Hermano Saulo, recibe la vista." En ese mismo instante {alcé los ojos y} lo miré.
Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado.
Por tanto, dejando a un lado la falsedad, HABLAD VERDAD CADA CUAL CON SU PROJIMO, porque somos miembros los unos de los otros.
En mi primera defensa nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron; que no se les tenga en cuenta.
Pero el Señor estuvo a mi lado, y me esforzó, para que por mí fuese cumplida la predicación, y todos los gentiles oyesen; y fui librado de la boca del león.
En el medio de la plaza de ella, y de un lado y del otro del río, el árbol de la vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol son para la sanidad de los gentiles.
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