'Las' en la Biblia

No olvides las voces de tus enemigos; el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.

Allí quebró las saetas del arco; el escudo, y la espada, y la guerra. (Selah.)

Ciertamente la ira del hombre te acarreará alabanza; tú reprimirás el resto de las iras.

me acordaba de las obras de JAH; por tanto me acordé de tus maravillas antiguas.

Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, temieron; y temblaron los abismos.

Las nubes echaron inundaciones de aguas; tronaron los cielos, y discurrieron tus rayos.

En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron conocidas.

Masquil de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron.

No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.

El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel; las cuales mandó a nuestros padres que las notificasen a sus hijos;

con el fin de poner su confianza en Dios, y no olvidar de las obras de Dios, y guardar sus mandamientos:

Los hijos de Efraín armados, flecheros, volvieron las espaldas el día de la batalla.

Rompió el mar, y los hizo pasar; e hizo estar las aguas como en un montón.

Hendió las peñas en el desierto; y les dio a beber de abismos grandes;

Y mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos,

Y las hizo caer en medio de su campamento, alrededor de sus tiendas.

E hirió a todo primogénito en Egipto, las primicias de las fuerzas en las tiendas de Cam.

Y echó los gentiles de delante de ellos, y les repartió una herencia con cuerdas; e hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.

e hirió a sus enemigos en las partes posteriores; les dio perpetua afrenta.

Y eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas;

de tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.

Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos; la carne de los tuyos a las bestias de la tierra.

No recuerdes contra nosotros las iniquidades antiguas; anticípanos pronto tus misericordias, porque estamos muy pobres.

En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en el secreto del trueno; te probé sobre las aguas de Meriba. (Selah.)

¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? (Selah.)

las tiendas de los idumeos y de los ismaelitas, Moab y los agarenos;

que han dicho: Heredemos para nosotros las moradas de Dios.

Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa las breñas.

Cuando pasaren por el valle de Abaca lo tornarán en fuente, la lluvia también llenará las cisternas.

Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos ; escogí antes estar a la puerta en la Casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.

El SEÑOR ama las puertas de Sion más que todas las moradas de Jacob.

¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, y tu justicia en la tierra del olvido?

Masquil de Etán ezraíta. Las misericordias del SEÑOR cantaré perpetuamente; en generación y generación haré notoria tu verdad con mi boca.

Para siempre confirmaré tu simiente, y edificaré tu trono por todas las generaciones. (Selah.)

Tú dominas sobre la soberbia del mar; cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.

anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches,

Por cuanto me has alegrado, oh SEÑOR, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.

Más que sonidos de muchas aguas, más que las fuertes ondas del mar, fuerte es el SEÑOR en lo alto.

SEÑOR, Dios de las venganzas, Dios de las venganzas, muéstrate.

Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.

El SEÑOR reina; regocíjese la tierra, alégrense las muchas islas.

Oyó Sion, y se alegró; y las hijas de Judá se gozaron por tus juicios, oh SEÑOR.

Los que amáis al SEÑOR, aborreced el mal; él guarda las almas de sus misericordiosos; de mano de los impíos los libra.

los ríos batan las manos; los montes todos hagan regocijo,

Porque el SEÑOR es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.

Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades.

que establece sus aposentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento;

Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas.

Tú eres el que envías las fuentes por los arroyos; van entre los montes.

Abrevan a todas las bestias del campo; quebrantan su sed los asnos salvajes.

Junto a aquellos habitan las aves de los cielos; entre las hojas dan voces.

El que hace producir el heno para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre; sacando el pan de la tierra.

Para que allí aniden las aves; en las hayas tiene su casa la cigüeña.

Los montes altos para las cabras monteses; las peñas, madrigueras para los conejos.

Pones las tinieblas, y es la noche; en ella corren todas las bestias del monte.

Puso en ellos las palabras de sus señales, y sus prodigios en la tierra de Cam.

Engendró ranas su tierra, ranas en las camas de sus mismos reyes.

Y les dio las tierras de los gentiles; y las labores de las naciones heredaron,

¿Quién expresará las valentías del SEÑOR? ¿Quién contará sus alabanzas?

Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó uno de ellos.

y humillar su simiente entre los gentiles, y esparcirlos por las tierras.

También le irritaron en las aguas de Meriba; e hizo mal a Moisés por causa de ellos;

y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del aquilón y del mar.

por cuanto fueron rebeldes a las palabras del SEÑOR, y aborrecieron el consejo del Altísimo.

Los sacó de las tinieblas, y de la sombra de muerte; y rompió sus prisiones.

Porque quebrantó las puertas de bronce, y desmenuzó los cerrojos de hierro.

su alma abominó toda vianda; y llegaron hasta las puertas de la muerte.

Los que descienden al mar en navíos, y hacen obra en las muchas aguas,

ellos han visto las obras del SEÑOR, y sus maravillas en el mar profundo.

El puso los ríos en desierto, y los manaderos de las aguas en sed;

Y levanta al pobre de la pobreza, y vuelve las familias como ovejas.

¿Quién es sabio y guardará estas cosas, y entenderá las misericordias del SEÑOR?

Te alabaré, oh SEÑOR, entre los pueblos; a ti cantaré salmos entre las naciones.

Guímel Grandes son las obras del SEÑOR; Dálet buscadas de todos los que las quieren.

Mem Las obras de sus manos son verdad y juicio, Nun fieles son todos sus mandamientos;

Zain Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Chet clemente, y misericordioso, y justo.

Me rodearon los dolores de la muerte, me encontraron las angustias del sepulcro; angustia y dolor había yo hallado.

Todas las naciones me cercaron; en el nombre del SEÑOR, que yo los talaré.

Voz de júbilo y de salud hay en las tiendas de los justos, la diestra del SEÑOR hace valentías.

No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH.

Abridme las puertas de la justicia, entraré por ellas, alabaré a JAH.

Destapa mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.

Por eso todos los mandamientos de todas las cosas estimé rectos; aborrecí todo camino de mentira.

Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus dichos.

Canción de las gradas. Al SEÑOR llamé estando en angustia, y él me respondió.

¡Ay de mí, que peregrino en Mesec, y habito con las tiendas de Cedar!

Canción de las gradas. Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro.

Canción de las gradas: de David. Yo me alegré con los que me decían: A la Casa del SEÑOR iremos.

Porque allá subieron las tribus, las tribus de JAH, el testimonio a Israel, para alabar el Nombre del SEÑOR.

Canción de las gradas. A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.

Canción de las gradas: de David. Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, diga ahora Israel:

Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;

hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.

Canción de las gradas. Los que confían en el SEÑOR son como el monte de Sion que no deslizará; estará para siempre.

Canción de las gradas. Cuando el SEÑOR hiciere tornar la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.

Canción de las gradas: para Salomón. Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.

Canción de las gradas. Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR, que anda en sus caminos.

Canción de las gradas. Mucho me han angustiado desde mi juventud, diga ahora Israel: