'Nosotros' en la Biblia
No para condenaros lo digo; que ya he dicho antes; estáis en nuestros corazones, para morir y para vivir juntamente con nosotros.
Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nosotros.
Así que, aunque os escribí, no {fue} por causa del que ofendió, ni por causa del ofendido, sino para que vuestra solicitud por nosotros se manifestara a vosotros delante de Dios.
Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.
Por tanto, como en todo abundáis, en fe, y en Palabra, y en ciencia, y en toda solicitud, y en vuestra caridad con nosotros, que también abundéis en esta gracia.
y no sólo esto, sino que también fue ordenado por las Iglesias compañero de nuestra peregrinación para llevar esta gracia, que es administrada por nosotros y de vuestro pronto ánimo para gloria del mismo Señor.
teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros;
no sea que, si vinieren conmigo macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.
para que enriquecidos en todo abundéis en toda bondad, la cual obra por nosotros acción de gracias a Dios.
¿Miráis las cosas según la apariencia? El que está confiado en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.
Pero nosotros no nos gloriaremos más allá de nuestra medida, sino conforme a la medida de la regla, de la medida que Dios nos repartió, para llegar aun hasta vosotros.
Pues no nos excedemos a nosotros mismos, como si no os hubiéramos alcanzado, ya que nosotros fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo;
no gloriándonos desmedidamente, {esto es,} en los trabajos de otros, sino teniendo la esperanza de que conforme vuestra fe crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por vosotros,
Mas lo que hago, lo haré aún, para quitar la ocasión de aquellos que la desean para ser hallados semejantes a nosotros en lo que se glorían.
Lo digo en cuanto a la afrenta, como si nosotros hubiéramos sido flacos (en esta parte). Pero en lo que otro tuviere osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.
A Tito le rogué {que fuera}, y con él envié al hermano. ¿Acaso obtuvo Tito ventaja de vosotros? ¿No nos hemos conducido nosotros en el mismo espíritu {y seguido} las mismas pisadas?
Porque aunque fue colgado en un madero por flaqueza, sin embargo vive por potencia de Dios. Por lo cual también nosotros somos flacos en él, sin embargo viviremos con él por la potencia de Dios en vosotros.
Mas espero que conoceréis que nosotros no estamos reprobados.
Pero oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros seamos hallados aprobados, sino para que vosotros hagáis lo que es bueno, aunque nosotros seamos tenidos por reprobados.
Por lo cual nos gozamos que seamos nosotros flacos, y que vosotros seáis poderosos; y aun oramos por vuestra perfección.
Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro Evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema.
y como vieron la gracia que me era dada, Jacobo, Cefas y Juan, que parecían ser las columnas, nos dieron la diestra de compañía a mí y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
Nosotros que somos judíos por naturaleza, y no pecadores de los gentiles,
sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesús, el Cristo, nosotros también hemos creído en Jesús, el Cristo, para que fuéramos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada.
Y si buscando nosotros ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso el Cristo ministro de nuestro pecado? En ninguna manera.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en un madero),
Así también nosotros, cuando éramos niños, éramos siervos bajo los elementos del mundo.
Mas la Jerusalén de arriba, libre es; la cual es madre de todos nosotros.
Así que, hermanos, nosotros como Isaac, somos hijos de la promesa.
Porque nosotros por el Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por la fe.
para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.
que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría y prudencia,
para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en el Cristo.
y cuál sea aquella supereminente grandeza de su potencia en nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza,
entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Cristo; por cuya gracia sois salvos;
para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, por la potencia que obra en nosotros,
Pero a cada uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don del Cristo.
y andad en caridad, como también el Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros por ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave.
al cual os he enviado para esto mismo, para que entendáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones.
Porque nosotros somos la circuncisión, los que servimos en espíritu a Dios, y nos gloriamos en el Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
Hermanos, sed imitadores míos, y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir a Dios que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
el cual nosotros anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando en toda sabiduría, para hacer a todo hombre perfecto en el Cristo Jesús;
Rayendo la cédula de los decretos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en el madero;
orando también juntamente por nosotros, que el Señor nos abra la puerta de la palabra, para que hablemos el misterio del Cristo, (por el cual aun estoy preso),
Y vosotros fuisteis hechos imitadores de nosotros, y del Señor, recibiendo la palabra con mucha tribulación, con gozo del Espíritu Santo;
Porque {saliendo} de vosotros, la palabra del Señor ha resonado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes vuestra fe en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada.
Porque ellos cuentan de nosotros cuál entrada tuvimos a vosotros; y de qué manera fuisteis convertidos a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.
Teniendo así un gran afecto por ustedes, nos hemos complacido en impartirles no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, pues llegaron a ser muy amados para nosotros.
Por lo cual, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, de que habiendo recibido de nosotros la palabra para oír de Dios, la recibisteis no como palabra de hombres, sino (como a la verdad lo es) como palabra de Dios, la cual obra en vosotros los que creisteis.
los cuales también mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos han perseguido; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres;
Mas nosotros, hermanos, privados de vosotros por un poco de tiempo, de vista, no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro.
para que nadie se mueva en estas tribulaciones; porque vosotros sabéis que nosotros somos puestos para esto.
Pero volviendo de vosotros a nosotros Timoteo, y haciéndonos saber buenas noticias de vuestra fe y caridad, y que siempre tenéis buena memoria de nosotros, deseando vernos, como también nosotros a vosotros.
porque ahora vivimos nosotros, si vosotros estáis firmes en el Señor.
Y a vosotros multiplique el Señor, y haga abundar la caridad entre vosotros, y para con todos, como es también de nosotros para con vosotros;
Resta pues, hermanos, que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo os conviene andar, y agradar a Dios, así vayáis creciendo.
Por lo cual, os decimos esto en Palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que quedamos hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron.
luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, y juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Mas nosotros, que somos hijos del día, estemos sobrios, vestidos de cota de fe y de caridad, y la esperanza de la salud por yelmo.
el cual murió por nosotros, para que sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.
Hermanos, orad por nosotros.
tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las Iglesias de Dios, de vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que sufrís;
y a vosotros, que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia,
Con este fin también nosotros oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de vuestro llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder,
que no seáis sacudidos fácilmente en vuestro modo de pensar, ni os alarméis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como {si fuera} de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado.
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido por primicias de salud, por la santificación del Espíritu y la fe en la verdad;
Resta, hermanos, que oréis por nosotros, que la Palabra del Señor corra y sea hecha ilustre así como entre vosotros;
Pero os denunciamos, hermanos, en el nombre del Señor nuestro, Jesús el Cristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme a la doctrina que recibieron de nosotros;
no porque no tuviéramos potestad, sino por daros en nosotros un ejemplo, para que nos imitarais.
Pero nosotros sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente,
Guarda el buen depósito consignado a ti por el Espíritu Santo que habita en nosotros.
{con} palabra sana {e} irreprochable, a fin de que el adversario se avergüence al no tener nada malo que decir de nosotros.
Que se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, seguidor de buenas obras.
Porque también éramos nosotros locos en otro tiempo, rebeldes, errados, sirviendo a las concupiscencias y los deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciéndonos los unos a los otros.
no por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia, nos salvó por el lavamiento de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo;
el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesús el Cristo, nuestro Salvador,
¿cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salud tan grande? La cual, habiendo comenzado a ser publicada por el Señor, ha sido confirmada hasta nosotros por los que lo oyeron a él mismo;
mas Cristo, como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si hasta el fin retuviéremos firme la confianza y la esperanza gloriosa.
Porque también a nosotros nos ha sido anunciado como a ellos; mas no les aprovechó el oír la palabra a los que la oyeron sin mezclar fe.
Pero nosotros que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que Él dijo: Por tanto juré en mi ira: No entrarán en mi reposo; aunque sus obras fueron acabadas desde el principio del mundo.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como {nosotros}, {pero} sin pecado.
a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros,
donde entró por nosotros nuestro precursor Jesús, hecho Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
Por lo cual no entró Jesús en el santuario hecho de mano, (que es figura del verdadero,) sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios.
En esa voluntad nosotros somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez.
por un camino nuevo y vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, su carne,
Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para perdición, sino fieles para ganancia del alma.
proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, que aquellos no fueran perfeccionados sin nosotros.
Por tanto nosotros también, teniendo puesta sobre nosotros una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos por paciencia la carrera que nos es propuesta,
Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros, si desechamos al que habla desde los cielos.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gracia, por la cual sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven al tabernáculo.
Orad por nosotros, porque confío que tenemos buena conciencia, deseando conversar bien en todo.
os haga aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, obrando El en nosotros lo que es agradable delante de El mediante Jesucristo, a quien {sea} la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
He aquí, nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo.
¿Pensáis que la Escritura dice sin causa: Es espíritu que mora en nosotros codicia para envidia?
Elías era hombre sujeto á semejantes pasiones que nosotros, y rogó con oración que no lloviese, y no llovió sobre la tierra en tres años y seis meses.
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