'Si' en la Biblia
- 1.Gé 4:7-Éx 16:4
- 2.Éx 18:23-Levítico 13:23
- 3.Levítico 13:25-Números 10:32
- 4.Números 11:15-Deuteronomio 25:7
- 5.Deuteronomio 25:8-1 Samuel 16:2
- 6.1 Samuel 16:5-1 Reyes 20:25
- 7.1 Reyes 20:32-Ester 8:5
- 8.Ester 9:13-Salmos 11:3
- 9.Salmos 13:4-Eclesiastés 11:6
- 10.Cantares 1:2-Jeremías 42:15
- 11.Jeremías 44:28-Malaquías 1:6
- 12.Malaquías 2:2-Marcos 3:13
- 13.Marcos 3:21-Lucas 13:5
- 14.Lucas 13:9-Juan 11:27
- 15.Juan 11:32-Hechos 27:39
- 16.Hechos 28:25-1 Corintios 9:12
- 17.1 Corintios 9:16-Gálatas 2:17
- 18.Gálatas 2:18-Hebreos 9:7
- 19.Hebreos 9:13-Apocalipsis 22:19
Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
No desecho la gracia de Dios, porque si por la ley fuese la justicia, entonces Cristo murió en vano.
¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si en verdad fue en vano.
Hermanos, hablo como hombre: Un pacto, aunque sea de hombre, si fuere confirmado, nadie lo anula, o le añade.
Porque si la herencia fuese por la ley, ya no sería por la promesa: Mas Dios la dio a Abraham por la promesa.
¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? ¡En ninguna manera! Porque si se hubiera dado una ley que pudiera vivificar, la justicia verdaderamente habría sido por la ley.
Y si vosotros sois de Cristo, entonces simiente de Abraham sois, y herederos conforme a la promesa.
Así que ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.
¿Dónde está entonces vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy testimonio de que si hubiese sido posible, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.
He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.
Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? Entonces ha cesado la ofensa de la cruz.
Mas si os mordéis y devoráis los unos a los otros, mirad que no os consumáis los unos a los otros.
Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no podáis hacer lo que quisiereis.
Mas si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.
Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal en espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Porque si alguno piensa de sí que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.
Así que, cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá de qué gloriarse, sólo en sí mismo, y no en otro,
No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos.
dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo;
aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos contenidos en ordenanzas, para hacer en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo así la paz;
y reconciliar con Dios a ambos en un cuerpo mediante la cruz, matando en sí mismo las enemistades.
si es que habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada para con vosotros;
de quien todo el cuerpo bien ligado entre sí, y unido por lo que cada coyuntura suple, conforme a la eficacia y medida de cada miembro, hace que el cuerpo crezca para la edificación de sí mismo en amor.
si es que le habéis oído, y habéis sido por Él enseñados de cómo la verdad está en Jesús.
y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia.
Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella;
para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.
Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.
Mas si vivo en la carne, este es el fruto de mi trabajo; no sé entonces qué escoger.
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún refrigerio de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable y misericordias,
Nada hagáis por contienda o vanagloria; antes bien con humildad, estimándoos unos a otros como superiores a sí mismos,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y hallado en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne, si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más;
si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos.
No que lo haya ya alcanzado, ni que ya sea perfecto, mas prosigo para ver si alcanzo aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.
el cual transformará nuestro cuerpo vil, para que sea semejante a su cuerpo glorioso, según el poder con el cual puede también sujetar a sí todas las cosas.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad.
si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en sí mismo.
Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, entonces, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a ordenanzas
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros. Si alguno tuviere queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual recibisteis mandamientos; si viniere a vosotros, recibidle;
porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Él a los que durmieron en Jesús.
Porque aun cuando estábamos con vosotros, os mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Y si alguno no obedeciere a nuestra palabra por esta epístola, señalad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;
el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, para testimonio a su debido tiempo.
Pero será salva engendrando hijos, si permanecieren en fe y amor y santidad, con modestia.
Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
Y éstos también sean primero puestos a prueba; y luego ejerzan el diaconado, si fueren irreprensibles.
Porque los que ejercen bien el diaconado, adquieren para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y apoyo de la verdad.
Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;
Si esto propusieres a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has alcanzado.
Pero si alguna viuda tuviere hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos en casa, y a recompensar a sus padres; porque esto es bueno y agradable delante de Dios.
Y si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Que tenga testimonio de buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha seguido toda buena obra.
Si alguno, o alguna de los creyentes tiene viudas, manténgalas, y no sea gravada la iglesia; a fin de que pueda ayudar a las que en verdad son viudas.
Si alguno enseña otra cosa, y no asiente a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
atesorando para sí buen fundamento para lo por venir; que echen mano de la vida eterna.
Y aun también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
Palabra fiel es ésta: Que si somos muertos con Él, también viviremos con Él:
Si sufrimos, también reinaremos con Él; si lo negáremos, Él también nos negará:
Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.
Así que, si alguno se limpiare de estas cosas, será vaso para honra, santificado, y útil al Señor, y preparado para toda buena obra.
que con mansedumbre corrija a los que se oponen; si quizá Dios les dé que se arrepientan para conocer la verdad,
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, malagradecidos, sin santidad,
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí un pueblo peculiar, celoso de buenas obras.
Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.
Y si en algo te dañó, o te debe, cárgalo a mi cuenta.
Sí, hermano, góceme yo de ti en el Señor; recrea mis entrañas en el Señor.
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo hecho la expiación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
Porque si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
¿cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salvación tan grande? La cual, habiendo sido publicada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que le oyeron;
Porque ciertamente no tomó para sí la naturaleza de los ángeles, sino que tomó la de la simiente de Abraham.
pero Cristo, como hijo sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y la gloria de la esperanza.
Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,
Porque somos hechos participantes de Cristo, si retenemos firme hasta el fin el principio de nuestra confianza;
entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
otra vez determina un cierto día, diciendo por medio de David: Hoy, después de tanto tiempo; como está dicho: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
Porque si Jesús les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.
y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por el pueblo, como también por sí mismo.
Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado de Dios, como lo fue Aarón.
Así también Cristo no se glorificó a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy;
Y esto haremos a la verdad, si Dios lo permite.
y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
Así que, si la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
Y aun es mucho más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote diferente;
que no tuviese necesidad cada día, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo.
Porque si Él estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan ofrendas según la ley;
Porque si aquel primer pacto hubiera sido sin falta, no se hubiera procurado lugar para el segundo.
pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrecía por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo.
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- 1.Gé 4:7-Éx 16:4
- 2.Éx 18:23-Levítico 13:23
- 3.Levítico 13:25-Números 10:32
- 4.Números 11:15-Deuteronomio 25:7
- 5.Deuteronomio 25:8-1 Samuel 16:2
- 6.1 Samuel 16:5-1 Reyes 20:25
- 7.1 Reyes 20:32-Ester 8:5
- 8.Ester 9:13-Salmos 11:3
- 9.Salmos 13:4-Eclesiastés 11:6
- 10.Cantares 1:2-Jeremías 42:15
- 11.Jeremías 44:28-Malaquías 1:6
- 12.Malaquías 2:2-Marcos 3:13
- 13.Marcos 3:21-Lucas 13:5
- 14.Lucas 13:9-Juan 11:27
- 15.Juan 11:32-Hechos 27:39
- 16.Hechos 28:25-1 Corintios 9:12
- 17.1 Corintios 9:16-Gálatas 2:17
- 18.Gálatas 2:18-Hebreos 9:7
- 19.Hebreos 9:13-Apocalipsis 22:19