'Tenía' en la Biblia
Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas (saltamontes) y miel silvestre.
Y {allí estaba} un hombre que tenía una mano seca (paralizada). Y para poder acusar a Jesús, le preguntaron: `` ¿Es lícito sanar en el día de reposo?"
"Otra parte cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra;
pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
Y aunque Herodes (Antipas) quería matarlo, tenía miedo al pueblo, porque consideraban a Juan como un profeta.
``Pero, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegándose al primero, {le} dijo: `Hijo, ve, trabaja hoy en la viña.'
Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero a la cintura, y comía langostas (saltamontes) y miel silvestre.
Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca (paralizada).
Y Jesús le dijo al hombre que tenía la mano seca: ``Levántate {y ponte aquí} en medio."
"Otra {parte} cayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó por no tener profundidad de tierra.
que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas;
Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado.
Al instante la niña se levantó y {comenzó a} caminar, pues tenía doce años. Y al momento todos se quedaron completamente atónitos.
Herodías le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía,
sino que enseguida, al oír {hablar} de El, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a Sus pies.
En aquellos días, cuando había de nuevo una gran multitud que no tenía qué comer, Jesús llamó a Sus discípulos y les dijo:
porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir."
Hubo en los días de Herodes (el Grande), rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, que tenía por mujer una de las hijas de Aarón que se llamaba Elisabet.
Cuando Jesús comenzó {Su ministerio}, tenía unos treinta años, siendo, como se suponía, hijo de José, {quien era hijo} de Elí,
Y en otro día de reposo entró en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
Pero El sabía lo que ellos estaban pensando, y dijo al hombre que tenía la mano seca (paralizada): ``Levántate y ven acá." Y él, levantándose, se puso de pie.
``Cierto prestamista tenía dos deudores; uno {le} debía 500 denarios (salario de 500 días) y el otro cincuenta;
"Otra {parte} cayó sobre la roca, y tan pronto como creció, se secó, porque no tenía humedad.
porque tenía una hija única, como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras El iba, la muchedumbre Lo apretaba.
Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, sin que nadie pudiera curarla,
Ella tenía una hermana que se llamaba María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba Su palabra.
Entonces Jesús les dijo esta parábola: ``Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña; y fue a buscar fruto de ella y no {lo} halló.
Jesús añadió: ``Cierto hombre tenía dos hijos;
Decía también Jesús a los discípulos: ``Había cierto hombre rico que tenía un mayordomo; y éste fue acusado ante él de derrochar sus bienes.
pues a usted le tenía miedo, porque es un hombre exigente, que recoge lo que no depositó y siega lo que no sembró.'
porque todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir."
y no tenía necesidad de que nadie Le diera testimonio del hombre, porque El conocía lo que había en el {interior del} hombre.
Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella.
Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella.
Luego echó agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía ceñida.
Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: ``Compra lo que necesitamos para la fiesta," o que diera algo a los pobres.
"Y ahora, glorifícame Tú, Padre, junto a Ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
``Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura {en} que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas (Iscariote), el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús.
porque el hombre en quien se había realizado este milagro (esta señal) de sanidad tenía más de cuarenta años.
Pero ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos; sin embargo, el pueblo los tenía en gran estima.
"No le dio en ella heredad, ni siquiera {la medida de} la planta del pie, y {sin embargo,} aunque no tenía hijo, prometió que SE LA DARIA EN POSESION A EL Y A SU DESCENDENCIA DESPUES DE EL.
Los discípulos, conforme a lo que cada uno tenía, determinaron enviar una ayuda a los hermanos que habitaban en Judea.
Este escuchaba hablar a Pablo, el cual, fijando la mirada en él, y viendo que tenía fe para ser sanado,
Mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando.
Pablo, después de quedarse muchos días más, se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria, y con él iban Priscila y Aquila. Y en Cencrea se hizo cortar el cabello, porque tenía hecho un voto.
Este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban.
Al mismo tiempo, tenía esperanza de que Pablo le diera dinero. Por eso acostumbraba llamarlo con frecuencia y conversar con él.
Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero podían distinguir una bahía que tenía playa, y decidieron lanzar la nave hacia ella, si les era posible.
Después de tres meses, nos hicimos a la vela en una nave Alejandrina que había invernado en la isla, y que tenía por insignia a los Hermanos Gemelos.
Abraham recibió la señal de la circuncisión {como} sello de la justicia de la fe que tenía mientras aún era incircunciso, para que fuera padre de todos los que creen sin ser circuncidados, a fin de que la justicia también se les tome en cuenta a ellos.
También Abraham es padre de la circuncisión para aquéllos que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen en los pasos de la fe que tenía nuestro padre Abraham cuando era incircunciso.
Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y también la esterilidad de la matriz de Sara.
Pues en verdad, lo que tenía gloria, en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que {lo} sobrepasa.
Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, también Jesús participó de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquél que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo,
Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
Pero aquél cuya genealogía no viene de ellos, recibió el diezmo de Abraham y bendijo al que tenía las promesas.
Ahora bien, aun el primer {pacto} tenía ordenanzas para el culto y el santuario terrenal.
el cual tenía el altar de oro del incienso y el arca del pacto cubierta toda de oro, en la cual {había} una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que retoñó y las tablas del pacto.
Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo (el Mesías) que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.
Tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribírte{las} con pluma y tinta,
Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.
En Su mano derecha tenía siete estrellas, y de Su boca salía una espada aguda de dos filos. Su rostro era como el sol {cuando} brilla con {toda} su fuerza.
El primer ser viviente {era} semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser {era} semejante a un águila volando.
Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.
Miré, y había un caballo blanco. El que estaba montado en él tenía un arco. Se le dio una corona, y salió conquistando y para conquistar.
Cuando el Cordero abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: ``Ven." Y miré, y había un caballo negro. El que estaba montado en él tenía una balanza en la mano.
También vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo. Y gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había concedido hacer daño a la tierra y al mar:
y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: ``Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran Río Eufrates."
Tenía en su mano un librito abierto. Puso el pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra,
Entonces apareció otra señal en el cielo: Un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas {había} siete diademas (coronas).
La mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí por 1,260 días.
El {dragón} se paró sobre la arena del mar. Y vi que subía del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas. En sus cuernos {había} diez diademas (coronas), y en sus cabezas {había} nombres blasfemos.
Vi otra bestia que subía de la tierra. Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero y hablaba como un dragón.
Además engaña a los que moran en la tierra a causa de las señales que se le concedió hacer en presencia de la bestia, diciendo a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia que tenía la herida de la espada y que ha vuelto a vivir.
Después vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciar{lo} a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua, y pueblo,
Y miré, y había una nube blanca, y en la nube {estaba} sentado uno semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz afilada.
Otro ángel salió del templo que está en el cielo, que también tenía una hoz afilada.
Entonces otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, salió del altar, y llamó con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciéndo{le:} ``Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están maduras."
Entonces me llevó en el Espíritu a un desierto. Vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres blasfemos, y que tenía siete cabezas y diez cuernos.
La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada con oro, y piedras preciosas, y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de abominaciones y de las inmundicias de su inmoralidad.
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo, que tenía gran poder, y la tierra fue iluminada con su gloria.
y tenía la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino.
Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles, y en las puertas {estaban} escritos {los nombres} de las doce tribus de los hijos de Israel.
El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos {estaban} los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
El que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.