'Tus' en la Biblia
Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.
Porque será medicina a tu ombligo, y tuétano a tus huesos.
Honra a Jehová con tu sustancia, y con las primicias de todos tus frutos;
y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo;
Cuando anduvieres no se estrecharán tus pasos; y si corrieres, no tropezarás.
Tus ojos miren lo recto, y tus párpados vean derecho delante de ti.
Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean ordenados.
para que guardes consejo, y tus labios conserven el conocimiento.
para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel;
para que los extraños no se sacien de tu fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño;
y gimas en tus postrimerías, cuando se consumiere tu carne y tu cuerpo,
¿Se han de derramar afuera tus fuentes, y tus corrientes de aguas por las calles?
No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento.
Guarda mis mandamientos, y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos.
Lígalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.
Porque por mí se aumentarán tus días, y años de vida se te añadirán.
Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
No ames el sueño, para que no te empobrezcas; abre tus ojos, y te saciarás de pan.
Porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; y si juntamente se afirmaren en tus labios.
No remuevas el término antiguo que pusieron tus padres.
¿Has de poner tus ojos en lo que no es nada? Porque las riquezas se harán alas, como alas de águila, y volarán al cielo.
Vomitarás la parte que comiste, y perderás tus suaves palabras.
No hables a oídos del necio; porque menospreciará la prudencia de tus palabras.
Aplica tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de sabiduría.
Mis entrañas también se alegrarán cuando tus labios hablaren cosas rectas.
Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.
Tus ojos mirarán a la mujer extraña, y tu corazón hablará perversidades.
Prepara tus labores fuera, y disponlas en tu campo; y después edificarás tu casa.
No seas sin causa testigo contra tu prójimo; y no lisonjees con tus labios.
Porque mejor es que se te diga: Sube acá, y no que seas humillado delante del príncipe a quien tus ojos han visto.
Que te alaben otros, y no tu boca; el ajeno, y no tus labios.
Considera atentamente el aspecto de tus ovejas; pon tu corazón a tus rebaños:
Los corderos son para tus vestiduras, y los cabritos son el precio del campo;
Y habrá suficiente leche de las cabras para tu mantenimiento, y para el mantenimiento de tu casa, y para el sustento de tus criadas.
No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que es para destruir a los reyes.