'La palabra' en la Biblia
porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
La palabra es fiel, y digna de ser recibida de todos.
en el que sufro trabajo, hasta las prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de la verdad.
Y la palabra de ellos carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto;
Que prediques la Palabra; que apresures a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende duramente; exhorta con toda paciencia y doctrina.
reteniendo la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen.
a que sean templadas, castas, que tengan buen cuidado de la casa, excelentes, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
La palabra es fiel, y esto quiero que afirmes que los que creen a Dios procuren conducirse en buenas obras. Esto es lo bueno y útil a los hombres.
el cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas,
Porque si la palabra dicha por el ministerio de los ángeles, fue firme, y toda rebelión y desobediencia recibió justa paga de su galardón,
Porque también a nosotros nos ha sido anunciado como a ellos; mas no les aprovechó el oír la palabra a los que la oyeron sin mezclar fe.
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos; y que alcanza hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas, y los tuétanos; y que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de la justicia, porque es niño;
Por lo cual, dejando ya la palabra del comienzo en la institución del Cristo, vamos adelante a la perfección, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de las obras de muerte, y de la fe en Dios,
Porque la ley constituye sacerdotes a hombres débiles; mas la palabra del juramento después de la ley, al Hijo, hecho perfecto eternalmente.
Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad considerando cuál haya sido la salida de su conversación.
Empero os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación; porque os he escrito en breve.
El, de su voluntad nos ha engendrado por la Palabra de verdad, para que seamos las primicias de sus criaturas.
Por lo cual, dejando toda inmundicia, y restos de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra ingerida en vosotros, la cual puede hacer salvas vuestras almas.
Mas sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno oye la Palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra del Dios, viviente y que permanece para siempre.
mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la Palabra que por el Evangelio os ha sido anunciada.
desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación,
Y: Piedra de tropiezo, y piedra de escándalo, a aquellos que tropiezan en la Palabra, y no obedecen aquello para lo cual fueron ordenados.
Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no obedecen a la Palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres,
Si alguno habla, hable conforme a la palabra de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da; para que en todo Dios sea glorificado por Jesucristo, al cual sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.
Tenemos también la palabra de los profetas más firme, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una lámpara que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
Cierto, ellos ignoran voluntariamente, que los cielos fueron creados en el tiempo antiguo y la tierra salida del agua y en el agua, por la palabra de Dios;
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado bien, y nuestras manos han tocado de la Palabra de vida;
Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la Palabra que habéis oído desde el principio.
Os he escrito a vosotros, padres, que habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, que sois fuertes, y que la palabra de Dios mora en vosotros, y que habéis vencido al maligno.
Porque tres son los que dan testimonio del cielo: el Padre, la Palabra y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
Éstos son murmuradores, querellosos, andando según sus concupiscencias; y su boca habla palabras infladas, adulando a las personas para sacar provecho.
el cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el Reino, y en la paciencia de Jesucristo; estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
Porque has guardado la Palabra de mi paciencia, yo te guardaré de la hora de la tentación, que ha de venir en todo el universo mundo, para probar a los que moran en la tierra.
Y cuando él hubo abierto el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.
Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la Palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.
y estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es llamado LA PALABRA DE DIOS.
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, que no adoraron la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron su marca en sus frentes, ni en sus manos, y vivirán y reinarán con Cristo los mil años.
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