Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndo{lo} bendecido, {lo} partió, y dándose{lo} a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.

porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.

Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú {quieras}.

Entonces Jesús llegó* con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo* a sus discípulos: Sentaos aquí mientras yo voy allá y oro.

Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.

Entonces Jesús le dijo*: Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán.

El primer {día de la fiesta} de los panes sin levadura, se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua?

Vino* entonces a los discípulos y los halló* durmiendo, y dijo* a Pedro: ¿Conque no pudisteis velar una hora conmigo?

Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos le abandonaron y huyeron.

Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

Y enseguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Rabí! Y le besó.

Pedro le dijo*: Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré. Todos los discípulos dijeron también lo mismo.

Entonces Pedro, respondiendo, le dijo: Aunque todos se aparten por causa de ti, yo nunca me apartaré.

Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes,

Jesús le dijo*: Tú {mismo} lo has dicho; sin embargo, os digo que desde ahora veréis AL HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER, y VINIENDO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO.

Mientras todavía estaba El hablando, he aquí, Judas, uno de los doce, llegó acompañado de una gran multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se {la} dio, diciendo: Bebed todos de ella;

Entonces Jesús les dijo*: Esta noche todos vosotros os apartaréis por causa de mí, pues escrito está: ``HERIRE AL PASTOR, Y LAS OVEJAS DEL REBAÑO SE DISPERSARAN."

Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.

Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse.

Y hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,

Pedro estaba sentado fuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo.

Jesús le dijo: En verdad te digo que esta {misma} noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

Y los que prendieron a Jesús le llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos.

y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue? Y ellos le pesaron treinta piezas de plata.

¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre, y El pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles?

Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos.

Cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a sus discípulos:

Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos; y otros le abofeteaban,

Y Jesús le dijo: Amigo, {haz} lo que viniste a hacer. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.

Entonces vino* a los discípulos y les dijo*: ¿Todavía estáis durmiendo y descansando? He aquí, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

Mas Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.

Entonces les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.

Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás.

Al atardecer, estaba El sentado {a la mesa} con los doce discípulos.

El Hijo del Hombre se va, según está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido.

¿Levantaos! ¡Vamos! Mirad, está cerca el que me entrega.

Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si ésta no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.

Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.

Y los principales sacerdotes y todo el concilio procuraban obtener falso testimonio contra Jesús, con el fin de darle muerte,

Y sucedió que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja.

En verdad os digo: Dondequiera que este evangelio se predique, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho, en memoria suya.

Y mientras comían, dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará.

se le acercó una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre su cabeza cuando estaba sentado {a la mesa.}

Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle.

Y vino otra vez y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados {de sueño.}

Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: ¿Por qué molestáis a la mujer? Pues buena obra ha hecho conmigo.

Y respondiendo Judas, el que le iba a entregar, dijo: ¿Acaso soy yo, Rabí? {Y} El le dijo: Tú {lo} has dicho.

Respondiendo El, dijo: El que metió la mano conmigo en el plato, ése me entregará.

Pues al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.

Y El respondió: Id a la ciudad, a cierto {hombre}, y decidle: ``El Maestro dice: `Mi tiempo está cerca; {quiero} celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.'"

Y Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído la blasfemia;

Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, diciendo otra vez las mismas palabras.

Pero al ver {esto,} los discípulos se indignaron, y decían: ¿Para qué este desperdicio?

Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre! Y al instante un gallo cantó.

Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.

Entonces el sumo sacerdote, levantándose, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?

Pero decían: No durante la fiesta, para que no haya un tumulto en el pueblo.

Y ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor?

Y tramaron entre ellos prender a Jesús con engaño y matar{le}.

En aquel momento Jesús dijo a la muchedumbre: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y garrotes para arrestarme? Cada día solía sentarme en el templo para enseñar, y no me prendisteis.

que dijeron: Este declaró: ``Yo puedo destruir el templo de Dios y en tres días reedificarlo."

Y Pedro le fue siguiendo de lejos hasta el patio del sumo sacerdote, y entrando, se sentó con los alguaciles para ver el fin {de todo aquello.}

Y un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro que tú también eres {uno} de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.

Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle.

Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras {que dicen} que así debe suceder?

Cuando salió al portal, lo vio otra {sirvienta} y dijo* a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno.

Porque este {perfume} podía haberse vendido a gran precio, y {el dinero} habérselo dado a los pobres.

¿qué os parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte!

y no {lo} hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero más tarde se presentaron dos,

Pero él {lo} negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas.

diciendo: Adivina, Cristo, ¿quién es el que te ha golpeado?

Y otra vez él {lo} negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese hombre!