'Entró' en la Biblia
Y como la gente fué echada fuera, entró, y tomóla de la mano, y se levantó la muchacha.
Cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no le era lícito comer, ni á los que estaban con él, sino á solos los sacerdotes¿
Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera todos los que vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de los que vendían palomas;
Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de boda.
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca,
Y ENTRO otra vez en Capernaum después de algunos días, y se oyó que estaba en casa.
Cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiathar sumo pontífice, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino á los sacerdotes, y aun dió á los que con él estaban?
Y OTRA vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.
Entonces ella entró prestamente al rey, y pidió, diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan Bautista.
Y como él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
Y entró Jesús en Jerusalem, y en el templo: y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, salióse á Bethania con los doce.
José de Arimatea, senador noble, que también esperaba el reino de Dios, vino, y osadamente entró á Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
Y entró en casa de Zacarías, y saludó á Elisabet.
Y vino á Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme á su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó á leer.
Y levantándose Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón: y la suegra de Simón estaba con una grande fiebre; y le rogaron por ella.
Cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, y comió, y dió también á los que estaban con él, los cuales no era lícito comer, sino á solos los sacerdotes?
Y aconteció también en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
Y COMO acabó todas sus palabras oyéndole el pueblo, entró en Capernaum.
Y aconteció un día que él entró en un barco con sus discípulos, y les dijo: Pasemos á la otra parte del lago. Y partieron.
Y aconteció que yendo, entró él en una aldea: y una mujer llamada Marta, le recibió en su casa.
Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó á todos.
Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;
Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró pues á estarse con ellos.
Y tras el bocado Satanás entró en él. Entonces Jesús le dice: Lo que haces, haz lo más presto.
COMO Jesús hubo dicho estas cosas, salióse con sus discípulos tras el arroyo de Cedrón, donde estaba un huerto, en el cual entró Jesús y sus discípulos.
Y seguía á Jesús Simón Pedro, y otro discípulo. Y aquel discípulo era conocido del pontífice, y entró con Jesús al atrio del pontífice;
Y entró otra vez en el pretorio, y dijo á Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dió respuesta.
Y bajándose á mirar, vió los lienzos echados; mas no entró.
Llegó luego Simón Pedro siguiéndole, y entró en el sepulcro, y vió los lienzos echados,
Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro, y vió, y creyó.
Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros,
Y saltando, se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando á Dios.
Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
Ananías entonces fué, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo.
Y como Pedro entró, salió Cornelio á recibirle; y derribándose á sus pies, adoró.
Y hablando con él, entró, y halló á muchos que se habían juntado.
Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común ó inmunda entró jamás en mi boca.
Mas rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad y un día después, partió con Bernabé á Derbe.
El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas;
Y Pablo, como acostumbraba, entró á ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras,
Y partiendo de allí, entró en casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la casa del cual estaba junto á la sinagoga.
Y al día siguiente Pablo entró con nosotros á Jacobo, y todos los ancianos se juntaron;
Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta ser ofrecida ofrenda por cada uno de ellos.
Entonces un hijo de la hermana de Pablo, oyendo las asechanzas, fué, y entró en la fortaleza, y dió aviso á Pablo.
Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebres y de disentería: al cual Pablo entró, y después de haber orado, le puso las manos encima, y le sanó:
De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.
La ley empero entró para que el pecado creciese; mas cuando el pecado creció, sobrepujó la gracia;
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
Donde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho Pontífice eternalmente según el orden de Melchîsedec.
Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención.
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios.
Y después de tres días y medio el espíritu de vida enviado de Dios, entró en ellos, y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los vieron.
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