2795 casos

'Le' en la Biblia

Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y haré saber a Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí;

Y acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubriremos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra.

Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad; te ruego que no me entierres en Egipto;

Y él dijo: Júramelo. Y él le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama.

Y sucedió que después de estas cosas, le dijeron a José: He aquí, tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín.

Y se le hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó sobre la cama;

Pero al ver José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

Y le causaron amargura, y le asaetearon, y le aborrecieron los arqueros:

Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.

Pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán, y le sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, delante de Mamre.

Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que le hubo sepultado.

Y viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.

La cual concibió, y dio a luz un hijo: y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses.

Y cuando creció el niño, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.

Y ella le dio a luz un hijo, y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Peregrino soy en tierra ajena.

Y le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza: y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová, el Dios de los hebreos, nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.

Y Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se convirtió en una serpiente; y Moisés huía de ella.

Y le dijo más Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.

Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?

Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Eres esposo de sangre, a causa de la circuncisión.

Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.

Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado.

Después entraron Moisés y Aarón ante Faraón, y le dijeron: Jehová, el Dios de Israel, dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.

Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que le tenían a su cargo, y a sus gobernadores, diciendo:

Y Amram tomó por esposa a Jocabed su tía, la cual le dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.

Y tomó Aarón por esposa a Elisabet, hija de Aminadab, hermana de Naasón; la cual le dio a luz a Nadab, y a Abiú, y a Eleazar, y a Itamar.

Y Eleazar, hijo de Aarón, tomó para sí esposa de las hijas de Futiel, la cual le dio a luz a Finees: Y éstas son las cabezas de los padres de los levitas por sus familias.

Y le respondió Moisés: Al salir yo de la ciudad extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra.

Entonces Moisés y Aarón vinieron a Faraón, y le dijeron: Jehová, el Dios de los hebreos dice así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirvan.

Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios; ¿acaso no sabes aún que Egipto está destruido?

Y le dijo Faraón: Retírate de mí: guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás.

Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, entonces le quebrarás su cerviz. Asimismo redimirás todo humano primogénito de tus hijos.

Y cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto? Le dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;

Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.

Y Moisés clamó a Jehová; y Jehová le mostró un árbol, el cual cuando lo metió dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;

E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando con Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.

Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces.

Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.

Y el sonido de la trompeta iba aumentándose en extremo: Moisés hablaba, y Dios le respondía en voz.

Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo: mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el término para subir a Jehová, para que no haga en ellos estrago.

Si su amo le hubiere dado esposa, y ella le hubiere dado a luz hijos o hijas, la esposa y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.

Entonces su amo lo traerá ante los jueces; y lo traerá a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su siervo para siempre.

Si no agradare a su señor, por lo cual no la tomó por esposa, le permitirá que sea redimida, y no la podrá vender a pueblo extraño cuando la desechare.

si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo, entonces el que le hirió será absuelto; solamente le compensará por el tiempo perdido, y hará que le curen.

Si algunos riñeren, e hiriesen a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber otro daño, será penado conforme a lo que le impusiere el marido de la mujer, y pagará según determinen los jueces.

Y si alguno hiriere el ojo de su siervo, o el ojo de su sierva, y lo dañare, le dará libertad por razón de su ojo.

Y si sacare el diente de su siervo, o el diente de su sierva, por su diente le dejará ir libre.

Pero si el buey ya había acorneado en el pasado, y a su dueño se le había amonestado, y no lo había guardado, y matare hombre o mujer, el buey será apedreado, y también su dueño morirá.

Si le fuere impuesto rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto.

Cuando alguno hurtare buey u oveja, y le degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja, cuatro ovejas.

Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que le hirió no será culpado de su muerte.

Mas si le hubiere sido hurtado, resarcirá a su dueño.

Y si le hubiere sido arrebatado por fiera, le traerá testimonio, y no pagará lo arrebatado.

Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme a la dote de las vírgenes.

Si prestares dinero a algún pobre de los de mi pueblo que está contigo, no serás usurero para con él; no le impondrás usura.

Porque sólo aquella es su cubierta, es la vestidura para cubrir su piel. ¿En qué dormirá? Y será que cuando él a mí clamare, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso.

Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás entonces desamparado? Sin falta le ayudarás a levantarlo.

Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.

Le harás también una moldura alrededor, de un palmo de ancho, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor.

Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás a las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas.

Y le harás un enrejado de bronce de obra de malla; y sobre el enrejado harás cuatro anillos de bronce a sus cuatro esquinas.

Y tomarás las vestiduras, y vestirás a Aarón la túnica y el manto del efod, y el efod, y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod;

Y lo cubrirás de oro puro, su techado, y sus paredes en derredor, y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro.

Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos esquinas en ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado.

Mas viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercó entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.

Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros, que a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido.

Y aconteció que el día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado; mas yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado.

Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó por la mañana, y subió al monte de Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.

Pero redimirás con cordero el primerizo del asno; y si no lo redimieres, entonces le quebrarás la cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos, y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.

Y después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todas las cosas que Jehová le había dicho en el monte de Sinaí.

Y cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con Él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, hablaba con los hijos de Israel lo que le era mandado;

Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, y trajeron ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de la congregación, y para todo su servicio, y para las vestiduras santas.

Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab, y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había dado Jehová sabiduría, y a todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella.

Y la cubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le hizo una cornisa de oro en derredor.

Le hizo además de fundición cuatro anillos de oro a sus cuatro esquinas; en un lado dos anillos y en el otro lado dos anillos.

Y la cubrió de oro puro, y le hizo una cornisa de oro en derredor.

Le hizo también una moldura de un palmo menor de anchura alrededor, e hizo en derredor de la moldura una cornisa de oro.

Le hizo asimismo de fundición cuatro anillos de oro, y los puso a las cuatro esquinas que correspondían a las cuatro patas de ella.

Y lo cubrió de oro puro, su mesa y sus paredes alrededor, y sus cuernos; y le hizo una cornisa de oro alrededor.

Le hizo también dos anillos de oro debajo de la cornisa en las dos esquinas a los dos lados, para meter por ellos las varas con que había de ser llevado.

Le hicieron las hombreras para que se juntasen; y se unían en sus dos lados.

Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que está en él; y le santificarás con todos sus vasos, y será santo.

Y Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová le mandó; así lo hizo.

Y el sacerdote la ofrecerá sobre el altar, y le quitará la cabeza y la quemará sobre el altar; y su sangre será exprimida sobre la pared del altar.

Y le ha de quitar el buche y las plumas, lo cual echará junto al altar, hacia el oriente, en el lugar de las cenizas.

Y le quitará toda la grosura, y la quemará sobre el altar.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Reina Valera Gómez (© 2010)